—Por fin he encontrado a la afortunada. —Lanzó la cartera y suspiró pesadamente.—¿Has hablado con Laura? —Así es y aunque su escolta guardaespaldas o como quiera que se llame, no apartaba su mirada de mí, hablamos un poco y tomamos un café.—¿Por eso tu rostro inexpresivo y molesto? —Es verdaderamente molesto que vengamos a la vida y la mejor parte le toque a la persona que ha puesto como tu medio hermana, es injusto, madre.—¿Qué dices, hija? Pensé que buscabas a tu medio hermana desesperadamente porque querías acercarte a ella y conocerla.—Tenía curiosidad de conocer a la persona que mi padre eligió para darle amor, calidez y un hogar… —terminó susurrando entre dientes. —No puedo creer lo que escucho, pues no eres la hija que conozco ¿Qué sucede contigo, Sofía?—Al conocerla he sentido muchos celos. Somos muy parecidas y la suerte le sigue sonriendo a ella, porque ahora en su mano izquierda lleva un gran anillo que solo con eso podríamos vivir tranquilas y dejar de pasar tantas
«La piedra en el zapato» En cuanto estuvo de regreso, Sabrina corrió a encontrarse con Raúl. Ella no quería perder más tiempo y sabía que solo él podría quitar la piedra de zapato y le regalaría la tranquilidad que estaba necesitando. «Tock, Tock, Tock» Raúl se encontró extrañado de que tocarán a su puerta cayendo la noche, pero conocía esa manera de tocar, ya que habían acordado hacerlo de esa manera con Sabrina, así que abrió la puerta y ella entró sin esperar que le diera el permiso para el acceso. —¿Por qué demonios demoraste tanto en abrir? ¿Qué tengo que hacer, señales de humo para que sepa que soy yo quien te toca la puerta? Su actitud estúpida no era para nada del agrado de Raúl, pero como necesitaba de ella tenía que soportar sus gritos… —Usted me dijo que estaba en Rusia. ¿Lo recuerda? —Sí, allá fui a buscar a un hombre que solo me desprecio, humilló e hizo que me deportaran. —¡Qué mal! —¿Mal? Mal es como quiero que lo dejes cuando termines con él —ella expresó esas
La noche estaba cayendo después de un hermoso atardecer y la sonrisa plena en el rostro de un hombre no se dio a esperar. Estaba ansioso por llegar a su hogar y recibir abrazos y besos de las mujeres más importantes de su vida.¿Trabajo acumulado? Eso nunca faltaba y, aunque debía pasar por la empresa y dejar documentos importantes, no logró controlar sus instintos y se fue directo a su mansión. Al abrir la puerta, se encontró con su pequeña hija, quien lo esperaba con los brazos abiertos.—¡Papá, papá! —corrió para alcanzarlo y poder darle un gran abrazo.—Mi Gema preciosa, papá te ha extrañado mucho —Terminó llenándola de besos. —¿Cómo te has estado portando? ¿Me has extrañado?—Me portó bien porque Nana, está llorando mucho… Papá no quiero que mi Nana esté triste.Gabriel de inmediato se preocupó por la situación. —¿Ella está llorando, dices? —Con ojos tristes afirmó ante la pregunta. —¿Dónde está tu Nana?—Allá afuera en los columpios…—Bienvenido a casa, señor Wilson. Gema está h
Se podía respirar más tranquilo y nuevamente los latidos de su corazón volvieron a su regularidad, pues aunque aún existía el miedo, sus besos, caricias y la seguridad que él le transmitía, podían hacerla claudicar y sacarla con gran felicidad de su realidad errada. Su mirada era tierna, penetrante y su sola compañía la hacía sentirse tan segura que olvidaba incluso sus más profundos temores. Hasta ese punto se dio cuenta de que había llegado el momento de hablar sobre las vidas que estaban creciendo en su vientre, pero ¿cómo hacerlo? ¿De qué manera lo tomaría cuando fue algo que no se había planeado? No sabía cómo empezar, pero definitivamente había llegado el momento de hacerlo. —Te había dicho que visité a la doctora, ¿lo recuerdas?—Así es y quiero que estés tranquila, todo lo sucedido ha sido obra del destino y en esta ocasión me ha favorecido. —terminó tocando su pecho junto a un gran suspiró.—Aparte de enterarme de esa noticia, también logré enterarme de algo que no sé cómo
