MARTHANo sé qué me llevo a decir eso, simplemente salió sin más. Me quedé viendo mi taza de té apenada por el silencio que se prolongó por lo que sentí una eternidad, por mi vista periférica veo a la silueta de Gio en la oscuridad de pie con puños apretados, no se movió ni dijo nada más y me sentí aún más tonta.Tal vez deba irme, creo que sería lo mejor y no seguir metiendo la pata, no quiero que crea que digo esto porque me ha salvado, porque no es así. Sí, estoy agradecida por todo lo que ha hecho, sin embargo, siento el cambio cuando el Capo se retira y queda Gio, el hombre que también siente y padece y, como él también me ha dicho cosas como esas, yo quería... No sé, hacer lo mismo. Hacer o decir algo que me haga expresar todo lo que Gio me hace sentir.—Debo irme, es tarde— murmure entre dientes, ignorando si me escuchó o no.Me levanté lo más rápido que pude, sin embargo, antes de mi huida una mano grande y fuerte toma mi muñeca deteniéndome, quedé con el pie derecho adelante
GioEncontrarme con Martha en la cocina, para posteriormente besarla y manosearla no estaba en mi lista de cosas en la madrugada, pero así se dio y me jode que nos interrumpieran, pero está bien, podía ser paciente. La entrega que tenía en esos momentos que estábamos ¡Demonios! Cualquier hombre mataría por una mujer así. Yo lo haría.Estaba completamente seguro de lo que decía y más cuando reconoció que le gusto, es mejor eso que nada... Pensé que tenía que luchar contra sus sentimientos un poco más, pensé sinceramente que todavía quería a ese hombre que ella tanto idolatraba.—¿Algún día dejarás de huir? —la cuestione un poco irritado por la pequeña interrupción de Isolda, aunque sabía que no era culpa de la morena.Reconocía que no debíamos estar en la cocina en estas tesituras, pero es mi maldita casa y si quiero puedo hacer lo que me dé la gana.¿Debería prohibirles que salgan de su habitación luego de cierta hora?Creo que la leche se me subió a la cabeza, tal vez debo aliviarme
MARTHAMentiría si no dijera que me ponía algo nerviosa comer con la abuela de Gio y si... Busque en Google que era Nonna en italiano, no sé cuál es el nombre de la doña pues todos le dicen Nonna. Nos lavamos las manos antes de entrar y ya todo estaba servido en la mesa del comedor.—Disculpen la tardanza —expliqué, mientras entramos algo nerviosas.Isolda no había dicho nada aún y no sabía porque estaba igual de nerviosa que yo que prácticamente casi estuve con el nieto de la señora, sentí mis mejillas calentarse así que desvíe ese pensamiento y lo guarde en lo profundo de mi mente para revisar eso más tarde.—Non preoccuparti, questa volta lo lascerò scorrere¹ —la mujer estaba sería y habló un rápido italiano que poco pude entender.¹ No te preocupes, lo dejaré pasar esta vez.Vi a Gio a modo de auxilio y este se levantó de la mesa para correr mi silla y la de Isolda y tomamos asiento.—La Nonna dice que está bien, que lo dejará pasar esta vez —me traduce lo que la señora había dich
GioQuería que Martha conociera Naro, un hermoso pueblito de Italia, así tal vez despejar la duda en su mente, allí tengo una pequeña casita en las colinas donde yo venía cuando quería desconectar y me traía buenos recuerdos. Fueron dos horas de camino desde Palermo hasta Naro y ella iba tranquila y confiada, tarareando una canción italiana que es pegajosa y rítmica.—Italia es demasiado hermosa —dijo admirando los árboles y pequeñas calles por las que íbamos pasando. No mentía, las calles de Italia son hermosas.—Sí, es hermosa— estuve de acuerdo sin quitar la vista del camino para intentar no estrellarme con ningún otro auto en la vía.—¿Dónde queda la pequeña villa? —preguntó justo cuando salíamos de la ciudad y vio el cartel de "gracias por su visita" —¡oh! Estábamos en Palermo. Nunca había viajado fuera de Estados Unidos.—¿Nunca? —indague incrédulo y curioso.—Mis padres eran de Michigan y se fueron a Nueva York en busca de algo mejor, murieron en un accidente cuando cumplí trec
