Dudo que Arnold se haya tomado tanto trabajo para protegerme, cuando he visto incluso como hace explotar autos con personas en su interior. Él no me ha ocultado lo que es, incluso, me ha hecho temerle.
Así que, dudo un poco lo que dice este hombre que me graba, después de todo, Arnold asesinó a Shelvy y su familia delante de mí, además de eso, se atrevió a torturar en la misma casa donde estaba yo, así que, dudo que…‘Una guerra es diferente, Eva. Sobre todo si lleva dos meses en eso.’ Me dice mi mente.Quiero encontrar alguna otra explicación, pero, no es posible, Arnold no es de los hombres que normalmente desaparece como lo hizo, porque en ningún momento se comunicó conmigo en estos meses.Lo único que sabía de él era a través de sus escoltas que escasamente me escribían, pero, no me pareció molesto, extraño síSé lo que me espera, las cosas no serán fáciles para mí, porque al final, lo único que quiere es alimentar el ego y orgullo golpeándome para así enviarle a Arnold su golpe final diciéndole que no pudo proteger a su mujer.Arnold ni siquiera tendrá tiempo para ver el video, por eso, dudo que pueda responderle algo y si lo hace, ya estaré muerta.— Corta el video y envíalo. Quiero que tenga tiempo para recuperar a su mujer, aunque le daré muy poco tiempo para que la rescate.— Una hora es mucho cuando él es tan malnacido.— Bueno, la realidad es que Arnold no será capaz de venir aquí. Después de todo, por mucho que se crea el mejor, no podrá teletransportarse. — dice el hombre y todos se burlan.— Entiendo lo que te molesta, pero, por favor, déjame ir. No ganarás algo mandándole el mensaje. Yo
Ni siquiera sé cuántas veces me ha pegado con su látigo, tampoco sé cuánto tiempo toleraré esto, pero, esas no son las cosas que me preocupan, si no, ¿Quién va a salvarme? ¿Quién se acordará de mí y será capaz de arriesgar su vida para que yo me encuentre bien?— Reacciona, pequeña, ¿acaso no vas a decirme esas palabras que no entendí? Porque dudo que tengan un significado en el diccionario.— Déjame ir. — digo con enojo.— ¿Por qué eres tan terca, Eva? Puedes decirme lo que quieres, pero sigues siendo terca.— Chicos, ¿hay una respuesta de Arnold? Ya ha pasado una hora.— No lo ha visto.— Entonces, vamos a mandarle una foto. — dice él y de inmediato, rompe mi ropa.Tengo mucho dolor en todo mi cuerpo, pero, el dolor no es suficiente para lo que estoy expe
Narra Arnold.Estos perros no dejan de causar problemas aunque los asesine. Es como si fueran unas malditas ratas o cucarachas que nunca acaban, demostrándome que hice bien en llevar lejos a Eva, porque ella no soportaría algo así.Sin embargo, sigo sintiendo que algo no está bien y por eso, ordeno una avioneta para ir a verla. Ya no puedo soportar más tiempo viéndola solo por fotos mientras estos perros siguen molestándome.Es entonces, cuando el primer mensaje de mis escoltas llega, uno tan raro que me hace sospechar, porque aunque usa el código clave para comunicarnos, sigue siendo extraño; no me ha mandado videos de mi esposa.— Miguel, entra a las cámaras de la casa, necesito saber si solo estoy siendo supersticioso o algo le ha sucedido a mi esposa. — digo con enojo.— Jefe, estoy enviando…— ¿Debo preguntar de nuevo?— Parece que
Parece que ellos no pueden comprender el peligro que soy cuando estoy molesto, ellos no alcanzan a imaginar lo que soy capaz de hacer cuando mi mente solo piensa en asesinar y por eso, se burlan de mi mujer.‘Están cometiendo un grave error, pero, no van a aprender ello si no les doy el aprendizaje que necesitan.’ Me digo mentalmente.Es eso lo que me hace tomar mi teléfono y llamar a Miguel, porque no quiero que cometan un solo error como yo lo he estado haciendo debido al mismo enojo que tengo.— Señor Krick, estamos cerca. Seguimos su rastro de muertos.— No los maten, lastímenlos de gravedad al punto en el que no puedan disparar o huir, pero, no los maten, lo que han dicho de mi mujer los ha hecho merecedores de un destino peor que la maldita muerte. — digo colgando la llamada.— ¡¿Qué pasa, Krick?! ¡¿Acaso te molesta que probemos un poco tu perra personal?!
