El enojo seguía presente en la vida de Gabriel y para calmar la tempestad decidió olvidar lo sucedido y continuar con lo que tenía planeado una vez ingresará a su habitación de hotel, así que después de tomar un baño llamó a su prometida intentando encontrar su dosis diaria para intentar conciliar el sueño.—¡Amor, estaba esperando tu llamada! ¿Qué tal ha sido tu viaje y toda la travesía?—Algo cansado debido a la distancia recorrida, pero ya estoy aquí y ahora podré descansar.—Siento intranquilidad en tus palabras. ¿De verdad te sientes bien?—Te extraño y no me acostumbro a estar sin ti, espero poder resolver los pendientes en este país para volver con mi compañera.—A tu regreso te daré una sorpresa que, aunque no sé si te gustará, no puedo esperar para conocer tu reacción.—Si viene de ti, estoy seguro de que me va a gustar. ¿También me lees algunas páginas de tu cuaderno de apuntes?—Sí.—Perfecto, también haré lo mismo.Con los minutos la tranquilidad llegaba a la vida de Gabri
El día había iniciado ajetreado para todos, ya que Tomás, desde que ingresó a la empresa, se mantuvo de un lado para otro. La situación despertó la inquietud en Ángela y no soportó por mucho rato y se presentó en la oficina de vicepresidencia con una taza de café.—¡Vales, oro, mujer! ¿Cómo sabías que necesitaba cafeína para continuar sin morir en el intento?—Tu rostro de preocupación es bastante obvio. ¿Sucede algo con mi cuñado? —Se acercó y le entregó la taza de café.La preocupación visible en el rostro de Tomás alertó por completo a Ángela y ella no quiso perder tiempo, no, conociendo la condición en la que su amiga se encontraba.—Anoche me llamó muy alterado para informarme que su ex prometida entró a su habitación sin su permiso y esto provocó un gran alboroto. —¿Cómo sucedió eso, cómo esa mujer sabía que mi cuñado se encontraba en Rusia?—Es lo que llevó parte de la madrugada investigando. —terminó dando un sorbo a su café.Mientras le contaba todo lo que sabía al respecto,
«La hermana de mi hermana»Laura se sintió feliz en la compañía de su hermana y aunque no sabía nada referente a ella, su compañía le regalaba tranquilidad y felicidad. Solo con esto ella estaba feliz y en cuanto pudo le contó todo lo que sintió durante la reunión a su amiga Ángela con una gran sonrisa en sus labios. —¡Espera! ¿Dejaste que se acercara tanto una persona que ves por primera vez en tu vida?—Si vieras el gran parecido que tenemos entendería el porqué de mi actitud. —Amiga, está de más decirte que ahora tienes otro estatus social, pero como estás un poco tonta o tarada, te voy a recordar que eres la prometida de uno de los hombres más importante de los Estados Unidos ¿Por qué esa mujer no se acercó antes a buscarte?—Ella dijo que…—¡Bla, bla, bla…!—Nunca permitas que nadie se acerque tanto, por lo menos me vas a dejar tranquila diciéndome que el escolta estuvo cerca en todo momento.—¿Por qué siempre estás paranoica?—Porque la vida a punta de madrazos me ha enseñado
—Por fin he encontrado a la afortunada. —Lanzó la cartera y suspiró pesadamente.—¿Has hablado con Laura? —Así es y aunque su escolta guardaespaldas o como quiera que se llame, no apartaba su mirada de mí, hablamos un poco y tomamos un café.—¿Por eso tu rostro inexpresivo y molesto? —Es verdaderamente molesto que vengamos a la vida y la mejor parte le toque a la persona que ha puesto como tu medio hermana, es injusto, madre.—¿Qué dices, hija? Pensé que buscabas a tu medio hermana desesperadamente porque querías acercarte a ella y conocerla.—Tenía curiosidad de conocer a la persona que mi padre eligió para darle amor, calidez y un hogar… —terminó susurrando entre dientes. —No puedo creer lo que escucho, pues no eres la hija que conozco ¿Qué sucede contigo, Sofía?—Al conocerla he sentido muchos celos. Somos muy parecidas y la suerte le sigue sonriendo a ella, porque ahora en su mano izquierda lleva un gran anillo que solo con eso podríamos vivir tranquilas y dejar de pasar tantas
