Eagle tuvo que tocarse la frente cuando colgó el celular y suspirar sonoramente. Sentía que su cabeza comenzaba a doler. Su relación con su madre no era … de las mejores. Ella siempre quería que él hiciera todo lo que ella quería. Nunca le había pedido opinión sobre sus gustos, simplemente le exigía que hiciera esto y aquello. Como resultado su relación era sumamente tensa, y esa también había sido una de las razones por las que había querido migrar a la ciudad.
Ya se imaginaba la escena en su casa. Realmente no la esperaba.-¿Qué ocurre?- escuchó la voz de Scarlet detrás de él desde el sofá. Ella ya se había arreglado la ropa.-Tengo… tengo que volver a mi casa. Mi madre hizo una visita imprevista y me está esperando- solo le dijo y no esperó respuesta.Había demasiadas cosas en su mente empezando por lo que acababa de hacer con la mujer hasta su madre. Por lo que entró al cuarto y cerró la puerta. Para cuando salió Scarlet ya había subido a su cuarto junto con Rufus. LNo era que Eagle odiara a su familia, era que ella no hacía anda para ganarse su cariño y realmente él estaba obstinado de que le hicieran la vida un suplicio. Y más su madre que criticaba cada centímetro de su pequeño apartamento.Cuando Scarlet había ido hacía poco no lo criticó y mira que ella era alguien con un status económico alto dado su cargo en el trabajo y méritos, pero al contrario de su madre lo había observado con algo de atención e interés. Incluso parecía cómoda sobre todo cuando se había instalado en su cama.Pero su madre era otra historia, era una persona de bajos ingresos que había vivido siempre de lo que le entraba a su padre y aun después del divorcio le seguía sacando. Aun así siempre se había creído con el derecho de criticar a todo el mundo como si ella tuviera lo mejor. Si ella se compraba un vestido y la vecina uno, de algunos dólares más caro, se encargaba de desprestigiarla por el pueblo diciéndole a los demás del mal gusto de esa perso
Scarlet le puso la correa a Rufus. Ya era entrada la noche, pero le había entrado antojos de donas. Le encantaba y no tenía en sus casas. Y la tienda a donde siempre vendía estaba cerrada por celebraciones. Bueno, no había más remedio, tendría que ir a buscarlo ella misma a cuatro cuadras donde había una dulcería. Esperaba que así fuera. Miró el reloj en la entrada del edificio. 9 de la noche. Ya era tarde, se imaginó que Eagle no estaría dormido todavía. Al volver lo llamaría. Se había ido de su cas algo tenso y se preocupaba de que algo no estuviera bien en su vida. Pero no pudo pensar mucho pues si perro le tiró de la correa y casi rueda por los escalones. -Rufus, me vas a matar- le protestó ella pero el perro solo jadeó moviendo su cola- Tú, amigo mío, debes ir a mi lado, no me vayas a arrastrar por toda la calle. No soy Eagle- Ante la mención del nombre del chico el perro ladró contento. Le encantaba Eagle y lo demostraba con creces. Y Scarlet reconoció
Scarlet agradecía internamente toda la ayuda que le estaba dando el custodio del edifico. Si hubiera tenido que subir ella sola a Eagle nunca hubiera llegado. El maldito hombre además de ser mucho más grande y alto que ella, pesaba una tonelada y más cuando insistía en abrazarla queriendo dejar todo su peso sobre ella.Para su suerte Rufus se comportó. Ta tenía un niño que cuidar, que el otro se portara mal realmente la volvería loca. Pero aun así se preguntaba que lo había puesto en ese estado. Parecía deprimido y murmuraba algunas cosas incoherentes que no ella no podía atar con el hilo. Por el momento lo dejaría mejor dormir y mañana le preguntaría que había pasado.Salieron los cuatro del ascensor y haciendo malabares para que él no se cayera Scarlet sacó la llave de su apartamento. Cuando… un dolor realmente fuerte la recorrió y soltó un grito. El sonido alarmó al perro que saltó ladrando sin saber que había ocurrido con su dueña, luego se acercó a esta y la olfateó
