Martha
Viajamos hasta Hawái luego de unas pocas horas de sueño, todo era hermoso La Isla de Hawái es preciosa y mágica, como sus costumbres los nativos nos recibieron en la puerta del hermoso hotel, estaba maravillada con la vestimenta de los trabajadores y toda la decoración exótica del hotel.—Todo está hermoso Miguel ¿no podemos quedarnos aquí?—Amor ya todo está preparado, no podemos.—Tenía que intentarlo— dije con una sonrisa algo forzosa, no sé porque no quería ir en yate a 5 islas, era un sueño hecho realidad.Nos llevaron a nuestra habitación solo por este día para descansar, ese día fuimos un rato en la mañana a la playa, luego a las piscinas, tomamos cócteles y disfrutamos una maravilla de lugar.En la noche fuimos a una de los bares cerca del hotel bailamos un rato, pero lo de Miguel no es bailar sino más bien sentarse a platicar, así que lo acepté cuando se aburrió y quiso irse y después decidimos cenar algo a un lugar lindo y tranquilo.Lo del bar fue solo capricho mío, quería disfrutar lo máximo posible antes de salir en el agua, cosa que me daba nervios, el agua y yo no somos muy amigos hubo una vez en la que casi me ahogo en un lago cuando estaba de vacaciones con mis padres, así que el agua y yo no nos llevamos tan bien.—¡Ay, amor! ¿Estás seguro que un yate sea lo mejor?—Claro que sí, Marta yo preparé todo, vas a estar bien; a mi lado nada te va a pasar.—Yo sé amor, me siento segura a tu lado. Eres el mejor hombre que he conocido en mi vida.—Y tú la mujer más maravillosa del mundo.—Extraño mucho Diego ¿podemos llamarlo? le pedí esa tarde-noche antes de entrar al hotel.—Claro osita, yo también lo extraño muchísimo.Así lo hicimos, marque rápidamente el número de Sofía, acordamos que se quedaría con mi hijo por dos semanas, contestó al segundo tono cosa que me pareció encantadora de ella puesto casi nunca responde a las llamadas tan rápido.—Hola, hola ¿cómo están los recién casados? —preguntó en lo que contestó.—Estamos muy bien amiga y Miguel de maravilla, pero extraño mucho a Diego.—Bueno, aquí alguien no los extraña.—¿No me extraña mi bebé? — sé que lo dijo a modo de broma, pero no me gusto.—Mentira, es mentira ¿cómo vas a creer que no te extraña?—Como debe estar jugando y eso...—Sí, pero aun así pregunta por ti y por su papá.—¿Te ha hecho mucho berrinche? —si el cambio drástico le cae mal me regreso.—No, no para nada; es un niño encantador, se la pasa viendo sus caricaturas, juega y hace rato fuimos por un helado veníamos de regreso. Así que es casi un milagro que hayas que yo haya contestado.—Me lo imaginé. Jajaja —me reí —me pareció extraño enseguida contestaras al segundo tono——Bueno, bueno dejemos de hablar de mí. Mejor vamos a pasarte al guapetón de Diego —enseguida escucho murmullos a través del teléfono y luego la voz de mi adorado de mi Diego que claramente me llamaba.—¿Es mi mami?—Sí, mi amor es tu mami, ven para que hables con ella —escuché a través del celular—¡Sí! mi Mami.—Hola, mi amor bello ¿Cómo estás?—Bien, mami ¿tú? — aún había palabras que él no pronunciaba bien.—Bien, mi amor las playas están hermosas, para el año que viene te traemos ¿Qué te parece si venimos los tres juntos?—Sí, mami... sí, sí, sí— habló muy emocionado y se le escucha a saltar —Diego quiere jugar en la playa.—Sí, mi niño hermoso. Yo sé que Diego quiere jugar en la arena.—Hola, campeón ¿Cómo estás? —pregunta Miguel en saludo a nuestro hijo.—¡Papi! —se escucha como nuestro hijo saluda a su papá, lo puse en altavoz y empezamos a hablar con él duramos alrededor de 15 minutos hablando y luego Diego se aburrió y se fue a ver sus caricaturas.—Muchísimas gracias por cuidarlo, Sofía— estoy eternamente agradecida con ella y se lo hice saber cuándo tenía de vuelta el teléfono.—Nada que agradecer amiga, tu hijo es un bombón de niño y se porta espectacular me encanta cuidarlo.