Dana llegó a su habitación sin prestar atención a su entorno. Parecía un zombi, ajena a lo que pasaba a su alrededor. Incluso aunque por toda la casa de la manada hubiera un montón de lobos ocupándose de la fiesta que se llevaría a cabo.—Algo debe estar mal conmigo. No es normal que esté pasando todo esto. Primero esta extraña curación que solo los Alfas poseen, después el embarazo y ahora la marca. Todo esto sin que tenga a mi loba aún, ojalá mis padres estuvieran vivos. Ellos sin duda me explicarían qué está pasándome.Dana caminó de un lado a otro pensando en su encuentro con Kian e inevitablemente se estremeció.—¿Qué va a pasar ahora? ¿Me rechazarás, Alfa?Obviamente eso sería lo más lógico pero con Kian ella no sabía dónde estaba parada, era el lobo más impredecible que había conocido. La Omega sintió una punzada de dolor al recordar que él le había pedido que cubriera su marca.—Es obvio que eso es lo que quiere, me rechazará. Ni siquiera sé por qué no lo hizo en ese momento.
Asling hizo una mueca cuando el Alfa se apartó de ella con un gruñido. Detestaba no tener todo su poder y no manipular a Kian por completo. Sus ojos ya no parecían dilatados mientras la miraba con el ceño fruncido.—Sal de mi habitación. —Pero tú me trajiste, Kian. Su expresión era seria mientras que tenía la mandíbula apretada.—Fue un error, no quiero… mancillarte antes de que nos casemos.—Estoy muy feliz de que se lo digamos a todos Alfa Kian, no puedo esperar.Asling no dudó en besar a Kian antes de marcharse.Cuando salió de su habitación comenzó a desarreglar su pelo y morder sus labios para ir a molestar a su prima. Tocó la puerta de Dana y en el momento que ella abrió Asling sonrió.—¿Entendiste el mensaje? Kian es mío, no importa cuantas veces intentes que te haga suya.Dana apretó los puños llena de rabia y celos.Desde que eran niñas era lo mismo, Asling siempre le había querido robar todo lo que tenía. Incluso lo había hecho con Brent pero jamás le había importado tant
—Repítelo.La voz del Alfa sonó letalmente serena pero eso mismo fue lo que puso alerta a la Omega. Sus ojos azules la miraron fijamente y Dana tragó.—Solo te pido que me rechaces, sé… sé que para ti es una molestia tenerme como compañera y lo acepto. Por favor, termina con esto y recházame.Antes de que pudiera notarlo, Kian se movió tan rápido que Dana gimió abriendo los ojos de golpe.El pecho de él chocó contra el suyo mientras que el macho colocaba cada mano sobre la puerta detrás de ella, a un lado de su cabeza observándola con ira.Él se inclinó cerrando la distancia entre ambos y la Omega no pudo evitar temblar nerviosa y asustada al mismo tiempo. Su cuerpo parecía más receptivo a él por la marca que adornaba su cuello.—No me das órdenes Omega. Si no lo has notado, todo lo que pasa en esta manada es por mi decisión.—Pero…—Solo quieres que lo haga para poder ser completamente de él, ¿cierto? —gruñó rabioso—. Eso no va a pasar.Dana palideció y apretó la mandíbula molesta po
Dana se había vestido tal y como le advirtieron.Atiende a los invitados intentando no llamar la atención pero eso es imposible. Incluso aunque no lo quisiera, la belleza de la Omega es una tentación para todos pero ella parece ajena a las emociones que despierta en los machos de la sala.Su mirada está fija en su prima recordando las palabras de Brent.—¿Qué hay de Asling? ¿Qué pinta ella en el plan de su padre?—Creo que no sabe nada del plan de Owen. Asling es demasiado estúpida y su padre lo sabe, de alguna manera arruinaría su plan. Pero estoy seguro de que está tramando algo que incluye al Alfa del Norte. No sé de qué se trate, solo sé que ella está obsesionada con él.Kian la miraba fijamente sin importarle el resto a su alrededor mientras que apretaba la copa en su mano. Su mandíbula estaba tensa y el lobo en su interior gruñía territorial detestando la atención que aquella maldita Omega despertaba en los machos cerca de ella.—Bueno, Alfa Kian. Es un placer estar por fin en s
