Loras se despertó sin abrir los ojos, se estiró con una sonrisa, y al recordar lo ocurrido no pudo contener la profunda emoción que lo embargó, su corazón palpitó tan acelerado en su pecho que tenía la impresión que se saldría en cualquier momento.Extendió su mano buscando a la mujer causante de todas esas maravillosas sensaciones, pero al hacerlo no la encontró, abrió los ojos sobresaltado y se incorporó en la cama, al no verla se levantó de un salto, la buscó en la ducha, en el balcón, pero no la encontró.Salió al salón, la buscó en el gimnasio, por todas partes, mientras no dejaba de llamarla.—¡Amine! —exclamó sintiéndose nervioso cada vez más con su silencio, mientras pensaba en lo peor—, ella no puede haberse ido —pronunció en voz alta.Luego de revisar por todas partes, regresó a la habitación donde vio un papel que se había caído en el piso, lo recogió y leyó una nota que había escrito con labial.“Gracias por ser mi primera vez, te diría que fue una noche extraordinaria, pe
—Amigo, quizás ahora no sea el más idóneo para ser objetivo, porque no quiero que Ader resulte culpable por ser el hermano de Amine. Emma, ¿Tú lo conociste? ¿Qué te pareció? ¿Es confiable?—Es un hombre voluntarioso, recio, hasta un poco siniestro, yo le temía, mostraba una profunda amargura, como si odiara a todos, en especial al género femenino, no sé qué tan malo pueda ser… no quiero juzgar sin tener pruebas, lo hice una vez con mi padre y ustedes ya saben que ocurría realmente —pronunció con un suspiro.Loras se quedó en silencio sin saber qué hacer porque la situación era mucho más grave de lo que había imaginado. Amine había sido secuestrada y todo parecía estar conectado con los oscuros asuntos que rodeaban a los Bellomo con los Leibans, le preocupaba que estuviera asustada, preocupada, aunque realmente, por más que intentara imaginarla, siempre la veía como una chica fuerte y decidida.Se pasó una mano por el cabello, intentando organizar sus pensamientos mientras miraba fijam
Se alejó mientras el hombre yacía en el suelo, semiinconsciente por los fuertes golpes que le había propinado Amine con sus botas. Jadeando y dolorido, intentó ponerse en pie, pero Amine estaba preparada. Se lanzó hacia él con una agilidad asombrosa, pateándolo en el costado con fuerza. El hombre gimió de dolor y se retorció en el suelo.—No te equivoques, no soy una muñequita asustada —dijo Amine con desprecio—. Soy alguien que sabe muy bien cómo cuidarse.El hombre intentó alcanzar su navaja que había caído al suelo durante el forcejeo, pero Amine fue más rápida. Le pisó la mano con una bota y luego con la otra chutó la navaja lejos de su alcance.—Creo que ya no la necesitas, ¡Imbécil! —murmuró con una sonrisa fría.El hombre la miró con mezcla de dolor, furia y hasta un poco de temor. Estaba claro que subestimar a Amine había sido un error monumental.Ella se mantuvo alerta, consciente de que podían llegar más de sus secuaces en cualquier momento.—Y sabes qué, ya me aburrí de ha
La chica, que había estado forcejeando con sus secuestradores, aprovechó la distracción provocada por la presencia de los otros y le dio una patada al que la sostenía en la entrepierna, haciéndolo chillar de dolor y al otro le dio un codazo por la nariz de donde enseguida comenzó a salir sangre, para luego correr hacia su hermano, momento que aprovechó Justin para dispararle con rapidez en las manos a los otros dos secuestradores.Al final, entre él y Loras, lograron desarmarlos, y los echó boca abajo mientras esperaba a las autoridades llegar.—¡Llegaron tarde! —cuestionó Amine con una expresión de molestia—, debí hacerme cargo yo sola de esos desgraciados.—¡Eres una malagradecida! —exclamó su hermano Ader, aunque la sonrisa en su rostro denotaba que estaba contenta de ver a su hermana sana y salva.Mientras Amine lo abrazaba y se aferraba a él por la emoción de verlo.—Ya estás a salvo, Amine. No volverán a hacerte daño —le prometió Ader mientras la abrazaba con fuerza—, además, te
