—Estamos muy felices de que los gobernantes de los cuatro reinos estén aquí apoyándonos —habló Asling llamando la atención de los demás hacia ellos.La música empezó a sonar mientras que ahora todos ignoraban de nuevo a la torpe doncella quien temblorosa se había agachado para recoger los trozos de vidrio del suelo.Una punzada profunda escocía el pecho de Dana mientras que aguantaba las ganas de llorar. Duele, duele mucho.Pero aunque lo hiciera debía comportarse. Brent le había dicho que actuara con normalidad aunque eso fuera lo más difícil para ella en ese instante.Un par de zapatos caros aparecieron en su campo de visión y Dana se tensó al captar aquel aroma conocido. Lentamente alzó la vista hasta aquel hombre encontrándose con una sonrisa divertida de su parte.—Querida, cuánto tiempo…Sus dientes se apretaron llena de furia y apretó un cristal en su mano cortándose la palma profundamente, sin embargo, ignoró ese hecho.—¿No te alegras por tu prima? Ahora podrán pasar más tie
—¡No! No quiero que me toques.El Alfa se tensó y Dana no dudó en empujar su pecho, él se aparta y ella se baja de la encimera fulminándolo con la mirada.—Soy yo quien no permitirá que me uses más Alfa Kian, Incluso aunque no aceptes mi rechazo.—Dana...Su gruñido fue una advertencia pero ella estaba demasiado molesta para escuchar.Estaba dolida por lo que su compañero le hacía, harta de ser su juego personal.—Dime una cosa Kian, ¿Por qué te aliaste con mi enemigo?Veo como la mandíbula de él se tensa y en esta palpita un músculo. El Alfa la está escrutando en silencio, es obvio que no va a responderle y eso solo se siente peor.—Ni siquiera sé por qué te pregunté.Ella salió de la cocina llena de decepción mientras sentía su corazón palpitando salvajemente. Un cosquilleo extraño llamó su atención disipando el momento difícil que había tenido con Kian.—No te preocupes mi cachorro, yo te sacaré de aquí. Te protegeré de todos, incluyéndolo a él.Kian había vuelto pero estaba furios
Por medio de aquel beso pudo sentir el sabor metálico del rastro de la sangre que ella misma le había sacado al Alfa cuando le rompió la nariz y a pesar de ello no podía ser desagradable para ella, sin embargo, Dana estaba furiosa de que su escape hubiera sido entorpecido por causa de Kian otra vez.Él no la quería, pero tampoco la dejaba ir.Cegada por la ira y en busca del oxígeno que el mismo le robaba mordió el labio inferior de Kian provocando un nuevo sangrado al clavar sus incisivos en la carne pero como el primer ataque, el fluido rojo se detuvo rápidamente.Él se apartó levemente mirándola con una sonrisa desdeñosa mientras limpiaba con un puño la sangre.—¿Te sientes salvaje hoy?—Me siento con ganas de matarte, ¿eso responde a tu pregunta?—Muy rápida para las respuestas sin importancia pero las que de verdad quiero te las callas.—Acostúmbrate porque no obtendrás nada más de mí.La rabia destellaba en su pupila aunque él intentara ocultarlo con aquella falsa frialdad, come
Las fosas nasales del Alfa se ampliaron mientras que la ira lo dominó por primera vez en años.No era el líder que acostumbraba a ser. Era el macho al que intentaban quitarle a su hembra.Loco de ira se lanzó dando una serie de puñetazos al Omega quien poseía una destreza única, era un buen oponente pero no uno superior a él.—¡Ella es mía!La lucha entre los lobos se desarrolló con dureza, casi a muerte por una hembra que yacía encerrada en el calabozo.Al verse en desventaja uno de los Omegas arrojó al suelo el plan B. Una niebla se extendió por todo el lugar privando a los lobos de la visión y el olfato.—¡Vámonos Brent, es hora de irnos!—¡Retirada!—¡No dejen que esos bastardos se vayan! —rugió el Alfa.Por nada del mundo quería dejar ir aquella amenaza. Sin embargo, los Omegas tenían planeado aquello y por eso la magia utilizada había resultado perfecta.Para la cólera y frustración de Kian no había quedado ni uno para interrogarlo.—¡Tenemos que seguirlos! Nathan, convoca a tod
