El General Peterson se quedó en el despacho, mortificado por lo que acababa de ocurrir. Sabía que la tensión entre él y su hija no podía seguir de esa manera, que debía tomar medidas para arreglar su relación con Emma y para sacarla de allí.Ella no estaría a salvo, mientras permaneciera con él, y la mejor opción era lo que había ideado, no había otra, prefería que Emma se enojara y terminara odiándolo por protegerla a que le sucediera algo, porque de ser así, jamás podría perdonarse a sí mismo.Por su parte, Emma salió muy molesta de la oficina de su padre, no le importó que estaba cayendo la noche, necesitaba ir a su casa, recoger al perro y salir corriendo de allí.Tampoco le prestó atención al hecho de que mientras corría por los pasillos de la base militar, todas las miradas se posaban curiosamente en ella, lo único que quería era poner distancia con su padre, no podía contener esa mezcla de furia y tristeza que se agitaba peligrosamente en su interior, por sus intentos de manipu
Al otro lado de la línea, una gran sonrisa se dibujó en el rostro de su compañero y amigo.“Ya sabíamos nosotros que no podías haber muerto, Conrado estaba enviando a Loras para que viajara a los Estados Unidos e investigara tu accidente, dijo que tú no eras un hombre descuidado, que pudiera resbalarse accidentalmente y romperse el cuello y tampoco eras de los qué te rendías”.—Y así es, intentaron asesinarme, y creo que fue mi esposa, por eso tengo que seguir haciéndoles creer a todos que estoy muerto mientras investigo, pero para eso necesito una nueva identidad, dinero, un investigador que tengan aquí y me recomienden, y por supuesto a Loras porque es mi persona de confianza.“Cuenta con todo eso, en cuánto a Loras, déjame y le pregunto al jefe” respondió Dino, quien no tuvo que preguntar mucho por qué allí estaba su jefe y le quitó el teléfono.“¿Estás bien?” preguntó Conrado su antiguo jefe.—No tanto, debo tener unas costillas fracturadas, no estoy seguro… me salvó una chica, es
El tío Gregory se quedó mirando el sobre en la mano de Serena, dándose cuenta poco a poco de lo que contenía. Justo en ese momento supo que Serena no tendría reparos en utilizar cualquier medio necesario para conseguir lo que quería, y no le cabía duda de que cumpliría su amenaza si él no se echaba atrás. Por un momento, consideró sus opciones. Podía intentar defenderse, pero sabía que Serena tenía todas las de ganar, como decían, al parecer ella era la que tenía el sartén por el mango, porque podía implicarlo en el asesinato de Justin. Había subestimado a la mujer, la creyó manipulable, pero su impresión fue falsa, Serena no era lo que pensó y aparentemente sabía jugar mejor las cartas que él. Al final, decidió tomar la salida más sana. Extendió la mano y cogió el sobre de Serena, lo abrió, al revisarlo, eran los resultados de una prueba de embarazo. El tío Gregory se quedó helado, con los ojos desorbitados. Serena siempre había ido un paso por delante, y ahora tenía la ventaja de
Emma suspiró, sintiéndose segura y protegida en los brazos de Justin. Cerró los ojos intentando que la paz la invadiera, sin embargo, no podía evitar sentirse inquieta por su cercanía, además, no podía dejar de pensar en todo lo que había sucedido en las últimas horas, se movía en la cama de un lado a otro, sin poder encontrar una posición cómoda para dormir.Justin sonrió, y la sujetó por la cintura.—¿Qué estás haciendo? ¿Por qué te mueves tanto? ¿No puedes quedarte tranquila? —le preguntó nervioso.—Lo siento, pero no tengo ganas de dormir, solo quisiera hablar —pronunció con un suspiro.—¿De qué quieres hablar? —preguntó.—De ti y lo que siento, ¿sabes que es la primera vez que me gusta y me llevo tan bien con alguien del sex0 opuesto? Porque ni siquiera con los hombres de mi familia me he llevado bien, mis hermanos, el menor de ellos, me lleva diez años, y nunca hemos tenido una conversación por más de diez minutos, no tenemos ningún tema en común, respecto al otro casi no recuer