—Ja, ja, ja; sí, mi hijo es demasiado bello. Bueno amiga te dejo que luego de cenar vamos a caminar por la playa.—Que romántico y ¿en qué playa están?—En Hawái— respondí risueña.—¡OH, el Eterno Hawái! me encanta. —dijo soñadora —Fui de vacaciones hace 2 años.—¿Ah sí? Miguel también vino hace 2 años para una convención de contadores.—Así me dijiste— me asegura—¿Si te conté? Bueno sí, yo te cuento todo.—Claro, amiga tú todo me lo cuentas.—Bueno mi amor te dejo. Gracias Sofí y colgamos —no sabía que Sofía había venido hace 2 años a Hawái —dije consternada.—Como no vas a saber, amor seguro se te olvidó —me asegura tranquilamente Miguel.—¿Tú crees?—Claro que sí, osita.—A veces tengo la cabeza en la luna—Sí, bueno vamos a cenar, no me gustó mucho lo del bar.—Es porque es temprano y había poca gente— lo excuse —¿qué te parece si probamos comida típica del lugar? —le pregunté a Miguel.Pero aún me rondaba en la cabeza las palabras de Sofía. De verdad no recordaba que me haya dicho que se había venido de vacaciones a Hawái hace 2 años, a veces duramos un tiempo sin vernos. Estaba tan ocupada entre el trabajo y Diego que creo que no lo noté, que extraño hice una mueca mientras seguía a Miguel al interior del hotel, no le di más importancia y nos fuimos a cenar le preguntamos al de la recepción y nos dio una guía turística para ir a buen lugar, alquilamos un carro pusimos la dirección en el GPS y nos fuimos al Ohana, un lindo restaurante hogareño lejos de los turistas, con mucha gente nativa sentados comiendo y bromeando en familia. En La Isla toda la comida estaba deliciosa, todo era nuevo y exótico para nosotros y las personas al vernos llegar vez de comportarse de manera grosera con nosotros fueron muy amables y hospitalarios.Estuvimos conversando con toda la gente y horas después estábamos agotados así que nos fuimos al hotel a descansar.A la mañana siguiente muy temprano en la mañana estábamos en el muelle para tomar el yate, era algo pequeño más o menos pequeño como para unas 10 personas, tenía tres recámaras abajo, era de un lindo color blanco inmaculado y se veía algo moderno.—Miguel ¿De dónde sacaste tanto dinero para alquilar esto, mi amor?—Osita, por favor no te preocupes por esas cosas, no pague ni la mitad de lo que cuesta un verdadero alquiler de este yate. Mi jefe es el dueño del yate y me lo alquiló por estas dos semanas. No te preocupes, lo tengo todo calculado.—Pero, ¿estás seguro? siento que es mucho dinero y es mejor ahorrarlo— mi yo ahorrativa salió a la luz.No me gustaba despilfarrar el dinero, me gustaba ser sensata y gastar según nuestras ganancias, pero Miguel siempre fue más de gastar y yo de guardar.—Osita por favor, te quiero complacer y quiero que tengas todo en esta luna de miel —hablo perdiendo un poco la paciencia.—Miguel lo que yo tengo contigo y lo que te amo, no lo vale el dinero que gastes.—Lo sé, osita. Lo sé, pero quiero complacerte, quiero consentirte como la reina que eres— amaba todos sus detalles.—Dices y haces unas cosas maravillosas, Miguel —se me olvidó todo —está bien. Vámonos, igual ya lo debiste de haber pagado.—Sí osita, ya lo pague nos vamos de luna de miel.—¿Nadie nos va a acompañar?—Osita, por favor tú sabes que yo sé navegar.—Sí Miguel, pero no es mejor tener a alguien que vaya navegando, mientras nosotros disfrutamos, mi amor—Tranquila, tu recién estrenado esposo tiene todo calculado. Esto tiene para navegar por sí solo —me informa y no sé porque eso me parece peor — solo espera que estemos mar adentro.—Miguel, se te ocurre cada cosa—le medio reproche medio dije en broma, sonriendo cariñosamente— vamos a disfrutar de las mejores dos semanas de nuestras vidas.