Emma suspiró, sintiendo su corazón latir con fuerza. No podía negar que sentía una atracción demasiado intensa hacia Justin, pero también sentía mucho miedo y dudas, no tenía idea de cómo hacer el amor y si lo lastimaba, y le causaba algún daño, no se lo perdonaría. Sabía que una parte de ella quería estar con él, pero otra parte tenía miedo de lo que eso significaba.—Podemos dormir y mañana quizás me sienta mejor y pueda encargarme de todo —pronunció Justin para liberarla de la obligación de tener que elegir, no quería forzarla a tomar una decisión que luego se arrepintiera.Ella asintió, Justin la abrazó y al final por fin se quedó dormida, suspiró con preocupación, porque él no podía dormir.No podía dejar de pensar en la manera correcta de decirle a Emma que era casado, aunque ese matrimonio no era producto del amor, sino solo un trámite para cumplir con una petición impuesta por su abuelo, y aunque Serena era una mujer bonita, y le atrajo en su momento como pudo atraerle a algui
Justin se quedó quieto esperando respuesta de Emma, quizás su explosión, sus protestas, sus palabras de insultos, pero estas no llegaron, todo se mantuvo en silencio, fue allí cuando bajó la vista y vio que ella se había quedado de nuevo dormida.—¡No puede ser! —exclamó sin poder creer que se hubiese armado de valor para contarle la verdad a Emma y que esta no lo hubiese escuchado, por haberse quedado dormida.“¿Será que esto es una señal, para que aún no le diga?”, se preguntó, y así era siempre los seres humanos buscamos una excusa para justificar el no enfrentarnos a situaciones que resultan incómodas, o con las cuales creemos que perderemos algo.Por eso Justin llegó a la conclusión que por los momentos no le diría la verdad, sino que lo haría una vez que escaparan de allí, porque no quería que de hacerlo, en ese momento Emma desistiera de la idea de irse con él, pensando que se había burlado de ella.El resto del día Emma y Justin lo pasaron juntos, entre risas y conversaciones
—Está bien papá, vamos a esa fiesta, ¿dónde es? —Es en la mansión de mi amigo… Emma, espero que me comprendas que todo lo que hago es por tu bien, en mi vida eres lo más importante, y mi mayor temor es perderte, que tengas el mismo destino de tu madre —dijo con un suspiro—, por eso estoy dispuesto a hacer lo que sea con tal de mantenerte a salvo… no me juzgues, por favor.A Emma le parecieron muy extrañas sus palabras, sin embargo, no dijo nada, su padre extendió un brazo, y ella lo tomó, salió con él, mientras caminaban por los pasillos del hotel, todos los ojos se posaban en ella, esbozando en sus rostros, admiración y es que ella se veía, cómoda, hermosa e impactante a la vez.—Todos me miran como si fuera un filete a quien quieren comerse —pronunció incómoda y su padre sonrió.—Emma, las mujeres te miran con envidia y los hombres interesados, porque estás deslumbrante, espero que en la fiesta tengas ese mismo efecto —dijo él, observándola con admiración.—Gracias, papá. Aunque cr
Emma sintió un escalofrío recorrer su espalda. Nunca imaginó que su propia seguridad sería utilizada como chantaje para obligarla a casarse con un desconocido.—¿Qué clase de juego están jugando aquí? ¿Por qué está pasando todo esto? —preguntó Emma, mirando alternativamente a su padre y a Adel.—Es por tu bien, Emma, todo lo hago por ti hija, el padre de Adel y yo hemos llegado a un acuerdo que ellos pueden protegerte a ti de nuestros enemigos. Te aseguro que será un matrimonio beneficioso para todos —dijo su padre, intentando justificar la situación.—¡Esto es absurdo! ¿No te das cuenta de lo que estás haciendo? ¿De las consecuencias que esto traerá a nuestras vidas? ¿Acaso no eres suficientemente tú para protegerme? —replicó Emma con frustración.—No pude proteger a tu madre, Hija, escúchame, solo quiero tu bien.—Permíteme que difiera papá de tu forma de hacerlo. Siempre has querido esto, someterme y que haga tu voluntad.Por un momento se quedó en silencio, miró a todos lados, sab
