Me despierto aturdida por lo que está sucediendo ya que, no recuerdo haberme dormido y mucho menos pedir una limpieza vaginal como forma de despertarme, pero, Arnold no es alguien que espere un pedido.
— Arnold, por favor.— Buenos días, querida. Es un hermoso día, ¿no es así?— Arnold, ¿Qué rayos estás haciendo? — pregunto confundida.— Comiendo mi dulce favorito de Colombia. — dice Arnold y yo me siento avergonzada.— Deberías pedirle perdón a cada colombiano que hace exquisitos dulces o comen un poco de ellos y dudan de tu opinión.— Me alegra que estén en contra de mi opinión porque si opinan lo contrario, los mataré, nadie puede decir que tu vagina es exquisita si no soy yo.Celos, la posesividad de él no conoce límites, como tampoco su lengua. Por eso, aunque debería decirle queArnold besa mi cuello y se aleja de mí tomando una tostada mientras me giña un ojo dejándome completamente sensible cuando lo que ha dicho no amerita una reacción de esta forma.— Cariño, es momento de desayunar y marcharnos.— ¿Marcharnos?— Están molestando mucho porque no estoy presente, así que, debo viajar.— ¿A dónde? No, ni siquiera voy a preguntar, yo no voy a salir del país, no quiero que nos embosquen y termine muerta en el extranjero. Así que, ve tú solo. A mí puedes dejarme en uno de mis antiguos trabajos y…— Iremos a Colombia. — anuncia Arnold.— Iré a bañarme. — digo de inmediato y Arnold se burla por mi cambio abrupto de opinión.Llevo mucho tiempo sin visitar mi tierra por lo que, aunque vaya con un mafioso no me importará ir. Así que, desesperada
No sé qué es lo que sucede, pero no quiero hacer preguntas que puedan perturbarme, sobre todo, porque todos los escoltas que entran tienen más armas que dedos en su cuerpo. Lo cual quiere decir que las cosas están muy complicadas.— ¿Esto sucede por estar encerrado conmigo en casa cuando debías estar trabajando?— No, solo se agarran de cualquier excusa para molestar, solo eso. — dice Arnold, pero, dudo que ese sea el motivo real.— Debiste estar pendiente a tus asuntos.— También tengo derecho a descansar, ¿no crees? — pregunta Arnold.— Sí, pero mira lo que ha sucedido. — digo y él suspira profundo.— Ellos siempre van a molestar incluso si todo es perfecto, porque no quieren verme feliz y yo lo merezco, te tengo en mi vida y merezco tener una comida caliente hecha por alguien que es amable sin esperar algo a cambio. Así q
Todo acto lujurioso o amable que experimenté con Arnold al punto de hacerme olvidar quien es él realmente, ha quedado en el olvido ahora que recuerdo que su mundo… el real es así: violencia.Una que podría acabar con mi existencia en estos momentos por dejarme llevar por la vida tranquila que me daba en esa casa que parece una fortaleza.‘¿Ahora si comprendes que es un jefe de la mafia?’ me pregunto mentalmente.— No quiero morir.— Tranquila, yo estoy aquí. — dice Arnold y yo siento como algo perfora el cuerpo de Arnold y sin poderlo evitar se cae.— ¡Arnold! —grito sintiendo como mi mano queda prisionera de su cuerpo.— ¡Lesionaron al jefe! — grita alguien y todos se concentran en nosotros.— Por favor, no. Dime que estarás bien, necesito que estes bien. — digo angustiada.Arnold levanta su cuerpo y yo alejo m
No entiendo cómo pudo pasar algo así cuando se supone que ellos saben cómo controlar todo esto, pero no puedo quejarme ahora por sus errores cuando debemos avanzar en este grave problema que puede costarle la vida a Arnold.‘Debes ser fuerte, Eva. Solo manteniéndote calmada es que Arnold confiará en ti y no empeorará las cosas.’ me digo mentalmente.Pero, no es solo ser fuerte, si no, tener la calma que para este tipo de situaciones se requiere. Yo debo ser prudente sobre que decisiones tomar y la verdad, no tengo conocimiento sobre este tipo de cosas a las que Arnold me ha expuesto por la ayuda que le proporcione en el pasado.— No voy a irme. Así que, no hables, los chicos y yo nos encargaremos de esto. — digo intentando calmarlo.— Quien se atreva a ofender a mi querida Eva…— Silencio, Arnold. Necesito que te quedes en silencio o me molestaré porque no est&