Dana sintió que el oxígeno le faltaba con cada segundo que pasaba. Sus pulmones ardieron hasta que por fin fue liberada.Con rapidez sacó la cabeza del agua fría desesperada por inhalar.—Cada vez resistes más.Asling estalló en carcajadas mientras que el guardia miraba a Dana lleno de furia.—Habla, Omega. Por tu bien.El pecho de la Omega subía y bajaba con cada bocanada de aire. Había intentado mantenerse firme y no traicionar a Brent, él tenía un plan y si había huido de la manada sabía que tenía otro. Nadie logra salir vivo de la manada del Norte hasta ahora.Pero cada día resistir se había vuelto mucho peor.—Por favor…Su voz ahogada fue callada por una sonora bofetada que le partió el labio provocando que sangrara.Por el movimiento su cabello mojado cubrió su cara.—Estoy malditamente harto de tus lloriqueos. Si no hablas el Alfa hará que sea peor. Él apretó el cabello de la chica en un puño logrando que Dana apretara los dientes para no gritar. El guardia le mostró otro imp
Kian se quitó la camisa frustrado mientras maldecía.—Es la primera maldita vez que esto sucede.Su Gamma lo miró incómodo viendo al Alfa estallar su furia.Golpeó la pared con fuerza ignorando el dolor.—¡Refuerza los límites de la manada! No quiero que ese bastardo venga otra vez y entre en mi territorio ¡En primer lugar nunca debió entrar!—Alfa, yo…—¡Kian, que bueno que volviste!Asling ingresó a la habitación y no dudó en saltar a los brazos del Alfa quien rápidamente la atrapó.—Asling, no es el momento. Bajó su tono de voz para ella, no quería ofenderla de ninguna manera pero tampoco la quería cerca por la impotencia e ira que estaban dominándolo.—¿Estás molesto? ¿Qué pasó?Kian le hizo un gesto a Nathan para que hiciera lo que le pidió y este salió de la habitación dejando a los prometidos solos. Sin embargo, Asling lejos de apartarse del Alfa se ciñó más a su cuerpo.Le encantaba el aroma que aquel macho desprendía, la excitaba que fuera tan poderoso y masculino.—Necesito
Instintivamente llevó su palma sobre el vientre de la Omega pero no la tocó, era como si algo se lo impidiera. Kian se había quedado en estado de shock con la garganta seca y el corazón retumbando con fuerza. Ella tiene a nuestro cachorro, es nuestro.Rugió su lobo en su cabeza. Tan perplejo como estaba ni siquiera pudo escuchar la llegada de Gala quien se acercó tranquilamente a él.—Kian, ¿Qué le pasó?Él parpadeó aturdido saliendo de sus pensamientos. Alzó la mirada a la recién llegada pero su voz sonó completamente ronca.Había una extraña emoción comprimiéndolo.—Tienes que ayudarla, la han envenenado.La curandera asintió sacando bolsitas de hojas y medicamentos naturales.Kian se apartó para hacerle espacio mientras caminaba por la habitación con el pecho subiendo y bajando debido a las respiraciones aceleradas. Revolvió su pelo intentando tranquilizarse pero no fue sencillo. —Ella… tiene que ponerse bien Gala. Debes salvarla.—Haré todo lo posible, Kian.Él enseguida se volvi
Kian rodeaba el cuerpo de aquella doncella mientras mantenía la mandíbula apretada.—¿Por qué lo hiciste?Su voz sonó tan gélida que Neim se estremeció y sollozó de temor.—Alfa, yo no…—Estoy conteniéndome Neim, no hago daño a las mujeres pero estoy a punto de destrozarte. Así que te aconsejo que hables.—Me pagaron para hacerlo, Alfa.Kian se detuvo en seco sintiendo cada vez más la rabia, la miró a la cara e ignoró el temor y el temblor de su cuerpo.Sí, debería tener miedo porque iba a hacerla sufrir como ella lo había hecho con su Omega.Extendió la mano rápidamente apretando su cuello ocasionando que rápidamente la hembra tosiera en busca de aire.—¿Quién?—Alfa… por favor.—¡¿Quién?!La histeria lo estaba consumiendo.Viendo la expresión mortífera de su Alfa, Neim abrió la boca.—A…Luego vino un gemido y Kian rugió descontrolado al ver que acababa de ser asesinada por una flecha directo a su corazón.Esta estuvo a punto de alcanzarlo también pero eso poco le importó.Kian alzó