Esta es la prueba

Sintió que se inclinaba sobre ella y su cálido aliento le acarició la oreja.

—Estoy tratando de mantenerme alejado. Pero no lo haces fácil para mí, compañera.

Dana cerró los ojos por un momento recordando los tiempos del pesando en el que Kian y ella habían estado en la misma situación. Era ella la que siempre había salido lastimada.

Utilizando su fuerza lobuna finalmente salió de su agarre y se giró hacia él fulminándolo con la mirada.

—¿Qué crees que haces? ¿Acaso no entiendes ni una palabra de lo que te digo? Te lo dejé bien claro Kian y estoy harta de que estés persiguiéndome. No eres nada para mí.

Dana enseguida pasó por su lado desesperada por huir, por salir de su campo de visión. Su cuerpo era un traidor y respondía únicamente al macho como si fuera su dueño.

Cuando llegó a la orilla pensó que Kian la dejaría en paz y ese fue su error.

—Pruébalo, prueba que no soy nada para ti.

Dana una vez más se giró a verlo con suficiencia mientras apretaba la mandíbula. Sus ojos lo recorr
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