Se supone que no lastimaría a alguien, pero también se espera que no haya alguien del personal médico que se atreva a dañar a su paciente. Así que, en termino de cometer errores, no estoy tan mal. Todos se sorprenden, incluso yo lo hago, porque aunque escogí su espalda tener más espacio como blanco, tenía la esperanza de que fuera innecesario esto. Pero, él no cumplió y yo debía hacer lo mío. — ¡Uhg, m*****a sea! — grita el hombre mientras varias personas entran al quirófano. — ¡¿Qué sucede?! — grita uno de los chicos que no sé diferenciar porque tiene cubrebocas como yo. — ¿Hay alguien más que quiera pasar de doctor o enfermero a paciente? — pregunta el doctor que parece a cargo de la cirugía. Nadie habla ni me regaña por lo que acabo de hacer, pero yo sí me lleno de pensamientos negativos al recordar lo que hice y como no dude en apagar la vida de ese hombre que yace en el suelo intentando alcanzar su espalda justo en la parte afectada. — Señorita Eva… — Iba a hacerle daño, as
Ni siquiera en mis sueños más locos creí posible que sería una escolta de alguien tan peligroso, sobre todo, cuando eso significaba disparar a alguien, pero lo hice y apenas ahora que Arnold está fuera de peligro es que puedo procesar ello.‘¿Qué rayos hiciste, Eva? ¿Cómo pudiste hacer algo así? ¿Acaso estás loca?’ Me pregunto mentalmente.Sin duda, no me conozco, porque ni siquiera en mis sueños me creí capaz de disparar y lo había hecho por un hombre que solo por salvarlo me está haciendo pasar un momento bastante difícil.— Esto es difícil.— Ya está metida en esto, señorita Eva. No creo que haya manera de que pueda escapar, así que, vea lo difícil como algo posible de realizar hasta el punto que lo vea muy fácil.— Dudo que eso sea posible.— Quédes
Arnold disfruta verme sin salida y presa del pánico, él es un hombre que no es bueno y por eso, están buscando para asesinarlo. Pero no puedo odiarlo completamente, porque, aunque he sido secuestrada, no me ha tratado de forma tan terrible. ‘Solo quiere asesinar a todo el que se te acerque, nada más.’ Me digo mentalmente. Tengo miedo de todo lo que podría hacerme si intento marcharme, pero también tengo miedo de quedarme, sobre todo, con cada cosa violenta de la que he sido parte. Algo que está empezando a contaminarme. — Hoy le disparé a alguien que quiso hacerte daño, eso fue algo que normalmente yo no realizaría. — digo con preocupación. — Siempre hay una primera vez para todo, no le des tanta importancia. — dice Arnold disfrutando mi sufrimiento. — Para ti no es algo importante porque estás acostumbrado a causar dolor, pero para mí es algo terrible, porque nunca he querido infringir ese tipo de sufrimiento. Aunque parece un poco preocupado por lo que le he mencionado, en su m
Un descarado. Arnold Krick es un descarado en todo el sentido de la palabra. Porque él me pidió ayuda y mi único error fue brindársela, para que ahora me trate de esta forma. Esto demuestra que uno no puede darle ayuda a cualquiera por mucho que lo pida. Porque no todos serán agradecidos.— ¿Te sorprende que actúe así, Eva? Yo soy un criminal, pertenezco a la mafia.— Lo sé. Pero se supone que conmigo no actuarias así. Porque yo no merezco este tipo de trato y si realmente quieres conquistarme, así no vas a lograrlo. — digo molesta y él me sonríe.— Por la fuerza también se enamora y la verdad, creo que conmoví tu corazón hace poco. Ser herido te hizo quererme al menos un poco, querida.‘Sin duda, Arnold no piensa como normalmente lo hacen las personas y yo tampoco soy normal por preocuparme por un tonto que es jefe de la m