MARTHADespertar de esta manera con Gio era algo que no me esperaba, una parte de mi mente se apagó ayer y se encendió una antorcha de pura necesidad, no estaba en mí pedirle nada, lo hice casi de manera inconsciente como si un lado primitivo de mi cerebro se hubiera hecho cargo y vaya que lo disfrute.Dios mio, ese hombre era puro fuego, ¿y la manera en la que me cuidó? sí, me tenía de un ala, las mariposas en mi estómago comenzaron a revolotear como si de un enjambre de abejas se tratara, y ya no hablemos de cómo me abrazó contra su cuerpo para me sintiera tan protegida y relajada que no me di cuenta cuando me quedé dormida.Cuando nos despertamos ya era pasado el mediodía, me bañé primero y fui bajando por si su abuela necesitará ayuda con la comida, tampoco es que la entendía mucho, pero quería ver si podía hacerle compañía, dejé a Gio dándose una ducha mientras yo bajé poco a poco las escaleras, había un hombre de cabello color caoba sentado en la mesa tomando una taza de lo que
GIO Sentir sus labios amoldándose a los míos con la misma entrega que yo le daba era un regalo que no merecía, pero que de todas formas tomaba, me encantaba verla así. Pasee mis manos por su delgado cuerpo encontrando sus pequeñas curvas fascinantes, la mayoría de las mujeres con las que estaba eran operadas y exageradas, pensé que era lo mejor, pero resulta que me gusta lo natural que era en todo. Me gustaba ella. Escuché unos pasos y abrí los ojos, vi los ojos curiosos de Manuel mientras hacia su caminata alrededor de la casa, no me gustó como vio a Martha, sin alertar ni querer hacer una tormenta en un vaso de agua me separo de sus labios. No quería que la viera punto. Los celos golpean con fuerza mi esternón y es mejor dejarlo pasar o me quedaría sin la mitad de mis hombres. —Vámonos a la habitación— hablé casi en sus labios y la vi suspirar. Mi falo se tensó ante ese gesto, seguía sin abrir los ojos cosa que me encantó de ella, se abandonaba a mis caricias de una manera desm
NOTA DE AUTOR: no es tan necesario leer, pero si quieren saber que pensó Gio esa noche aquí está. disfruten y pongan música acorde, se les quiere.GIOSabía que algo tenía y noté que era cuando salió del baño, se me quedó viendo embobada y medio cuerpo desnudo, sus pezones reaccionaron a su excitación y la veo a con la respiración más acelerada, su pecho, cuello y cara se estaban poniendo algo rojos, con un poco de dificultad caminó lento hacía la cama y como pude entró en esta y se acostó. Sabía lo que tenía y como aliviar su dolor, pero no sabía si hacer mi movimiento y podía arrepentirse por no estar lista aún al día siguiente. Así que no me moví esperando un movimiento de ella, habían pasado cerca de una hora y yo iba a girarme para ahora si dormir, la cortinas en la habitación estaban cerradas así que el cuarto estaba a oscuras, solo entraba un poco de luz por la rendija de la puerta, así que eso no nos molestaba sin embargo podía sentir la tensión en el cuerpo de Martha, no se h
AMOS COPPOLA(35 años antes)—Esa mujer no puede quitarme a Vincent— gritó la señora que me adoptó hace dos años hablando por teléfono no sé con quién— he intentado todo, no me vengas con estupideces, pero esa mujer tiene un coño mágico o algo.Luego de compartir otras palabras menos amistosas que las primeras colgó, primero lanzó el celular y luego el trago que cargaba en la mano.A mi nueva mamá le gustaba beber Martini, aprendí a prepararlo hace unos meses a petición de ella, me gustaba complacerla para que no me devolviera a ese feo lugar del que me sacó hace unos meses.Se desmayó después de vociferar que mataría a la mujer que le quitaba el amor de Vincent, la arrope y bajé las escaleras justo en el momento que el hombre que se supone que es mi nuevo padre hace su entrada como cada tarde.—¿Cómo está, señor Santori? —traté de ser cordial.No hubo respuesta de su parte casi como si no existiera, llegué a cuestionarme mi existencia, si no me querían aquí porque me trajeron. Esto s
