Emma sintió un escalofrío recorrer su espalda. Nunca imaginó que su propia seguridad sería utilizada como chantaje para obligarla a casarse con un desconocido.—¿Qué clase de juego están jugando aquí? ¿Por qué está pasando todo esto? —preguntó Emma, mirando alternativamente a su padre y a Adel.—Es por tu bien, Emma, todo lo hago por ti hija, el padre de Adel y yo hemos llegado a un acuerdo que ellos pueden protegerte a ti de nuestros enemigos. Te aseguro que será un matrimonio beneficioso para todos —dijo su padre, intentando justificar la situación.—¡Esto es absurdo! ¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? ¿De las consecuencias que esto traerá a nuestras vidas? ¿Acaso no eres suficientemente tú para protegerme? —replicó Emma con frustración.—No pude proteger a tu madre, Hija, escúchame, solo quiero tu bien.—Permíteme que difiera papá de tu forma de hacerlo. Siempre has querido esto, someterme y que haga tu voluntad.Por un momento se quedó en silencio, miró a todos lados, sab
Emma se emocionó y corrió hacia su abuelo, ambos se encontraron en un efusivo abrazo, se abrazaron con fuerza., mientras lágrimas de emoción corrían por su rostro, era un encuentro inesperado que llenó de alegría el corazón de la joven. —Abuelo, no puedo creer que estés aquí —dijo Emma, con lágrimas de felicidad en los ojos—. Pensé que nunca más volvería a verte. Te llamaba y nunca estabas disponible, siempre me decían que no estabas, que andabas de viaje —articuló con una mirada de tristeza en su expresión. El abuelo la tomó de la mano y la apartó del resto para conversar a solas con ella, pero su padre se fue detrás de ellos. —Y yo pensé que nunca más te volvería a ver a ti, mi querida nieta —respondió el anciano, acariciando su cabello con ternura—. He estado buscándote durante mucho tiempo, pero tu padre no me dejaba acercarme a ti —dijo el anciano visiblemente conmovido. Emma miró a su padre con indignación, sintiendo más que nunca el peso de las decisiones que él había tomad
La rabia de Serena era tanto que se levantó de su silla con violencia, con una expresión llena de incredulidad. No podía creer lo que estaba oyendo. Había esperado esos meses para quedarse con la fortuna de Justin, y ahora todo había ido a parar a las patas del perro. —Esto es una locura. No lo puedo permitir. Max no puede ser el heredero universal. ¿Qué va a hacer un animal pulgoso con tanto dinero? ¿Cómo voy a vivir sin el dinero de Justin? —exclamó Serena, luchando por contener las lágrimas de rabia que se agolpaban en sus ojos. El silencio en la sala se rompió cuando un perro de raza pastor alemán entró corriendo en la biblioteca, moviendo la cola y saltando de alegría. Era Max, el perro de Justin, que había sido entrenado para hacer presencia en cualquier lugar donde se leyera el testamento. Serena y los demás lo miraron con desprecio, los familiares de Justin estaban en Shock, no podían creer que el hombre se hubiese atrevido a hacerles semejante humillación. El primero e
“Lo siento, debí terminar con algunas cosas antes de estar, estoy en Columbus, necesito saber dónde te encuentras exactamente para ir por ti y salir de aquí de una vez”, expresó Loras. —Estoy en una cabaña ubicada en la zona de la montaña, pero había planificado que mejor nos fuéramos mañana. “¿Y eso por qué? Pensé que tenías prisa por marcharte del lugar donde te intentaron matar, e ir a poner en su sitio a la bruja de tu esposa”. —Es que… no puedo irme tan deprisa… porque no voy a huir solo —miró a Emma, quien lo miraba con una expresión enigmática. “¿Quién más vendrá contigo?”, inquirió Loras con curiosidad y un poco temeroso, porque quizás eso podría poner en peligro los planes. —Es la chica que me rescató del mar y salvó mi vida, ella quiere huir del control de su padre —respondió sin dar más explicación. “¡Vaya! ¿Por qué quiere huir contigo? ¿Tienes alguna relación con ella?”, interrogó Loras y Justin se sintió incómodo, no quería dar detalles sobre su relación con Emma, n