—Sí, Miguel. Vámonos hay que disfrutar.No sé qué pensaba cuando acepté toda esa locura.MarthaDos días pasaron entre Islas, playas exóticas, agua salada y mucha diversión.En nuestro tercer día de luna de miel, manejamos mar adentro y digo manejamos porque Miguel me dio el timón. Así que lo guíe Mar adentro saliendo de los límites de los Estados Unidos, el agua era clara y hermosa, el sol brillaba intensamente sobre nosotros, estuvimos nadando, bailando y bebiendo. Llevábamos 2 botellas de vino cuando caía la tarde y ya me sentía más que achispada.—Aquí tienes otra copa de vino, cariño —añade Miguel entregándome la copa.—Ya, la verdad es que estoy algo mareada, llevamos tres botellas.—Llevamos dos y estamos celebrando nuestra luna de miel, porque no emborracharnos, estamos solos, sin Dieguito, solos, sólitos.—Bueno, tienes razón —estuve de acuerdo, pero mi mente me pedía que dejará de beber, tomar no es lo mío.Me tomé una copa más y luego otra y luego otra, así llegamos a tener 4 botellas de vino vacías encima de la mesa. El atardecer ya había quedado atrás, ahora
Gio Tres meses antes. Estoy sentado en uno de mis bares acompañado de mis hombres de más confianza en Roma, cuando una mujer que se notaba a leguas que era extranjera quiere acercarse a mi mesa, mis hombres le detienen el paso y me ven para ver si otorgo el permiso, la vi de arriba abajo, su vestido de lentejuelas plateadas, corto y ceñido al cuerpo me decían que quería acción y sonreí como una hiena pasando mi lengua por mis labios. Di un corto asentimiento con la cabeza y Manuel la deja pasar, la vi caminar hacia mí con movimientos de caderas sensuales, le di una calada a mi puro y la vi llegar a través del humo, Filippo sonrió a mi lado cuando la pelirroja de turno le da un beso en el cuello y otra rubia al lado masajea sus muslos queriendo acción. —Así no podremos hacer negocios —se queja de manera fingida mi Sottocapo, Filippo. —¿Quién quiere hacer negocios con una linda morena en tus piernas? —le hablé en italiano en el momento que llegó la mujer a mi nivel. —¿Cómo se llama
Martha Días antes Las primeras dos horas que estuvimos dentro del yate me sentí mareada y algo desubicada, pero Miguel me dio una pastilla que poco a poco fue haciendo que me sintiera mejor. Luego de eso Miguel navegaba como todo un capitán con gorro y todo. Decidí ponerme un bikini de dos piezas de color negro, me coloqué bloqueador solar y me fui a tomar el sol, estando en Honolulu me compré un lindo sombrero de paja que me quedaba espectacular, así que lo estrené hoy. Estuve alrededor de 2 horas tomando el sol cuando decidí bajar a la cocina y ver que preparaba para los dos, llevamos un mercado decente con comida perecedera y cosas fáciles de preparar, pique unos quesos en cuadros y rebane pan, vi un pequeño horno, así que decidí utilizarlo le eché mantequilla, ajo y tomates picados en rebanadas se lo coloque todo al pan con algunas otras especies y lo metí en el pequeño horno, cuando estuvo listo busqué un poco de vino y decidí llevarlo todo arriba. Una vez arriba me encontré
MarthaActualidadMe llevaron a un hotel en Honolulu y comenzaron la búsqueda de mi esposo, inmediatamente llamé a Sofía y a mi jefe Julio necesitaba ver caras amigables ante estos terribles acontecimientos.Julio dejó todo lo que estaba haciendo y agarró un vuelo para Hawái, hospedándose en el mismo hotel que yo, llegó ese día en la noche ya casi en la madrugada, a la mañana siguiente en cuanto me aviso que estaba despierto nos quedamos de ver en la cafetería, llegó a donde se lo pedí donde le pedí vernos, frente al hotel para tener un poco más de discreción.—Están buscando su cuerpo— dije en un murmullo incrédulo.—¿Qué fue lo que sucedió? —pregunto Julio muy serio.—Estábamos celebrando en el yate, ya llevábamos muchas botellas de vino, yo me sentí mareada y me fui a acostar y él dijo que después de recoger vendría, no sé en qué momento me quedé dormida ni siquiera sé cómo llegué a la habitación, me empecé a sentir muy mareada…—¿Qué te dicen los agentes de la policía? —indaga cur
