Scarlet agradecía internamente toda la ayuda que le estaba dando el custodio del edifico. Si hubiera tenido que subir ella sola a Eagle nunca hubiera llegado. El maldito hombre además de ser mucho más grande y alto que ella, pesaba una tonelada y más cuando insistía en abrazarla queriendo dejar todo su peso sobre ella.
Para su suerte Rufus se comportó. Ta tenía un niño que cuidar, que el otro se portara mal realmente la volvería loca. Pero aun así se preguntaba que lo había puesto en ese estado. Parecía deprimido y murmuraba algunas cosas incoherentes que no ella no podía atar con el hilo. Por el momento lo dejaría mejor dormir y mañana le preguntaría que había pasado.Salieron los cuatro del ascensor y haciendo malabares para que él no se cayera Scarlet sacó la llave de su apartamento. Cuando… un dolor realmente fuerte la recorrió y soltó un grito. El sonido alarmó al perro que saltó ladrando sin saber que había ocurrido con su dueña, luego se acercó a esta y la olfateóScarlet mojó la toalla en el agua caliente y comenzó primero por el rostro de Eagle. Aún no había abierto los ojos. Parecía cansado y su cabello enmarañado se notaba que no había sido tocado en todo el día. Algo extraño dado que él era una persona que solía lucir la mayor parte del tiempo atractivo y arreglado. Acarició el ceño fruncido a pesar de dormir. Algo realmente alarmado debió haber ocurrido para haberlo puesto en ese estado.Desplazó la toalla por su cuello luego de limpiar bien su rostro. Sentía la vena alterada en esa zona y la acarició con cuidado. Antes, en el baño se había revisando la mordida que había recibido cortesía de él, y que aun palpitaba dolorosamente, no podía mover mucho la cabeza sin lastimarse. La había mordido bien duro, dejaría una marca de seguro, pero eso le hizo recordar que a él por lo visto le gustaba esa parte de su anatomía ya que no era la primera vez que dejaba su marca en ella.Respirando profundo comenzó a limpiar su pecho y brazo
-Eagle- Scarlet lo llamó con cautela. Él estaba borracho y no sabía realmente como iba a reaccionar.El joven la miraba, recorriendo desde sus ojos, hasta terminar en sus labios, y sin decir nada volvió a inclinarse y tomó los labios de Scarlet entre los suyos. Y aunque ella pensó que iba a ser violento como al inicio, se equivocó completamente.Los labios de Eagle primero recorrieron suavemente los de ella, en un toque sensual, erótico, estimulando, mostrando que tenía experiencia. Ella simplemente se quedó tranquila, dejándolo hacer lo que quisiera. No era que le desagradara, más bien, la emoción brillaba dentro de ella y estaba curiosa de saber porque era que las mujeres lo ansiaban tanto.Quizás era por lo que se rozaba contra el abdomen de ella o por la forma en que una de sus manos le acariciaba el costado del torso, o simplemente como ahora, que jugaba con ella estimulándola pero sin llegar a más. Lo que provocó que ella gruñera de frustración.Y ante esto E
Dios se sentía fatal. En serio, se prometió que esa sería la última vez que se volvería loco con el alcohol para ahogar sus penas. La resaca era una muestra que esa no era la mejor vía. Su cabeza se quería rajar en dos y tenía ganas de vomitar, eso sin contar que le dolía el estómago de no haber comido nada el día anterior.Lentamente y cubriéndose los ojos giró sobre la cama. No recordaba mucho de lo que había ocurrido después de tomar la tercera botella y estaba seguro que después de esa habían seguido unas cuantas. Tampoco era que hiciera mucho el esfuerzo por acordarse. Lo que quería era volver a la inconsciencia y dormir plácidamente en aquella cómoda cama.Abiró los ojos de golpe aunque la leve claridad que entraba al cuarto por la rendija de la cortina corrida los hizo cerrarlos de nuevo.¿Cama cómoda? ¿Por qué aquella sensación le parecía tan… familiar?Se ordenó abrir los párpados y entrecerrando los ojos dado que el dolor se intensificaba si enfocaba todo deten