ANETTESalgo del apartamento de Amos molesta como ya es costumbre desde hace un año.«Ese tipo es un bueno para nada, no sirve, es una vergüenza para la humanidad y para los que se hacen llamar hombres.» Pensé mientras me subía al coche.Maneje molesta el resto del camino por las calles de Roma hasta llegar a mi destino, los guardias revisan mi carro por fuera y con una linterna ven en el interior de mi auto, ya es rutina, así que me reajo los minutos que se toman en revisar, tedioso pero necesario.—Adelante, señorita Fontaine —moví mi coche al interior de la mansión, Conduje tres minutos más hasta llegar a mi verdadero destino.Mi apellido no era Fontaine, pero mi especialidad es ser un camaleón y adaptarme a lo que sea que quisieran que fuera.Me recibió el mayordomo mientras caminaba al interior de la misma como si me perteneciera todo.—Querida, ya estás devuelta— escuche que decía una voz ronca a mi espalda en alguna parte de la sala.La casa en sí, es hermosa con estilo tradici
GioLos días pasan rápido mientras Martha entrena y aprende lo necesario, por mi parte yo salgo a encargarme de todo el negocio, no puedo simplemente deshacerme de mis obligación con mi gente, el niño sigue donde está con su padre y la supuesta familia es feliz, he visto comportamientos extraños en la mujer, salidas extrañas dejando al niño con la vecina y cosas por el estilo mientras Miguel sale a “trabajar” mi dinero, juega en apuestas y en la bolsa de valores y como no, también en putas.Eso me lo he reservado para mí, Martha no tiene por qué saber eso... Aún.Me gustaba tener la ventaja en ciertas cosas, además no tengo por qué decirle todo, a ella sólo debe importarle su hijo y él está bien.¿Eran celos? Probablemente, de igual manera no iba a decirle nada, ella era sólo mía y sólo tenía una preocupación y esa es recuperar a su hijo así que eso no lo veo como algo necesario.Regresé a casa luego de un día exhausto en el que Amos no daba señales de vida, luego de la estupidez que
GIOOdiaba la manera insegura con la que me veía Martha, sentía que en cualquier momento querría irse y no puedo permitir una estupidez como esa la alejara de mi vida no es una maldita opción, eso me dan ganas de buscar a Filippo y darle una paliza por arruinar todo lo que hemos creado, sé que no se ha perdido todo en sí, pero no quiero que tenga dudas de lo nuestro una vez recuperemos a su hijo. Sé que Diego es muy importante en esta ecuación y todo debe salir perfecto.La llevé a la habitación que compartimos desde hace más de dos semanas y la desvisto, busqué una camisa mía grande y ella estaba esperando al pie de la cama vestida solo con un tanga, sus pechos se movían al ritmo de su relajada respiración y mi polla quería atención, pero lo ignore no se trataba de eso hoy, llegué hasta ella.—Brazos arriba, nena— obedeció ante mi orden y el flujo de sangre se dirigió al sur.Tan sumisa, tan perfecta.Martha era buena haciendo lo que le decían de buen grado, le gustaba complacer, tan
GIOPodría estar volviéndome loco, pero quería una cita con Martha. Nada de lo que hemos hecho ha sido de una manera normal.La conocí en el cementerio mientras ella hacia una ceremonia para su “difunto” esposo.Nuestra primera cita fue en la cárcel. Si es que puede llamarse asíNos vinimos a vivir juntos antes de intimar luego de sacarla de la cárcel.Primero dormí con ella antes de pensar en meterme entre sus piernas, definitivamente mi relación con Martha es todo menos normal.Así que quería esto. Estuve pensando en eso todo el día y creo que era lo mejor. Me gustó que aceptará ilusionada.Una vez más no pude negarme a enloquecer ante el cuerpo desnudo de Martha y la devoré en el baño, y mientras ella lo permita no dejaré de hacerlo.—Aquí tienes —Filippo entró en mi oficina sin tocar trayendo mi mente a la realidad.—Seguirás enojado toda la vida me imagino? —Pregunté recostándome de mi silla.Cruce mis dedos y los apoye en mi estómago.—Tú no quieres una amistad quieres un person