Nada se compara con lo que siento ahora. Durante mi vida he tenido perdidas que han causado dolores irreparables, porque nadie está exento de eso. Pero, esto que estoy sintiendo ahora, no tiene punto de comparación.Mi vista se ha nublado por las lágrimas acumuladas, los hombres que la rodean, me parecen peores que las malditas ratas que aplasto con mis pies y mi mujer… mi radiante, difícil y orgullosa mujer, está rota en miles de pedazos.‘¿Cómo podrás arreglar esto, Arnold? Fuiste un incompetente con la seguridad de tu mujer.’ Me dice mi mente.Quiero golpearme hasta perder la vida, porque se supone que cuando escogí tenerla conmigo nunca iba a permitir que algún bastardo le hiciera daño, pero, aquí estaba como un inútil viendo como han dejado a mi mujer.— ¿Cómo es posible…? — pregunta Tim y yo sonrío.&mdas
Un hombre no ha sufrido como debe hasta que pierde alguien que ama. Para ese dolor no hay una medicina que pueda ayudar ni mucho menos acciones que compensen el malestar que uno siente, es por eso, que es insoportable y tan notorio cuando alguien lo siente.Eso me pasa a mí, puedo comprar muchas cosas en el mundo con el dinero que poseo y asesinar a quien desee porque tengo la experiencia asesinando y nula alma o moral para arrepentirme de lo que hago.— ¡No, Arnold! ¡Ella no está muerta! ¡Te lo aseguro! — dice Tim intentando levantarse, pero, al no contar con sus brazos para apoyarse, no le resulta tan fácil ello.Cada sonrisa, los momentos compartidos, las largas sesiones de sexo, la primera vez que me hizo comida, sus cuidados, su cumpleaños y todo lo que vivimos en el mío… incluso las veces que ha intentado escapar…Todos esos momentos vienen a mi mente causando agonía, es e
Todos han sido un maldito grano en el trasero, uno que escasamente toleré y por eso, asesiné a muchos, pero, ellos decidieron meterse con lo que no tolero y yo les demostraré que es lo que sucede cuando hacen algo así.— Por favor… — dice Tim y yo presiono con fuerza el cuchillo hasta que se escucha un sonido que afirma que ha llegado a perforar el suelo de madera.— Te lo he dicho, no digas esas palabras. No gastes energía en cosas que no me ayudarán a cambiar de opinión.— ¡Ah! — grita Tim y yo sonrío.— Es verdad lo que dice el jefe. Su esposa no soporta las torturas, por eso se desmaya.— ¡Claro que no las soporta! ¡¿Qué malnacido torturaría a mi esposa además de ustedes?!El deseo de matarlos a golpes se hace fuerte, pero su delito es tan grande para perdonarlos al salvarles la vida. Eso es algo que
Soy consciente que un jefe de la mafia no debería tener debilidades, pero, hay cosas que no se pueden controlar y Eva es una falla en esa regla. Por eso, la abrazo con fuerzas implorando que mi calor la cure.— Finalmente puedo recompensarte… estás viva. — digo llorando como un niño pequeño.— No lo estaré por mucho tiempo si me abrazas así de fuerte. — dice Eva y yo no puedo evitar besarla.Su cuerpo sigue frio, incluso, podría decir que se ve tan frágil que en cualquier momento podría morir en mis manos, así que, soy yo quien tiemblo. El hombre que no se doblega ni teme, tiembla porque temo que si me muevo podría dañarla.— Lo siento, Eva. Lo lamento mucho. — digo llorando.— Arnold, no seas niña. Deja de llorar y llévame a un hospital, me estoy desangrando. — digo con dolor.— No sabes cuantas