Pasaban los días y la relación entre Gema y Laura se fortalecía. La pequeña había tomado un nuevo hábito para dormir y lo hacía con su pequeña mano en el pecho de Laura. Esto la hacía dormir con facilidad y tranquilidad, pero a Laura le causaba curiosidad su manera de actuar con ella, así que empezó a investigar en la web, ya que le preocupaba que la niña la estuviera confundiendo con su mamá y le pudiera llevar problemas a su trabajo.Gema era muy pequeña y era sumamente adorable, pero la voz de su amiga, repitiendo que no debía encariñarse de la niña porque es un trabajo transitorio, la atrapaba en cada acercamiento.—Hola, ¿cómo están por aquí? —se presentó Gabriel con tres flores en las manos que luego entró y las colocó en la cuna de Gema.—En este instante la dejé durmiendo en su cuna, no había descansado en toda la tarde y se veía agotada.—Hoy te quiero agradecer por todo el cariño y la atención que tienes para mi hija.—Para esto me has contratado. Yo también te quiero agrade
Todo estaba preparado para iniciar la lectura, pero las manos de la joven empezaron a temblar.—¿No quieres hacerlo? —preguntó al notar su evidente inseguridad.—Ya lo he aceptado, pero eso no evita mi ansiedad.—Igual eso no te obliga a nada, pues somos dueños de lo que queremos callar.—También somos esclavos de lo mismo, pues si no enfrentamos lo que sentimos, entonces nos toca sufrirlo cada día en silencio.—Esto es lo que me hace sentir cómodo estando a tu lado, pues conoces perfectamente cómo realmente me siento.—Quizás porque no sentimos de la misma manera. Cuando era niña, mi madre soñaba con un hijo; era algo contradictorio, ya que mi padre deseaba una niña.—¿Tu madre no te quería por no ser un varón?—Claro que me quería, y eso lo demostró en su papel de madre, pues me brindó todo lo que necesitaba y más, pero nunca faltaron las diligencias para tener ese niño deseado. Cuando cumplí 19 años, mi madre logró su segundo embarazo. Ella estaba feliz, una brillante sonrisa llegó
Al día siguiente, en la mañana, Gabriel se despertó y de inmediato marchó a su habitación donde tomó un baño y se fue a la empresa. Sentía vergüenza con Laura, pues, por un impulso, fue maleducado.—¿Qué diablos hiciste, Gabriel? —se cuestionaba a sí mismo sin encontrar respuestas evidentes.—Mi amigo ahora habla solo, este es el siguiente paso a la locura definitiva.—Te iba a llamar en este momento, ven, acércate.—¿Sucede algo importante?—Necesito que investigues todo lo referente al accidente en el elevado del mes de mayo.—Recuerdo perfectamente este accidente, pues causó un gran revuelo en toda la ciudad, ya que no hubo sobrevivientes.—Investiga todos los pormenores, desde la ciudad de origen de los fallecidos. Hacia dónde se dirigía el auto y qué sucedió.—¿Qué traes, señor Wilson?Él llevó un bolígrafo hacia su boca, cosa que él mismo llamaba mala educación. —Solo curiosidad, Esteban, mucha curiosidad.Al final de todo, a Gabriel le hacía bien distraer su mente y pensar en o
La mañana regaló sus primeros rayos de sol y el viento entró por la ventana, haciendo que Gabriel abriera los ojos.Había pasado mucho tiempo desde que pudo descansar y dormir como logró hacerlo en esa ocasión.Un bostezo después de estirar su cuerpo fue su primer movimiento, y al sentarse en la cama y observar su celular, encontró llamadas perdidas de Sabrina y un mensaje junto a algunas fotos donde modelaba semidesnuda que no lograban provocar absolutamente nada en él.MENSAJE: Sabrina—¿Sexting?Todo en ella era vulgar y fuera de lugar. Gabriel odiaba la idea de solo leerla, así que después de dejar el mensaje abierto y sin respuesta, entró al baño y se organizó para iniciar su día, ya de mejor ánimo y más descansado.—Buenos días, señor Wilson. Hoy se ve radiante. —Lo recibió Esteban.—Eso depende de las noticias que tengas para mí. —Respondió sin disminuir sus pasos.—Los italianos aceptaron y hemos iniciado con lo que muy pronto se convertirá en una sociedad.—¡Perfecto!—Este f