Scarlet no era precisamente el tipo de mujer que se caracterizara por tener una paciencia prodigiosa. La razón por la que la respetaban era por lo recta que era así como de exigente. Pero aun así tenía que reconocer que esta era la primera vez que realmente su paciencia colgaba de un hilo.Dios, aquella mujer no se callaba lo boca.Ambas estaban dentro del pequeño apartamento y aunque Eagle era muy organizado dado la optimización del espacio parecía que había pasado un tornado. El estante lleno de libros ahora estaba todo desordenado encima de la cama, el armario abierto tenía ropa por todos lados así como en el piso. Tuvo el impulso de levantarse y comenzar a recoger. No le gustaba el reguero a pesar de tener un perro que eso era lo que más hacía en su casa cuando ella no estaba. Más no se movió, se mantuvo sentada en el borde de la cama escuchando como la mujer se quejaba diciendo las miles de razones por las que tenía que llevarse a su hijo y a ella no le interesaba. Más bi
Le dolían los pulmones, las piernas, el pecho, pero aun así Eagle corrió todo lo que pudo desde la casa de Scarlet hacia la suya sin importarle la distancia que era considerable. Estaba sumamente preocupado y esperaba que su madre no le hubiera hecho algo la mujer que le gustaba o que Scarlet hubiera respondido y hubieran entrado en un pleito las dosDemonios, todas las mujeres que lo rodeaban tenían un carácter fuerte.Cuando llegó a su edificio vio a su madre bajar por la escalera, su rostro estaba tenso en una expresión indescifrable.-Ma…- él se detuvo delante de ella jadeando y con gotas de sudor en todo su cuerpo.Sally alzó la cabeza y frunció el ceño.-Me voy, vuelvo al pueblo- sus palabras fueron secas.Eagle no entendió.-¿Qué pasó?-Pero ella no le respondió pasando por su lado evitando su mirada.-Ma, no te vayas así, hasta hace poco insistías en que quería que fuera contigo, y ahora que te hizo cambiar de idea- no es que no le gustara el
Hablar, Hablar, hablar.Eagle no quería hablar. Eagle quería follar. Follar a la mujer que estaba allá afuera y que no tenía una puta idea de lo que él estaba sintiendo en ese momento. El dilema mental que lo estaba acabando.Dios había ido a la casa de la mujer en plena borrachera y si no fuera por la maldita ropa en el medio que no pudo quitarse por su falta de raciocinio en ese momento estaba seguro que habrían llegado al final. Tal vez no había sido buena idea que a su mente le diera por recordar todo lo ocurrido, ahora todas sus acciones lo volvían completamente loco.El agua fría que se rociaba sobre su cuerpo no era de ningún alivio para calmar el calor de su cuerpo. Y ahora que recordaba no había tomado sus medicamentos desde el incidente en la playa. Con razón estaba en ese estado. Su lívido estaba completamente descompensado. Y hacía tiempo que eso no ocurría por lo que no sabía cómo tratarlo en ese momento. Y más porque estaba más fuerte que en otras ocasiones.
Eagle, a pesar de tener una nebulosa en su mente de deseo después de saborear a la mujer, notó que esta se demoraba mucho en responder su pregunta. Y eso solo lo llevó a una conclusión. Sus sentimientos no eran recíprocos. Al final, ella era como todas las demás mujeres, solo caían por él por su cuerpo, no porque realmente lo querían.Y eso fue decepcionante realmente. Se había ilusionado un poco con la idea de que ella lo quisiera, no que lo amara, eso era pedir mucho. Un poco de su afecto hubiera estado bien. Pero se había equivocado o eso era lo que su mente podía procesar en ese momento.No la dejó hablar, porque de seguro lo rechazaría y eso dolería más de lo que podía soportar. Era la primera vez que realmente se enamoraba y no sabía lidiar con esos sentimientos. Así que se inclinó un poco y cargó a la mujer por los muslos impulsándola hacia arriba.Scarlet se encontró abrazando el cuello de Eagle para no caerse y apretando su cintura con sus rodillas sintiendo
Alex que estaba sentado en una de las camillas mirando el celular casi lo suelta del susto cuando vio a la mujer entrar. Se levantó con una sonrisa incómoda.-Hola- la saludó incómodo acercándose a ella- Querida Scarlet- mostró una enorme sonrisa después.Pero Scarlet no estaba de humor para sonreír.-¿Dónde está Eagle?- le preguntó ella con el rostro serio.Alex ya comprendió porque ella estaba allí. Se lo imaginaba. Había estado tratando a su amigo en los últimos días y estaba al tanto de la situación entre ellos dos.-No creo por qué ser yo el que te diga eso. Puedes llamarlo-Scarlet se sentó en una de las sillas de la consulta.-No responde mis mensajes, ignora mis llamadas, cuando voy a su casa mágicamente no está, hasta fui a su universidad y como terminaron sus días de exámenes solo tienen que ir cuando sea la graduación. En resumen, parezco una acosadora detrás de un chico más joven que yo que fue el primero en declararse-Alex escuchó todo aquello y