«La piedra en el zapato» En cuanto estuvo de regreso, Sabrina corrió a encontrarse con Raúl. Ella no quería perder más tiempo y sabía que solo él podría quitar la piedra de zapato y le regalaría la tranquilidad que estaba necesitando. «Tock, Tock, Tock» Raúl se encontró extrañado de que tocarán a su puerta cayendo la noche, pero conocía esa manera de tocar, ya que habían acordado hacerlo de esa manera con Sabrina, así que abrió la puerta y ella entró sin esperar que le diera el permiso para el acceso. —¿Por qué demonios demoraste tanto en abrir? ¿Qué tengo que hacer, señales de humo para que sepa que soy yo quien te toca la puerta? Su actitud estúpida no era para nada del agrado de Raúl, pero como necesitaba de ella tenía que soportar sus gritos… —Usted me dijo que estaba en Rusia. ¿Lo recuerda? —Sí, allá fui a buscar a un hombre que solo me desprecio, humilló e hizo que me deportaran. —¡Qué mal! —¿Mal? Mal es como quiero que lo dejes cuando termines con él —ella expresó esas
La noche estaba cayendo después de un hermoso atardecer y la sonrisa plena en el rostro de un hombre no se dio a esperar. Estaba ansioso por llegar a su hogar y recibir abrazos y besos de las mujeres más importantes de su vida.¿Trabajo acumulado? Eso nunca faltaba y, aunque debía pasar por la empresa y dejar documentos importantes, no logró controlar sus instintos y se fue directo a su mansión. Al abrir la puerta, se encontró con su pequeña hija, quien lo esperaba con los brazos abiertos.—¡Papá, papá! —corrió para alcanzarlo y poder darle un gran abrazo.—Mi Gema preciosa, papá te ha extrañado mucho —Terminó llenándola de besos. —¿Cómo te has estado portando? ¿Me has extrañado?—Me portó bien porque Nana, está llorando mucho… Papá no quiero que mi Nana esté triste.Gabriel de inmediato se preocupó por la situación. —¿Ella está llorando, dices? —Con ojos tristes afirmó ante la pregunta. —¿Dónde está tu Nana?—Allá afuera en los columpios…—Bienvenido a casa, señor Wilson. Gema está h
Se podía respirar más tranquilo y nuevamente los latidos de su corazón volvieron a su regularidad, pues aunque aún existía el miedo, sus besos, caricias y la seguridad que él le transmitía, podían hacerla claudicar y sacarla con gran felicidad de su realidad errada. Su mirada era tierna, penetrante y su sola compañía la hacía sentirse tan segura que olvidaba incluso sus más profundos temores. Hasta ese punto se dio cuenta de que había llegado el momento de hablar sobre las vidas que estaban creciendo en su vientre, pero ¿cómo hacerlo? ¿De qué manera lo tomaría cuando fue algo que no se había planeado? No sabía cómo empezar, pero definitivamente había llegado el momento de hacerlo. —Te había dicho que visité a la doctora, ¿lo recuerdas?—Así es y quiero que estés tranquila, todo lo sucedido ha sido obra del destino y en esta ocasión me ha favorecido. —terminó tocando su pecho junto a un gran suspiró.—Aparte de enterarme de esa noticia, también logré enterarme de algo que no sé cómo
«En duda»—Intenta negar todo. ¿No podrás, cierto? ¡Trepadora! Ahora entiendo muy bien por qué entraste al puesto más elevado que tiene esta empresa, maldita perra.La puerta se abrió y esa mujer entró gritando a todo pulmón, dejando a Ángela acorralada en el escritorio.—¡No te acerques tanto o no respondo!—¿Qué piensas hacer? Porque arruinarme la vida desde que llegaste ha sido un hecho.—Yo no sé de qué me acusas, pues en ningún momento me he metido contigo y ni siquiera te he mirado, así que no mientas. —¡Ah, no! ¿No sabes de qué te estoy acusando? Desde mi primer día en esta empresa he venido escalando. Entre como conserje, luego resección, estuve incluso antes de mi hora de entrada y mantuve cada día de mi vida dando lo mejor de mí para intentar llegar al puesto que en un abrir y cerrar de ojos has tomado, y no solo eso, ahora también veo que te arrastra por el suelo por el hombre que siempre me ha gustado. —Yo no me estoy arrastrando por nadie, lo que sucede entre Tomás y yo