«Ring, Ring, Ring» —¿Estás sentado?—Sin rodeos Esteban, mi día inició mal y no estoy para juegos.—¿Qué sucedió? ¿Tan temprano y ya de malas? No me preocupes.—La señora Ferrari… Ya conoces sobre el tema, solo que en esta ocasión se presentó en mi casa con una mujer que parecía abogada o representante legal.—¿Cómo puede hacer algo así? Insisto en que debes terminar con esa situación.—Ella es la madre de Sandra ¿Lo recuerdas? —Sí, y también recuerdo que quiere hacerte daño y quitarte a tu hija. Me parece increíble que sigas con esta situación que incluso ha llevado a Sabrina a tu vida.—Siento que si voy en contra de esa señora, le estaré faltando a mi esposa, pues ella es su madre.—¿Entonces prefieres casarte con una descerebrada, ambiciosa y caprichosa mujer para simular una familia, solo por no ponerle fin a una situación?—Te lo he repetido mil veces, Esteban. Yo no me voy a casar con Sabrina. En este momento todo está normal en casa y en cuanto pueda se lo voy a informar a m
«Ser feliz»—S, señor Wilson, perdón, pero me dormí muy temprano. ¿Deseas dormir junto a la pequeña? Me puedo ir a la otra habitación.Él la observó sin ocultar cómo se sentía al tenerla cerca; en sus ojos se veía la preocupación. —¿Cómo puedes ser tan fuerte?—¿Se siente bien?En un impulso acarició su rostro y ella salió de la cama evitando el roce. —Perdón por esto, pero acabo de leer sobre lo que sucedió la noche del accidente y no puedo creer lo fuerte que eres.—Quizás la vida me hizo de esta manera para que estuviera preparada para ese momento.—¿Eso quiere decir que no fue mi caso?—¿Por qué no lo sería? Creo que, a pesar de los golpes fuertes, te has mantenido de pie y eso también te hace valiente.—No. No soy fuerte y cada día la vida me recuerda lo que realmente soy.—¿Quién eres, Gabriel?—¡No lo sé!—Entonces te toca descubrirlo. Todo estaba escrito desde antes de nuestro nacimiento, y es como lo acabo de decir. De alguna manera nacimos preparados para nuestros destinos.
Laura se sintió atada al intentar moverse en la cama, y cuando abrió los ojos encontró a Gema y Gabriel durmiendo junto a ella. No podía creer lo que estaba viendo y más porque, mientras él dormía profundamente, la tenía abrazada en su pecho.—¡Oh, no! Cada vez se me hace más difícil. —susurró mientras observó al atractivo hombre compartiendo con ella la cama, sintiendo el calor de su pecho y el olor de su cuerpo.Era de madrugada y cerró los ojos hasta quedar nuevamente dormida, pero no fue mucho lo que logró, ya que minutos después escuchó a Gabriel quejarse durante lo que parecía una pesadilla.—¡No, no me dejes, por favor! ¡Nooo!Él estaba sudando, aunque el aire acondicionado estaba encendido.En ese momento, la pequeña empezó a moverse y ella lo tocó hasta que abrió los ojos.—Ya pasó. Al parecer tenías una pesadilla. —Susurró mientras acariciaba sus mejillas.—No me dejes solo, Laura.¿Había dicho su nombre? Ella no podía creer lo que escuchó de sus labios, pero una mirada pene
¿Cuándo nacen los sentimientos?, ¿Cómo se apoderan de todo? Se llevan los recuerdos de nuestros corazones y solo nos hacen querer estar con su dueño. Era increíble la tranquilidad que le brindaba con solo tenerla cerca.Pero besar sus labios era el elixir que combatía el dolor y se declaraba victorioso.—Creo que estás confundido.—¿Por qué lo estaría?—Quizás después de tanto tiempo solo, mi compañía lo hace pensar erradamente. ¡Mírame!—Lo estoy haciendo —respondió sin apartar la mirada de la joven.—Yo no soy nadie y no puedo brindarle nada. Tampoco sería justo que jugaras con mis sentimientos cuando lo único que intento es hacerle compañía. En este juego podemos perder la cercanía. ¿Estás consciente de eso?—Eres alguien con mucho valor y este valor no lo puede comprar el dinero. Cuándo conocí tu historia, justo en ese momento caí postrado ante tu fortaleza y solo me quiero refugiar en ella.—Acepto tu compañía y te brindo mi cercanía, pero, ¿y los besos?—Eres hermosa y tus labio