—Estamos muy felices de que los gobernantes de los cuatro reinos estén aquí apoyándonos —habló Asling llamando la atención de los demás hacia ellos.La música empezó a sonar mientras que ahora todos ignoraban de nuevo a la torpe doncella quien temblorosa se había agachado para recoger los trozos de vidrio del suelo.Una punzada profunda escocía el pecho de Dana mientras que aguantaba las ganas de llorar. Duele, duele mucho.Pero aunque lo hiciera debía comportarse. Brent le había dicho que actuara con normalidad aunque eso fuera lo más difícil para ella en ese instante.Un par de zapatos caros aparecieron en su campo de visión y Dana se tensó al captar aquel aroma conocido. Lentamente alzó la vista hasta aquel hombre encontrándose con una sonrisa divertida de su parte.—Querida, cuánto tiempo…Sus dientes se apretaron llena de furia y apretó un cristal en su mano cortándose la palma profundamente, sin embargo, ignoró ese hecho.—¿No te alegras por tu prima? Ahora podrán pasar más tie
—¡No! No quiero que me toques.El Alfa se tensó y Dana no dudó en empujar su pecho, él se aparta y ella se baja de la encimera fulminándolo con la mirada.—Soy yo quien no permitirá que me uses más Alfa Kian, Incluso aunque no aceptes mi rechazo.—Dana...Su gruñido fue una advertencia pero ella estaba demasiado molesta para escuchar.Estaba dolida por lo que su compañero le hacía, harta de ser su juego personal.—Dime una cosa Kian, ¿Por qué te aliaste con mi enemigo?Veo como la mandíbula de él se tensa y en esta palpita un músculo. El Alfa la está escrutando en silencio, es obvio que no va a responderle y eso solo se siente peor.—Ni siquiera sé por qué te pregunté.Ella salió de la cocina llena de decepción mientras sentía su corazón palpitando salvajemente. Un cosquilleo extraño llamó su atención disipando el momento difícil que había tenido con Kian.—No te preocupes mi cachorro, yo te sacaré de aquí. Te protegeré de todos, incluyéndolo a él.Kian había vuelto pero estaba furios
Por medio de aquel beso pudo sentir el sabor metálico del rastro de la sangre que ella misma le había sacado al Alfa cuando le rompió la nariz y a pesar de ello no podía ser desagradable para ella, sin embargo, Dana estaba furiosa de que su escape hubiera sido entorpecido por causa de Kian otra vez.Él no la quería, pero tampoco la dejaba ir.Cegada por la ira y en busca del oxígeno que el mismo le robaba mordió el labio inferior de Kian provocando un nuevo sangrado al clavar sus incisivos en la carne pero como el primer ataque, el fluido rojo se detuvo rápidamente.Él se apartó levemente mirándola con una sonrisa desdeñosa mientras limpiaba con un puño la sangre.—¿Te sientes salvaje hoy?—Me siento con ganas de matarte, ¿eso responde a tu pregunta?—Muy rápida para las respuestas sin importancia pero las que de verdad quiero te las callas.—Acostúmbrate porque no obtendrás nada más de mí.La rabia destellaba en su pupila aunque él intentara ocultarlo con aquella falsa frialdad, come
LA MANADA DEL OESTE—Antes de morir, ¿Cuáles son tus últimas palabras, mi querida sobrina?Veo ese brillo asesino en sus pupilas mientras levanta sus garras tratando de encajarlas en mi piel para robarme mi último suspiro, como lo hizo con mis padres. Y pronto, una sonrisa maliciosa se extiende por su cara.—¡Vas a pagar por esto, haré que te arrepientas!—¿De verdad?Está burlándose de mí, pero no le respondo. Sin que lo espere, levanto mi pierna golpeándolo fuerte con mi pie justo en la garganta logrando dejarlo sin respiración por unos segundos. Enseguida ruedo mi cuerpo por la tierra apartándome de él mientras me pongo de pie en el acto sin volver a mirar en su dirección.Esta puede ser mi última oportunidad y no voy a perderla.Estás cerca de tu destino, Dana.—¡Voy a matarte!El vello se me eriza sabiendo lo cerca que está.Soy débil en comparación a él. Un Omega que ha ido a la guerra más veces de las que soy capaz de contar mientras que yo ni siquiera tengo a mi loba aún. Sin