Scarlet mojó la toalla en el agua caliente y comenzó primero por el rostro de Eagle. Aún no había abierto los ojos. Parecía cansado y su cabello enmarañado se notaba que no había sido tocado en todo el día. Algo extraño dado que él era una persona que solía lucir la mayor parte del tiempo atractivo y arreglado. Acarició el ceño fruncido a pesar de dormir. Algo realmente alarmado debió haber ocurrido para haberlo puesto en ese estado.Desplazó la toalla por su cuello luego de limpiar bien su rostro. Sentía la vena alterada en esa zona y la acarició con cuidado. Antes, en el baño se había revisando la mordida que había recibido cortesía de él, y que aun palpitaba dolorosamente, no podía mover mucho la cabeza sin lastimarse. La había mordido bien duro, dejaría una marca de seguro, pero eso le hizo recordar que a él por lo visto le gustaba esa parte de su anatomía ya que no era la primera vez que dejaba su marca en ella.Respirando profundo comenzó a limpiar su pecho y brazo
-Eagle- Scarlet lo llamó con cautela. Él estaba borracho y no sabía realmente como iba a reaccionar.El joven la miraba, recorriendo desde sus ojos, hasta terminar en sus labios, y sin decir nada volvió a inclinarse y tomó los labios de Scarlet entre los suyos. Y aunque ella pensó que iba a ser violento como al inicio, se equivocó completamente.Los labios de Eagle primero recorrieron suavemente los de ella, en un toque sensual, erótico, estimulando, mostrando que tenía experiencia. Ella simplemente se quedó tranquila, dejándolo hacer lo que quisiera. No era que le desagradara, más bien, la emoción brillaba dentro de ella y estaba curiosa de saber porque era que las mujeres lo ansiaban tanto.Quizás era por lo que se rozaba contra el abdomen de ella o por la forma en que una de sus manos le acariciaba el costado del torso, o simplemente como ahora, que jugaba con ella estimulándola pero sin llegar a más. Lo que provocó que ella gruñera de frustración.Y ante esto E
Dios se sentía fatal. En serio, se prometió que esa sería la última vez que se volvería loco con el alcohol para ahogar sus penas. La resaca era una muestra que esa no era la mejor vía. Su cabeza se quería rajar en dos y tenía ganas de vomitar, eso sin contar que le dolía el estómago de no haber comido nada el día anterior.Lentamente y cubriéndose los ojos giró sobre la cama. No recordaba mucho de lo que había ocurrido después de tomar la tercera botella y estaba seguro que después de esa habían seguido unas cuantas. Tampoco era que hiciera mucho el esfuerzo por acordarse. Lo que quería era volver a la inconsciencia y dormir plácidamente en aquella cómoda cama.Abiró los ojos de golpe aunque la leve claridad que entraba al cuarto por la rendija de la cortina corrida los hizo cerrarlos de nuevo.¿Cama cómoda? ¿Por qué aquella sensación le parecía tan… familiar?Se ordenó abrir los párpados y entrecerrando los ojos dado que el dolor se intensificaba si enfocaba todo deten
Scarlet no era precisamente el tipo de mujer que se caracterizara por tener una paciencia prodigiosa. La razón por la que la respetaban era por lo recta que era así como de exigente. Pero aun así tenía que reconocer que esta era la primera vez que realmente su paciencia colgaba de un hilo.Dios, aquella mujer no se callaba lo boca.Ambas estaban dentro del pequeño apartamento y aunque Eagle era muy organizado dado la optimización del espacio parecía que había pasado un tornado. El estante lleno de libros ahora estaba todo desordenado encima de la cama, el armario abierto tenía ropa por todos lados así como en el piso. Tuvo el impulso de levantarse y comenzar a recoger. No le gustaba el reguero a pesar de tener un perro que eso era lo que más hacía en su casa cuando ella no estaba. Más no se movió, se mantuvo sentada en el borde de la cama escuchando como la mujer se quejaba diciendo las miles de razones por las que tenía que llevarse a su hijo y a ella no le interesaba. Más bi
Le dolían los pulmones, las piernas, el pecho, pero aun así Eagle corrió todo lo que pudo desde la casa de Scarlet hacia la suya sin importarle la distancia que era considerable. Estaba sumamente preocupado y esperaba que su madre no le hubiera hecho algo la mujer que le gustaba o que Scarlet hubiera respondido y hubieran entrado en un pleito las dosDemonios, todas las mujeres que lo rodeaban tenían un carácter fuerte.Cuando llegó a su edificio vio a su madre bajar por la escalera, su rostro estaba tenso en una expresión indescifrable.-Ma…- él se detuvo delante de ella jadeando y con gotas de sudor en todo su cuerpo.Sally alzó la cabeza y frunció el ceño.-Me voy, vuelvo al pueblo- sus palabras fueron secas.Eagle no entendió.-¿Qué pasó?-Pero ella no le respondió pasando por su lado evitando su mirada.-Ma, no te vayas así, hasta hace poco insistías en que quería que fuera contigo, y ahora que te hizo cambiar de idea- no es que no le gustara el