Emma se emocionó y corrió hacia su abuelo, ambos se encontraron en un efusivo abrazo, se abrazaron con fuerza., mientras lágrimas de emoción corrían por su rostro, era un encuentro inesperado que llenó de alegría el corazón de la joven. —Abuelo, no puedo creer que estés aquí —dijo Emma, con lágrimas de felicidad en los ojos—. Pensé que nunca más volvería a verte. Te llamaba y nunca estabas disponible, siempre me decían que no estabas, que andabas de viaje —articuló con una mirada de tristeza en su expresión. El abuelo la tomó de la mano y la apartó del resto para conversar a solas con ella, pero su padre se fue detrás de ellos. —Y yo pensé que nunca más te volvería a ver a ti, mi querida nieta —respondió el anciano, acariciando su cabello con ternura—. He estado buscándote durante mucho tiempo, pero tu padre no me dejaba acercarme a ti —dijo el anciano visiblemente conmovido. Emma miró a su padre con indignación, sintiendo más que nunca el peso de las decisiones que él había tomad
La rabia de Serena era tanto que se levantó de su silla con violencia, con una expresión llena de incredulidad. No podía creer lo que estaba oyendo. Había esperado esos meses para quedarse con la fortuna de Justin, y ahora todo había ido a parar a las patas del perro. —Esto es una locura. No lo puedo permitir. Max no puede ser el heredero universal. ¿Qué va a hacer un animal pulgoso con tanto dinero? ¿Cómo voy a vivir sin el dinero de Justin? —exclamó Serena, luchando por contener las lágrimas de rabia que se agolpaban en sus ojos. El silencio en la sala se rompió cuando un perro de raza pastor alemán entró corriendo en la biblioteca, moviendo la cola y saltando de alegría. Era Max, el perro de Justin, que había sido entrenado para hacer presencia en cualquier lugar donde se leyera el testamento. Serena y los demás lo miraron con desprecio, los familiares de Justin estaban en Shock, no podían creer que el hombre se hubiese atrevido a hacerles semejante humillación. El primero e
“Lo siento, debí terminar con algunas cosas antes de estar, estoy en Columbus, necesito saber dónde te encuentras exactamente para ir por ti y salir de aquí de una vez”, expresó Loras. —Estoy en una cabaña ubicada en la zona de la montaña, pero había planificado que mejor nos fuéramos mañana. “¿Y eso por qué? Pensé que tenías prisa por marcharte del lugar donde te intentaron matar, e ir a poner en su sitio a la bruja de tu esposa”. —Es que… no puedo irme tan deprisa… porque no voy a huir solo —miró a Emma, quien lo miraba con una expresión enigmática. “¿Quién más vendrá contigo?”, inquirió Loras con curiosidad y un poco temeroso, porque quizás eso podría poner en peligro los planes. —Es la chica que me rescató del mar y salvó mi vida, ella quiere huir del control de su padre —respondió sin dar más explicación. “¡Vaya! ¿Por qué quiere huir contigo? ¿Tienes alguna relación con ella?”, interrogó Loras y Justin se sintió incómodo, no quería dar detalles sobre su relación con Emma, n
Emma cerró la llave de la ducha, justo en ese momento escuchó un estornudo y frunció el ceño, sintió un escalofrío recorrer su columna vertebral, tenía la sensación de que algo andaba muy mal. Tomó la bata para cubrirse y salió del baño, miró hacia la puerta, caminó hacia su cama, vio que el morral estaba en una posición distinta a como lo había dejado, buscó su celular y no estaba en el bolsillo donde lo había dejado, alzó el bolso y allí lo vio en la cama. —Yo no lo dejé aquí… mi padre entró —declaró nerviosa, desbloqueó el celular y vio que la pantalla estaba en los mensajes enviados a Justin. Se levantó de la cama y salió de la habitación, caminó con sigilo, llegó a la puerta del despacho de su padre, y colocó su oreja para escuchar. “Quiero que averigües quien es Justin, su identidad completa, edad, dónde vive, todo de él, ese desgraciado que no sé quién es, quiere huir con mi hija, prepara un contingente de hombres, porque voy a atraparlo y va a arrepentirse de poner sus oj