Emma suspiró, sintiendo su corazón latir con fuerza. No podía negar que sentía una atracción demasiado intensa hacia Justin, pero también sentía mucho miedo y dudas, no tenía idea de cómo hacer el amor y si lo lastimaba, y le causaba algún daño, no se lo perdonaría. Sabía que una parte de ella quería estar con él, pero otra parte tenía miedo de lo que eso significaba.—Podemos dormir y mañana quizás me sienta mejor y pueda encargarme de todo —pronunció Justin para liberarla de la obligación de tener que elegir, no quería forzarla a tomar una decisión que luego se arrepintiera.Ella asintió, Justin la abrazó y al final por fin se quedó dormida, suspiró con preocupación, porque él no podía dormir.No podía dejar de pensar en la manera correcta de decirle a Emma que era casado, aunque ese matrimonio no era producto del amor, sino solo un trámite para cumplir con una petición impuesta por su abuelo, y aunque Serena era una mujer bonita, y le atrajo en su momento como pudo atraerle a algui
Justin se quedó quieto esperando respuesta de Emma, quizás su explosión, sus protestas, sus palabras de insultos, pero estas no llegaron, todo se mantuvo en silencio, fue allí cuando bajó la vista y vio que ella se había quedado de nuevo dormida.—¡No puede ser! —exclamó sin poder creer que se hubiese armado de valor para contarle la verdad a Emma y que esta no lo hubiese escuchado, por haberse quedado dormida.“¿Será que esto es una señal, para que aún no le diga?”, se preguntó, y así era siempre los seres humanos buscamos una excusa para justificar el no enfrentarnos a situaciones que resultan incómodas, o con las cuales creemos que perderemos algo.Por eso Justin llegó a la conclusión que por los momentos no le diría la verdad, sino que lo haría una vez que escaparan de allí, porque no quería que de hacerlo, en ese momento Emma desistiera de la idea de irse con él, pensando que se había burlado de ella.El resto del día Emma y Justin lo pasaron juntos, entre risas y conversaciones
—Está bien papá, vamos a esa fiesta, ¿dónde es? —Es en la mansión de mi amigo… Emma, espero que me comprendas que todo lo que hago es por tu bien, en mi vida eres lo más importante, y mi mayor temor es perderte, que tengas el mismo destino de tu madre —dijo con un suspiro—, por eso estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de mantenerte a salvo… no me juzgues, por favor.A Emma le parecieron muy extrañas sus palabras, sin embargo, no dijo nada, su padre extendió un brazo, y ella lo tomó, salió con él, mientras caminaban por los pasillos del hotel, todos los ojos se posaban en ella, esbozando en sus rostros, admiración y es que ella se veía, cómoda, hermosa e impactante a la vez.—Todos me miran como si fuera un filete a quien quieren comerse —pronunció incómoda y su padre sonrió.—Emma, las mujeres te miran con envidia y los hombres interesados, porque estás deslumbrante, espero que en la fiesta tengas ese mismo efecto —dijo él, observándola con admiración.—Gracias, papá. Aunque cr
Emma sintió un escalofrío recorrer su espalda. Nunca imaginó que su propia seguridad sería utilizada como chantaje para obligarla a casarse con un desconocido.—¿Qué clase de juego están jugando aquí? ¿Por qué está pasando todo esto? —preguntó Emma, mirando alternativamente a su padre y a Adel.—Es por tu bien, Emma, todo lo hago por ti hija, el padre de Adel y yo hemos llegado a un acuerdo que ellos pueden protegerte a ti de nuestros enemigos. Te aseguro que será un matrimonio beneficioso para todos —dijo su padre, intentando justificar la situación.—¡Esto es absurdo! ¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? ¿De las consecuencias que esto traerá a nuestras vidas? ¿Acaso no eres suficientemente tú para protegerme? —replicó Emma con frustración.—No pude proteger a tu madre, Hija, escúchame, solo quiero tu bien.—Permíteme que difiera papá de tu forma de hacerlo. Siempre has querido esto, someterme y que haga tu voluntad.Por un momento se quedó en silencio, miró a todos lados, sab