Ava. Cuando entré en la sala de interrogatorios de la manada, varias personas ya estaban reunidas allí. Llevaba una mañana bastante ajetreada, desde que descubrimos que el Alfa Calix se había llevado a Irina, algo que me tenía sumergida entre varios sentimientos encontrados, entre los que me obliga
Walter sonriendo, como disfrutara ante la idea, me dio un cuchillo con mango de madera y hoja de plata, hasta yo sentía la tentación de soltarlo, ante la cercanía de ese material tan corrosivo para un lobo. - “Les diré lo que sucederá a partir de este momento, si no me cuenta todo lo que saben, zo
Desmond. Llevan corriendo y olfateando, transformado, tras el rastro que ese grupo durante horas. El grupo estaba formado por dos Alfas, varios lobos de diferentes rangos, entre los que se encontraba un delta, y finalmente, mi luna. Por lo que vi cuando se la llevaron, se encontraba desmayada, y a
Pero no hubo tiempo de nada de eso, ni de descubrir qué habían hablado esos dos, ni de evitar lo que pasó a continuación, un grupo de varios hombres, comenzaron a acercarse a mi luna por detrás, y sin pensarlo, corrí para socorrerla, aunque cuando llegué, ya era tarde, no había nadie allí, y el rast
Elijah. Supe el momento justo en que el interior de mi alfa cambió, ya lo habia visto en otras ocasiones, su oscuridad en el “campo de batalla”, pero nunca había visto ese fuego oscuro, temible, e intimidante de sus ojos, era la primera vez que lo sentía alejado de mí, alejado de todo, por primera
Irina. No solo fue el ruido que se formó a mi alrededor el que hizo, que poco a poco saliera del entumecimiento sentía en mi cuerpo, más bien fue la sensación, de que mi Alfa, mi mate, mi vida, me necesitaba ahora. Al abrir los ojos, la imagen qué vi ante mí, me paralizó, el mundo se había vuelt
Irina. En esa nube de somnolencia sabía que no estaba sola, miré a mi alrededor mientras la luz iluminaba el paisaje verde que me rodeaba, frente a mí había una enorme cascada, qué recordé enseguida, mi padre me había llevado muchas veces junto a mi hermana y mi hermano a jugar en el pequeño lago q
-“He visto a mamá y papá”- le dije sin poder resistirlo –“Y quieren que seamos felices, Niko, muy felices.”- le dije aún sumergida en las sensaciones que me dejo ese sueño. Mis palabras tuvieron una reacción muy fuerte en mi hermano, que sin poder controlarse me abrazó mientras rompía a llorar, nun