Pero no hubo tiempo de nada de eso, ni de descubrir qué habían hablado esos dos, ni de evitar lo que pasó a continuación, un grupo de varios hombres, comenzaron a acercarse a mi luna por detrás, y sin pensarlo, corrí para socorrerla, aunque cuando llegué, ya era tarde, no había nadie allí, y el rast
Elijah. Supe el momento justo en que el interior de mi alfa cambió, ya lo habia visto en otras ocasiones, su oscuridad en el “campo de batalla”, pero nunca había visto ese fuego oscuro, temible, e intimidante de sus ojos, era la primera vez que lo sentía alejado de mí, alejado de todo, por primera
Irina. No solo fue el ruido que se formó a mi alrededor el que hizo, que poco a poco saliera del entumecimiento sentía en mi cuerpo, más bien fue la sensación, de que mi Alfa, mi mate, mi vida, me necesitaba ahora. Al abrir los ojos, la imagen qué vi ante mí, me paralizó, el mundo se había vuelt
Irina. En esa nube de somnolencia sabía que no estaba sola, miré a mi alrededor mientras la luz iluminaba el paisaje verde que me rodeaba, frente a mí había una enorme cascada, qué recordé enseguida, mi padre me había llevado muchas veces junto a mi hermana y mi hermano a jugar en el pequeño lago q
-“He visto a mamá y papá”- le dije sin poder resistirlo –“Y quieren que seamos felices, Niko, muy felices.”- le dije aún sumergida en las sensaciones que me dejo ese sueño. Mis palabras tuvieron una reacción muy fuerte en mi hermano, que sin poder controlarse me abrazó mientras rompía a llorar, nun
Ava. Era imposible, tenía que salir de allí, ese maldito olor me estaba provocando nauseas. ¿Qué clase de lobo usaba perfume?, por la diosa, eso era tan artificial. Desde mi puesto de segunda en la gran sala, tenía que estar cerca de las manadas más antiguas, y de mayor rango de importancia de tod
Desmond. - “Si no está allí cuando llegue, dile que se elimine el mismo, o lo haré cuando lo vea.”- le dije al chofer que conducía el coche que me llevaba a la mansión, mientras yo tenía entre mis brazos a mi desmayada Luna. Sinceramente estaba muerto de miedo y preocupación, casi no podía creer
Irina - “Tranquila no es tan malo como parece. Y te prometo que cuando despiertes mañana, te espera un regalo, aparte de tus dos tesoros hermosos”- me dijo Ava tratado de animarme, mientras yo respiraba forzada intentando contener la contracción. - “¡Qué se calle ya, por la diosa!, Tanto optimism