Dios se sentía fatal. En serio, se prometió que esa sería la última vez que se volvería loco con el alcohol para ahogar sus penas. La resaca era una muestra que esa no era la mejor vía. Su cabeza se quería rajar en dos y tenía ganas de vomitar, eso sin contar que le dolía el estómago de no haber comido nada el día anterior.
Lentamente y cubriéndose los ojos giró sobre la cama. No recordaba mucho de lo que había ocurrido después de tomar la tercera botella y estaba seguro que después de esa habían seguido unas cuantas. Tampoco era que hiciera mucho el esfuerzo por acordarse. Lo que quería era volver a la inconsciencia y dormir plácidamente en aquella cómoda cama.Abiró los ojos de golpe aunque la leve claridad que entraba al cuarto por la rendija de la cortina corrida los hizo cerrarlos de nuevo.¿Cama cómoda? ¿Por qué aquella sensación le parecía tan… familiar?Se ordenó abrir los párpados y entrecerrando los ojos dado que el dolor se intensificaba si enfocaba todo detenScarlet no era precisamente el tipo de mujer que se caracterizara por tener una paciencia prodigiosa. La razón por la que la respetaban era por lo recta que era así como de exigente. Pero aun así tenía que reconocer que esta era la primera vez que realmente su paciencia colgaba de un hilo.Dios, aquella mujer no se callaba lo boca.Ambas estaban dentro del pequeño apartamento y aunque Eagle era muy organizado dado la optimización del espacio parecía que había pasado un tornado. El estante lleno de libros ahora estaba todo desordenado encima de la cama, el armario abierto tenía ropa por todos lados así como en el piso. Tuvo el impulso de levantarse y comenzar a recoger. No le gustaba el reguero a pesar de tener un perro que eso era lo que más hacía en su casa cuando ella no estaba. Más no se movió, se mantuvo sentada en el borde de la cama escuchando como la mujer se quejaba diciendo las miles de razones por las que tenía que llevarse a su hijo y a ella no le interesaba. Más bi
Le dolían los pulmones, las piernas, el pecho, pero aun así Eagle corrió todo lo que pudo desde la casa de Scarlet hacia la suya sin importarle la distancia que era considerable. Estaba sumamente preocupado y esperaba que su madre no le hubiera hecho algo la mujer que le gustaba o que Scarlet hubiera respondido y hubieran entrado en un pleito las dosDemonios, todas las mujeres que lo rodeaban tenían un carácter fuerte.Cuando llegó a su edificio vio a su madre bajar por la escalera, su rostro estaba tenso en una expresión indescifrable.-Ma…- él se detuvo delante de ella jadeando y con gotas de sudor en todo su cuerpo.Sally alzó la cabeza y frunció el ceño.-Me voy, vuelvo al pueblo- sus palabras fueron secas.Eagle no entendió.-¿Qué pasó?-Pero ella no le respondió pasando por su lado evitando su mirada.-Ma, no te vayas así, hasta hace poco insistías en que quería que fuera contigo, y ahora que te hizo cambiar de idea- no es que no le gustara el
Hablar, Hablar, hablar.Eagle no quería hablar. Eagle quería follar. Follar a la mujer que estaba allá afuera y que no tenía una puta idea de lo que él estaba sintiendo en ese momento. El dilema mental que lo estaba acabando.Dios había ido a la casa de la mujer en plena borrachera y si no fuera por la maldita ropa en el medio que no pudo quitarse por su falta de raciocinio en ese momento estaba seguro que habrían llegado al final. Tal vez no había sido buena idea que a su mente le diera por recordar todo lo ocurrido, ahora todas sus acciones lo volvían completamente loco.El agua fría que se rociaba sobre su cuerpo no era de ningún alivio para calmar el calor de su cuerpo. Y ahora que recordaba no había tomado sus medicamentos desde el incidente en la playa. Con razón estaba en ese estado. Su lívido estaba completamente descompensado. Y hacía tiempo que eso no ocurría por lo que no sabía cómo tratarlo en ese momento. Y más porque estaba más fuerte que en otras ocasiones.
