¿Una simple Omega?

Devanie se despertó sintiendo una opresión en el pecho.

Miró hacia la tienda de campaña de su madre pero ella no estaba allí, luego desvió la mirada hasta donde debería estar su padre pero tampoco lo encontró.

Hubiera sonreído, de no ser porque se sentía sin aliento.

Se quitó la frazada que cubría su cuerpo y se levantó alejándose de todos en medio de la oscura noche.

—¿Quién te dijo que podrías apartarte de los demás, mocosa?

La irritante voz detrás de ella provocó que se sobresaltara, sin embargo, no se detuvo.

Como había pensado lejos de la gente podía respirar mucho mejor. Pero el idiota detrás de ella no se la dejaría fácil. Apretó su muñeca tirando de ella aunque Devanie empujó su puño contra la nariz de él soltándose de su agarre antes de girarse a mirarlo.

—No me toques, imbécil.

—No voy a dejarte ir a ningún lado, mi Alfa me dijo que te mantuviera vigilada —gruñó el lobo cubriendo su nariz con una mano mientras que la miraba fulminante.

Sin poder evitarlo, la cachorra comenz
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