Gio30 años atrás.Ser un Santori siempre fue complicado, padre me entrena desde que tengo 5 años para peleas de cuerpo a cuerpo, mi primera arma la armé cuando tenía 7 años y cuando pude hacerlo con los ojos cerrados me dio permiso para usar una, salimos a cazar sólo él y yo, a mamá le encantaban estos paseos, viajamos a un pequeño pueblo y ella se quedaba en casa mientras mi padre y yo cazamos.Siempre que podíamos veníamos un fin de semana, sin embargo, cuando veníamos con mi papá era sólo para entrenar y que no lo hiciera ya era algo extraño, me gustaba que papá pudiera escaparse de tanto trabajo.Un lunes en la tarde estaba comiendo unas ricas galletas en la cocina cuando mamá entra apurada en la cocina, solté la galleta pensando que me regañaría después de todo me dijo que no comiera de ellas hasta después de la cena.Regresamos esa mañana del pueblito al que mi padre y yo íbamos, estaba cansado y le pedí a mi madre no ir a la escuela hoy y ella aceptó, sabe que si no me sintier
30 años antesParte IILuego de morir mi madre y pasar al menos una hora con su cadáver frío, mi padre me sacó a rastras del lugar, pues yo no quería despegarme de ella.—Las cosas cambiaron, hijo— me decía mi padre, mientras él manejaba — te llevaré a mi casa y la Nonna cuidará de ti.—¿Seguirás viviendo lejos? —indague por hacer platica y viendo por la ventana.Estaba consciente de mi entorno, pero no me importaba mucho, sólo quería llenar el silencio dentro de la camioneta que se me hacía pesado.—Vivo en esa casa, pero sabes que trabajo mucho — explicó.—Sí, tu trabajo — dije con inquina.Quería herirlo, quería que sintiera un poco de lo que yo sentía, por su culpa mi mamá acaba de morir en mis manos, él debería sentirse culpable.—Mi abuelo decía que la organización Unito es más importante que la esposa y un hijo y siempre le creí pues así me criaron— comienza a explicarme y la verdad no mejoraba nada como me siento— cuando conocí a tu madre me gustó mucho yo… me enamoré de tu mad
Estuve alrededor de una hora bañándome, para hacer tiempo y que él se cansará de esperarme, cuando salí habían un poco de ropa en la cama, sólo era un suéter y un calentador, decidí que quería que el día se terminará y me metí en la cama y me arrope hasta arriba, cerré los ojos fuertemente esperando que al día siguiente todo esto fuera una pesadilla.Pero nada de eso pasó, sólo pesadillas de ver a mi madre en el piso y ver cómo me alejaban de ella.Desperté cuando alguien me movía tratando de que yo saliera de mi pesadilla, abrí los ojos asustado parpadeando varias veces para enfocar mi vista, vi a la madre de mi papá con el ceño fruncido de preocupación.Vi a mi alrededor al menos tres veces para ubicarme en donde estaba, no recuerdo haberme quedado dormido, sin embargo, recordé todo de golpe y dejé caer mi cabeza de nuevo en la almohada.—De verdad se fue... —mi melancolía era muy notable y ya no tenía energía de atacarla.—Podría mentirte y decirte que no. Que no se fue, pero sería
Gio 20 años atrás. Hoy cumplo los dieciocho años de edad, ya soy mayor de edad, aunque lo he sido desde los ocho años. Uno cambia mucho cuando pierdes de manera drástica a un ser querido. El regalo de mi padre es un rifle con mirada láser, me encantó y lo guardé, la Nonna me regaló un ser de cuchillos nuevos. —¿La pasaste bien hoy? —me pregunta la Nonna. Nuestra relación a crecido bastante en estos tiempos, es una gran amiga y consejera, y ahora si mi padre y yo no congeniamos ella es la intermediaria. —Todo estuvo excelente, me gustó mucho— traté de sonar convencido, mis cumpleaños no son mis favoritos, aun así, a para no dejar a la Nonna desilusionada dejó que haga estas reuniones pequeñas. —¡Ya cumpliste dieciocho años bastardito! —llegó Silvia con su particular olor a whisky debería patentarlo como un saludo— se me olvidó tu regalo. La mujer nunca dejó de ser despreciable por más peleas o amenazas que la Nonna y mi papá le daban, ella seguía en la misma línea y su fiel la