10- Martha La luna de miel soñada se fueron por el caño el día que amanecí sin mi esposo. Ha pasado una semana desde que Miguel desapareció en el mar y simplemente no lo creo, me niego a creer que la vida es tan cruel. Julio se tuvo que regresar hace dos días, para resolver sus cuestiones en el periódico y lo entendí, aun así, llamaba constantemente. Yo también llamaba a Sofía y a Diego para hablar con él cada día y sentir paz por un minuto o dos, pero siempre me pedía hablar con su papá y eso me rompía el alma, me las arreglaba para evadir el tema y colgar momentos después. ¿Cómo le explicaba a mi hijo de 3 años por teléfono que papá había muerto? ¿Qué papá no era encontrado? Fui de nuevo a la comisaría como cada día para preguntar por a él, quería saber si había algún indicio de donde podía estar el cuerpo de mi esposo, no encontraba que hacer. Llamaba todos los días a todas las estaciones de policía en todas las Islas y nadie tenía respuesta sobre la investigación de mi esposo,
MarthaPresa.Estoy Presa, me leyeron los cargos y mis derechos y me metieron en una celda donde había dos mujeres más, una prostituta y una drogadicta. En mi vida había pisado una estación de policía, menos una celda sucia y mohosa, lloraba constantemente tras las burlas y malas caras de mis compañeras, llevaba 48 horas encerrada.Ya no sabía qué hacer, yo no he hecho nada malo.¿Qué pasó esa noche?—Señora Hidalgo, acompáñeme —dijo un hombre con uniforme.Limpié mis lágrimas y me levanté del suelo.—¿Me van a sacar de aquí? —el oficial se río cruelmente de mí.—Sí, claro— me respondió —¿no quieres también que te traiga un caviar? a las asesinas no se les deja libres —dijo el hombre de manera fría.—Soy inocente hasta demostrar lo contrario— enderece mi cuerpo y levante mi mentón.Este hombre no era quién para decir que yo era culpable.—Sí, claro. La única testigo de la desaparición de su esposo, ganas una cuantiosa fortuna y ahora resulta ¿qué eres inocente?—Cállese. Usted no sabe
MarthaHoy es la audiencia de mi caso han pasado dos semanas desde que estoy aquí metida en esta celda de cuatro por cuatro, me trasladaron y me mandaron a Washington. Pues en Honolulu no tienen cárceles tan grandes, la fiscal estaba fúrica cuando se enteró de que el caso por el que había trabajado lo habían pedido y que tenían que trasladarme a otra cárcel fuera de las islas, viajé por avión y solo podía pensar en mi hijo.Al parecer mi caso se había vuelto viral en las redes sociales, en donde salía por todos lados que era la viuda negra, la mujer que mataba a su esposo y lo desaparecía por un cuantioso seguro de vida, cuando la realidad es otra, pero eso parece que se irá conmigo a la tumba.Mi nuevo abogado Cameron Willis, un hombre canoso de unos 40 años todo un veterano en estos casos me daba muchos ánimos.—Tratemos de ganar este caso, señora Hidalgo —trato de animarme.—Gracias, abogado Willis— respiré hondo tratando de calmar mi nervioso corazón.—Cuando una persona es inocen
MarthaVer a Sofía después de tantas semanas y con todo lo que había pasado era un gran alivio para mí. Sofía era un pilar importante en mi vida, no quería sentirme como una niña, pero así me sentía, como una niña perdida en el mercado cuando sus padres se descuidaban, estuvimos largo rato abrazadas y luego nos sentamos—¿Cómo estás? —Me preguntó, con lágrimas en los ojos —no pude venir antes de que llegara una niñera que le contraté a Diego.—No te preocupes ¿Cómo está mi hijo? —quise saber de él.—El niño está bien. Te extraña mucho, pero ¿cómo estás tú?—¿Cómo quieres que este? metida en una cárcel de cuatro por cuatro por la acusación de haber matado y desaparecido el cuerpo de mi esposo. Tú sabes que yo amaba a Miguel, yo no pude haberlo matado y menos por un seguro que ni siquiera sabía de cuánto era— estaba desesperada.—¿No sabías de cuánto era el seguro? —cuestiona ella—No, no lo sabía simplemente firmé los papeles cuando él me los entregó hace casi un año, yo confiaba much