«En duda»—Intenta negar todo. ¿No podrás, cierto? ¡Trepadora! Ahora entiendo muy bien por qué entraste al puesto más elevado que tiene esta empresa, maldita perra.La puerta se abrió y esa mujer entró gritando a todo pulmón, dejando a Ángela acorralada en el escritorio.—¡No te acerques tanto o no respondo!—¿Qué piensas hacer? Porque arruinarme la vida desde que llegaste ha sido un hecho.—Yo no sé de qué me acusas, pues en ningún momento me he metido contigo y ni siquiera te he mirado, así que no mientas. —¡Ah, no! ¿No sabes de qué te estoy acusando? Desde mi primer día en esta empresa he venido escalando. Entre como conserje, luego resección, estuve incluso antes de mi hora de entrada y mantuve cada día de mi vida dando lo mejor de mí para intentar llegar al puesto que en un abrir y cerrar de ojos has tomado, y no solo eso, ahora también veo que te arrastra por el suelo por el hombre que siempre me ha gustado. —Yo no me estoy arrastrando por nadie, lo que sucede entre Tomás y yo
Ella había insistido en dormir con él sin imaginar que su cuerpo empezaría a burbujear de una manera increíble. Su aliento y presencia tan cerca la hacían vibrar y le daban apetito sexual a tal punto, que sentía su vagina contraída y no sabía cómo actuar.Esto la hacía dar vueltas en la cama y no encontrar comodidad de ninguna manera.—¿Estás incómoda?—Para nada. —respondió de inmediato sintiéndose descubierta.—Es que te está moviendo mucho en la cama y como estás acostumbrada a dormir sola, siento que mi presencia no te permite descansar.—Yo soy muy adaptable y me puedo acostumbrar fácilmente a dormir sola o acompañada, ¿y tú cómo te sientes en mi compañía? —terminó mordiendo su labio inferior.—Me siento bien, algo inquieto, pero bien.—Siendo de esa manera intentemos dormir, pues es más de medianoche y mañana debemos regresar al trabajo.Él no dijo una sola palabra y se acomodó, cuando ella se iba a acostar en el lado contrario de la cama, él la llevó a su pecho, su pecho desnud
—Buenos días, señor Wilson. ¿Cómo amaneciste hoy?Tomás estaba feliz y eso de inmediato lo mostró con su excelente ánimo. En cambio, Gabriel, estaba preocupado.—Buenos días, excelente estado de ánimo, espero que sea contagioso.—¿Ha ocurrido algún problema? —se preocupó de inmediato. —¿Algo que tengas que decirme de los rusos?—No, con referencia a los negocios, estamos en el punto más alto.—¿Y con ese rostro de tragedia es cómo lo celebras?—Tomás, tengo sentimientos encontrados. Mi vida ha dado un gran giro y mi corazón está aterrado.Sin detenerse, empezó a contarle lo sucedido y la sonrisa del sujeto se evaporó cuando escuchó sobre el trasplante y la coincidencia tan grande que se encontró en todo el tema.—¿Lo has confirmado? —preguntó confundido.—Tú lo hiciste por mí.—¿Yo?En ese momento, Gabriel le mostró los documentos sobre la investigación.—No leí el artículo completo, ya que me tocaba viajar a Rusia…—Esto es algo que se escapó de nuestras manos y te juro que estoy con
Los días pasaron y con esto el cumpleaños de Gema había llegado. Ella estaba muy feliz, pues los colores, el ambiente, los globos y los demás niños la hacían sentirse increíble.Era su fiesta de cumpleaños número cuatro y la primera fiesta desde su nacimiento, pues los años anteriores eran de tristeza absoluta, así que ella decidió disfrutarlo y lo hizo corriendo como una niña de su edad.—Ha sido una idea fantástica celebrar el cumpleaños de Gema. ¿Has notado lo feliz que se ve?Amanda solo hacía ver a su nieta correr con una gran sonrisa junto a los demás invitados. Era lo más sorprendente que tenía aquel día, aunque no sabía que era su cumpleaños, lo disfrutaba como si estuviera consciente de lo que estaba sucediendo.—Me encanta ver ese rostro de felicidad y lo mejor es que unos años más adelante estará corriendo con sus pequeños hermanos por este enorme jardín.—Me alegro mucho que Gabriel haya permitido que se llevara a cabo la fiesta. Al principio se negó y pensé que no lo logr