Ader sintió como si su mundo se hubiera detenido. La posibilidad de perder a su hijo y a la mujer que amaba lo aterrorizaba. Miró a todos, buscando alguna señal de esperanza, pero lo que encontró en sus ojos era el mismo miedo que sentía él.Se aferró al teléfono con fuerza, hasta que sus nudillos se pusieron blancos, como si pudiera encontrar alguna respuesta allí.—¿Y los demás? —preguntó Loras con preocupación.—No tenemos información precisa, señor Loras. La policía, junto con el cuerpo de bomberos, está investigando en este momento, pero por lo que sabemos, hay algunas personas heridas y otros muertos —respondió el hombre del otro lado de la línea.Ader sintió una rabia intensa, miedo y al mismo tiempo una impotencia que lo paralizaba. ¿Quién podría haber provocado algo así? Necesitaba regresar a Los Ángeles de inmediato y averiguarlo.—Tengo que ir —dijo con determinación—. Debo averiguar qué pasó y si mi hijo y Aimé están bien —articuló con un hilo de voz.—Nosotros te acompaña
Ante las palabras de su padre, Ader quedó en shock al escuchar su confesión. La magnitud de la traición y las acciones que cometió en su contra le causaron un gran dolor, lo abrumaron. No pudo evitar el torbellino de emociones, entre la preocupación por su hijo y Aimé, la rabia hacia Youssef, los Bellomo, y ahora la confesión de su padre.—Padre, ¿cómo pudiste? —susurró Ader, luchando por contener la avalancha de emociones que lo embargaba.Su padre lo miró con ojos llenos de tristeza y remordimiento.—Lo sé, Ader. Fui egoísta… pero es que pensé que ella no era mujer para ti, quería una mejor… alguien de tu nivel, no una chica sin familia, sin dinero, que no era digna de ti.—Ella era la mujer perfecta para mí, la mujer que amaba y me hacía feliz, con la que quería compartir el resto de mi vida, ¡¿Cómo pudiste separamos?! ¿Y hacerme creer que me había sido infiel? —inquirió controlando las ganas de sacudirlo y recriminarle lo que hizo—, me destruiste, me volviste un hombre amargado,
Las palabras del anciano, dejaron sorprendido a los tres recién llegados, sus rostros palidecieron, parecían desconcertados mientras se miraban uno a otro, sin poder creer lo que estaba pasando.Por un momento pensaron que era mentira lo que estaba diciendo el anciano, no podían creer que ellos habían esperado ese momento, para despojar a Justin de la herencia, y ahora resulta que la nueva esposa de su sobrino era la nieta de Aníbal Moreau.—¡Eso no puede ser cierto! —exclamó con una voz chillona y sin poder contener su incredulidad—, están mintiendo y lo hacen para que Justin se quede con el control de la empresa armamentista, pero no lo vamos a permitir.—¿Qué estás insinuando ¿Me estás llamando mentiroso a mí? —comenzó a decir el anciano con una expresión de seriedad en su cara—. Lo lamento por ustedes, pero para su desgracia y fortuna de Justin, la chica que lo salvó, cuando ustedes conspiraron para matarlo y de la cual se enamoró casualmente, resultó ser mi nieta, la misma chica
Justin observó todo el acontecimiento sin soltar a su esposa que se aferraba a su brazo como un naufragó a un salvavidas, mientras le acariciaba con suavidad su mano.—Discúlpame todo esto, mi amor, no hubiese querido que el día de nuestra boda estuviera nublado, por tanto escándalo —expresó Justin con preocupación.Emma solo sonrió con ternura.—Créeme cuando te digo que este día lo recordaré no solo porque fue el momento de unir nuestras vidas, sino porque al fin los culpables de la muerte de mi madre van a apagar todo lo que hicieron y ya no quedaran impunes —declaró con sinceridad.—Y te juro que no saldrán ileso de todo, la justicia se encargará que de todos los involucrados en estas actividades ilegales paguen. Los archivos con las pruebas serán entregados a las autoridades pertinentes. ¿Sabes? Por un momento temí que tú me odiaras porque uno de mis tíos estaba involucrado en la muerte de tu madre —expresó Justin con pesar.—No, no tienes la culpa de lo que ocurrió, el único res