Eagle, a pesar de tener una nebulosa en su mente de deseo después de saborear a la mujer, notó que esta se demoraba mucho en responder su pregunta. Y eso solo lo llevó a una conclusión. Sus sentimientos no eran recíprocos. Al final, ella era como todas las demás mujeres, solo caían por él por su cuerpo, no porque realmente lo querían.Y eso fue decepcionante realmente. Se había ilusionado un poco con la idea de que ella lo quisiera, no que lo amara, eso era pedir mucho. Un poco de su afecto hubiera estado bien. Pero se había equivocado o eso era lo que su mente podía procesar en ese momento.No la dejó hablar, porque de seguro lo rechazaría y eso dolería más de lo que podía soportar. Era la primera vez que realmente se enamoraba y no sabía lidiar con esos sentimientos. Así que se inclinó un poco y cargó a la mujer por los muslos impulsándola hacia arriba.Scarlet se encontró abrazando el cuello de Eagle para no caerse y apretando su cintura con sus rodillas sintiendo
Alex que estaba sentado en una de las camillas mirando el celular casi lo suelta del susto cuando vio a la mujer entrar. Se levantó con una sonrisa incómoda.-Hola- la saludó incómodo acercándose a ella- Querida Scarlet- mostró una enorme sonrisa después.Pero Scarlet no estaba de humor para sonreír.-¿Dónde está Eagle?- le preguntó ella con el rostro serio.Alex ya comprendió porque ella estaba allí. Se lo imaginaba. Había estado tratando a su amigo en los últimos días y estaba al tanto de la situación entre ellos dos.-No creo por qué ser yo el que te diga eso. Puedes llamarlo-Scarlet se sentó en una de las sillas de la consulta.-No responde mis mensajes, ignora mis llamadas, cuando voy a su casa mágicamente no está, hasta fui a su universidad y como terminaron sus días de exámenes solo tienen que ir cuando sea la graduación. En resumen, parezco una acosadora detrás de un chico más joven que yo que fue el primero en declararse-Alex escuchó todo aquello y
Scarlet no pudo dormir en toda la noche. A pesar de haber estado abrazada a Rufus todo el tiempo y este apenas se movió, el calor y la tranquilidad que le daba su perro no la ayudó a sentirse mejor. La razón, su corazón latía queriendo salirse de su pecho porque al otro día su realidad podía cambiar en más de un sentido.Ella y Eagle tendrían que sentarse a hablar y dado los acontecimientos lo más seguro es que terminaran siendo parejas y ella llevaba demasiado tiempo sola como para sentirse nerviosa. Pero estaba segura que todo saldría bien. Ambos tenían sentimientos el uno con el otro, sus cuerpos tenían química y a ella…Eagle le gustaba… y mucho. Se había dado cuenta de ello y era algo que no podía negar.Sonrió tontamente contra la almohada. Parecía una adolescente enamorada. ¿Qué había de malo en ese? Pues nada.Y antes que se diera cuenta ya había amanecido y ella parecía un cocuyo con los ojos muy abiertos y marcadas ojeras debajo de sus ojos.-me veo horrible
A pesar de que ambos tenían un mismo objetivo, ninguno de los dos habló durante todo el trayecto. Eso no significaba que Eagle no pudiera quitarle los ojos de encima a Scarlet. La miraba por el rabillo del ojo mientras el aire de la ventanilla despeinaba su cabello que había peinado anteriormente hacia atrás. Como resultado cuando llegaron a su destino notó que los mechones delanteros caían de nuevo sobre su rostro y los corrió detrás de las orejas despreocupadamente. Tenía cosas más importante en que pensar que en su apariencia, como por ejemplo, la conversación que pronto vendría.Y estaba tan nervioso por eso que solo cuando entraron se dio cuenta donde estaban. Su boca se abrió ligeramente de la impresión.-Scarlet, este lugar…-Ella acomodó su bolso a un lado y lo miró con una media sonrisa en su rostro.-¿Qué tiene? No es de tu agrado, podemos ir a otro lugar si deseas.Ante las palabras de ella, él negó rápidamente.-No, no, no me molesta estar aquí, solo qu
Estaba en una relación. Scarlet había aceptado ser su pareja. No lo había rechazado y tenía sentimientos correspondidos. Dios, que algo mejor podía pedir. Pues no mucho realmente. En ese momento no podía estar más feliz y la sonrisa amenazaba con no desaparecer de sus labios.Demonios.Se estaba excitando con solo la idea de que ahora podía tocar a la mujer que manejaba a su lado y ella no se molestaría por ello. La cena había maravillosa aunque no recordaba el sabor de la comida. En su boca solo había estado el sabor de los labios de Scarlet que aún se mantenía. Y el beso hubiera seguido si solo no los hubieran interrumpido trayendo el entrante. Aunque si no hubiera sido por la interrupción lo más seguro era que hubiera agarrado a la mujer, subido encima de la mesa y follado allí mismo.No pudo evitar humedecerse los labios con la punta de su lengua y tragar. Estaba salivando. Llevaba días en agonía sexual, si poder desahogarse ni siquiera con él mismo o con la