Cuando Justin llegó al hotel que habían reservado en Nueva York, le dio los datos a Loras sobre el sargento Smith y le pidió que investigara a Serena Wilson, estaba seguro de que era su misma esposa. —Le enviaré esto a los investigadores que tiene el señor Abad acá, son los mismos que tiene su suegro, seguro nos darán esa información rápida. ¿Cómo piensas presentarte ante tu familia? —Hagamos una visita a mi abogado, encargué una barba y un disfraz para salir de aquí con otro aspecto y no ser reconocido —afirmó Justin. Terminando de hablar escuchó el timbre en la puerta, Loras salió a abrirla, mientras Justin se ocultaba para evitar ser visto. Recibió las bolsas y cuando cerró la puerta se lo entregó a su amigo. —Al parecer llegó tu disfraz. —Dame unos diez minutos y estaré listo. De inmediato el chico entró al baño y se cambió colocándose el disfraz que le habían llevado, cuando salió Loras lo miró sorprendido. —De verdad que si no te hubiese visto entrar a esa sala de baño pe
Justin no se dejó intimidar por el amenazante tono de Brown y mantuvo su postura con valentía. —No hay problema, Brown. Estoy en este lugar para cuidar al perro, no para causar problemas. Y si piensas que alimentar y dar de beber a un animal es un delito, entonces quizás deberías reconsiderar tus valores morales. Brown frunció el ceño y avanzó hacia Justin, intentando intimidarlo con su presencia. —No me importan tus valores morales, jardinero. Lo único que me importa es cumplir con las órdenes de la señora Serena. Si ella dice que el perro debe estar encerrado y sin agua ni comida, entonces eso es lo que debe suceder. Y si tú no te sometes a sus órdenes, entonces yo tendré que tomar medidas más drásticas. Justin mantuvo la calma y sonrió con malicia, se quedó viendo al hombre, ambos se evaluaron con rabia, sin embargo, Justin sabía que debía ganarse la confianza del tal Brown, si quería continuar con su plan. —¡Escúchame Brown! Tengo entendido que de acuerdo a las cláusulas del
Las lágrimas inundaron los ojos de Emma y rodaron por su rostro mientras dejaba caer las fotos al suelo, con el corazón profundamente herido. No podía creer que Justin le hubiera mentido, le había ocultado que era un hombre casado, y la había convertido en una rompe hogares. El aire le faltó, se sintió traicionada, engañada y completamente destrozada, ella solo era la otra, se aprovechó de ella, de su inexperiencia. —¿Cómo pudo hacerme esto? —murmuró Emma, sintiendo que su corazón se aceleraba de dolor. —Lo siento, hija —dijo su padre, viendo que la noticia le había afectado, trató de abrazarla, pero ella se alejó de él. —¡No quiero tu abrazo! No quiero nada de ti. No eres mejor, toda la vida me has mentido, me has ocultado cosas, hasta me vendiste, porque no puede llamarse de otra manera… y ahora me traes esto para regodearte en mi dolor ¿Cómo puedo confiar en ti? —Emma, lo siento, pero tenías que ver esto, ¿Preferías que te engañara y ocultara que Justin se burló de ti y que no
Al día siguiente, Justin se levantó a temprana en horas de la madrugada para darle agua a Max, sin embargo, no había podido dormir un poco pensando en Emma, y en porque había cortado la llamada, intentó durante toda la noche contactarla, pero fue en vano, no recibió respuesta, su celular salía apagado, no había podido dejar de pensar en lo que pudo haber sucedido. —Estoy preocupado Max, no sé qué le haya pasado, no me responde… ella si es la dueña de mi corazón y cuando la conozcas espero que te guste, porque últimamente a ti no te gusta nadie, ella debe gustarte, es una chica muy hermosa —sin embargo, pareció que a Max no le gustaron sus palabras porque le dio la espalda. Justin decidió que tenía que hacer algo al respecto, no podía quedarse sentado esperando a que Emma le respondiera. Así que, después de darle agua a Max, decidió marcarle a Loras. —Hermano, necesito que vayas por Emma —de inmediato le contó lo sucedido, lo ocurrido la noche anterior. “Justin, pero empecé con la