Emma cerró la llave de la ducha, justo en ese momento escuchó un estornudo y frunció el ceño, sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, tenía la sensación de que algo andaba muy mal. Tomó la bata para cubrirse y salió del baño, miró hacia la puerta, caminó hacia su cama, vio que el morral estaba en una posición distinta a como lo había dejado, buscó su celular y no estaba en el bolsillo donde lo había dejado, alzó el bolso y allí lo vio en la cama. —Yo no lo dejé aquí… mi padre entró —declaró nerviosa, desbloqueó el celular y vio que la pantalla estaba en los mensajes enviados a Justin. Se levantó de la cama y salió de la habitación, caminó con sigilo, llegó a la puerta del despacho de su padre, y colocó su oreja para escuchar. “Quiero que averigües quien es Justin, su identidad completa, edad, dónde vive, todo de él, ese desgraciado que no sé quién es, quiere huir con mi hija, prepara un contingente de hombres, porque voy a atraparlo y va a arrepentirse de poner sus oj
La voz de Loras sonaba preocupada y urgente. Justin sabía que tenía razón, que sería una completa locura, enfrentar a todo un contingente del ejército, pero no podía dejar a Emma a merced de su padre y de aquellos hombres. Estaba dispuesto a enfrentar cualquier peligro con tal de protegerla. —Entiendo tus razones, Loras, pero no puedo dejarla ahora. No puedo abandonarla, ella confía en mí, y yo la amo —dijo con determinación, un suspiro de impotencia se escuchó al otro lado de la línea. “Justin, escúchame bien, sé que la amas porque de lo contrario no estarías pensando en hacer esta locura, pero si tú dices que ella trató de engañarte para que te fueras y evitaras el enfrentamiento con su padre, significa que estaba dispuesta a sacrificarse por ti, y si vas a buscarla su sacrificio será en vano, porque si te quedas aquí, estarás arriesgando tu vida y la de ella”. —Temo por ella… no quiero huir sin Emma. “No sabemos cuántos hombres ha enviado su padre, no pongas en riesgo todo por
Emma sintió que su corazón se disparaba, y sin pensarlo corrió hacia Justin y lo abrazó y dejó salir a través de los sollozos de alegría y alivio el hecho de no haberlo perdido. Le tomó el rostro y comenzó a besarlo por todos lados mientras él sonreía complacido, le revisó el cuerpo, y vio que cargaba un uniforme militar, pero al ver que estaba ileso suspiró aliviada. —Gracias al cielo que estás bien… si te pasaba algo no lo soportaría. —Mi niña tonta, ¿Por qué me dijiste esas cosas tan feas? ¿Qué no te importaba? Me hiciste correr aquí, golpear a un sargento, para usurpar su identidad y entrar a verte. —Estás muy loco, pero lo hice porque mi padre vio nuestros mensajes en mi celular, me descubrió y necesitaba que te alejaras, debí decirle que me casaría con Adel, para que se tranquilizara, ganar tiempo y que bajara la guardia, lo llamó y fijaron la boda para dentro de un mes en la catedral de Nuestra Señora de Los Ángeles, pensé que con eso desistiría de buscarte, pero no fue así
Cuando Justin llegó al hotel que habían reservado en Nueva York, le dio los datos a Loras sobre el sargento Smith y le pidió que investigara a Serena Wilson, estaba seguro de que era su misma esposa. —Le enviaré esto a los investigadores que tiene el señor Abad acá, son los mismos que tiene su suegro, seguro nos darán esa información rápida. ¿Cómo piensas presentarte ante tu familia? —Hagamos una visita a mi abogado, encargué una barba y un disfraz para salir de aquí con otro aspecto y no ser reconocido —afirmó Justin. Terminando de hablar escuchó el timbre en la puerta, Loras salió a abrirla, mientras Justin se ocultaba para evitar ser visto. Recibió las bolsas y cuando cerró la puerta se lo entregó a su amigo. —Al parecer llegó tu disfraz. —Dame unos diez minutos y estaré listo. De inmediato el chico entró al baño y se cambió colocándose el disfraz que le habían llevado, cuando salió Loras lo miró sorprendido. —De verdad que si no te hubiese visto entrar a esa sala de baño pe