Al escuchar las palabras de Serena, el cuerpo de Justin se tensó y cerró una de sus manos en un fuerte puño, le provocaba ir a enfrentarlos, sin embargo, sabía que debía ser inteligente y controlarse, ya llegaría el momento de poder hacerlo.Respiró con suavidad y continuó escuchándolos.—¿Yo mandé a matar a mi sobrino? De verdad que eres una descarada, sabes muy bien que fuiste tú. Yo jamás hubiese sido capaz de hacerle daño —expresó el hombre indignado.—Pero fuiste tú quien me contrató para hacerme pasar por la nieta de ese viejo, y engañar a tu difunto sobrino, así que si digo que eres mi cómplice, todos lo van a creer y no podrás hacer nada—pronunció la mujer sonriendo satisfecha—, tú dirás si no me ayudas.El hombre suspiró sabiéndose perdido y accedió.—Te ayudaré… pero antes debo saber a qué laboratorio se enviaron las muestras —le dijo el hombre—, voy a averiguarlo con el abogado López —pronunció tomando su celular y haciendo la llamada.Justin terminó alejándose con Max, ya
Justin se sonrió porque había estado esperando eso y estaba preparado, a pesar de la situación peligrosa, mantuvo la calma y comenzó a pensar en una forma de salir de esa situación.—Escucha, no necesitas hacer esto —dijo Justin, intentando mantener su voz firme y controlada—. Es solo un perro, no vale la pena cometer un crimen por él.El hombre lo miró con frialdad y apretó aún más la pistola contra la cabeza de Justin.—No me importa lo que valga el perro, solo sé que me están pagando muy bien por esto y no voy a dejar pasar esta oportunidad.En ese momento, Max, comenzó a gruñir y mostró los dientes en señal de advertencia, sabía que algo malo estaba sucediendo y estaba dispuesto a proteger a su amo.—Chico, no hay necesidad de apuntarme, si quieres mi cartera déjame dártela —pronunció intentando sacar la cartera.—Queremos al perro, así que entrégamelo, dame la correa —exigió el hombre.—Quieres la correa, ¡Tómala! —exclamó Justin, al mismo tiempo que liberaba a Max del agarre.Cu
El padre de Emma había quedado solo, mientras veía el avión donde partió su hija alejarse, sintió cierto alivio, ya no tenía la presión de que su hija estuviera en peligro, por eso tomó su teléfono, hizo algunas llamadas y convocó a una rueda de prensa para el día siguiente.Luego se fue a su casa para acomodar cada una de las pruebas que tenía en contra de los responsables, se sentía más seguro y estaba dispuesto a desenmascararlos, no permitiría que esa gente pusiera en peligro la seguridad nacional.Pensó que ese era el momento, estuvo trabajando todo el día, organizando todo, había dejado algunos hombres custodiando la casa, los que pensaban era de su confianza, sin embargo, como a eso de las dos de la mañana, tocaron el timbre de la puerta.Cuando abrió no se inmutó, a pesar de que los tres hombres frente a él tenían el rostro cubierto.—¿Vienen por mí? —interrogó, aunque la pregunta se escuchó más como una afirmación.—Sabías que eras cuestión de tiempo para que esto ocurriera,
Emma se sintió atrapada, entre la espada y la pared, no sabía cómo responder. No podía decirle al hombre la verdad, que el bolso era suyo y que lo había tirado por la ventana para intentar escapar de él y de la mansión. Pero tampoco podía mentirle, sabía que Ader era astuto y podría descubrir la verdad.Tragó saliva y trató de pensar en una respuesta creíble. —Es de...—comenzó a decir, pero no se le ocurrió nada, sin embargo, se salvó cuando se acercó una chica, la cual recordó cómo la hermana de Ader, se llamaba Amine.—¡¿Quién carajos tomó mi morral que estaba junto a la ventana de Emma?! —inquirió la chica molesta.Ader se giró y se quedó viendo con sospecha.—¿Acaso esto es tuyo? —le preguntó de mala manera y ella colocó los ojos en blanco en una señal de estar exasperada.—¿Si no fuera mío estaría preguntando? —interrogó enojada, arrancándoselo— ¡Metiches tus hombres! Ahora por culpa de ellos no podré salir.—¿Dónde pensabas ir? —habló molesto su hermano.—A verme con un novio