Irina. - “No sé lo que estás pensando, pero mejor que te lo pienses dos veces.”- me dijo Ava cuando me reuní con ella en mi posición en la fila de la manada. - “¿Tan evidente soy?”- Dije adoptaba una postura seria y tranquila, mientras aún sentía la mirada de mi pareja sobre mí. - “Para el resto
- “Déjame pasar ya.”- le dije, por indicación de Bella, a los lobos que nos rodeaban, y como si estuvieran bajo algún influjo, se alejaron para dejarnos salir. - “¿Cómo ha pasado esto?”- le pregunté a Bella, mientras tras de mí me seguía una tranquila Ava. - “Es poque, al ya estar tan unidos Daimon
Desmond. -” Es todo como pensaba, Alfa, la manada Karanlik Ay nos está esperando en los límites del norte de nuestro territorio. Hay un gran número de guerreros a la espera de nuestra llegada.”- me dijo George, tras comunicarse con algunos miembros de la manada que custodiaban el límite norte, det
-“Te aviso.”- dije cortando la conexión, justo a tiempo, ya que habíamos llegado a las afueras del pequeño puerto desde donde íbamos a partir en el barco de lujo, que tenía la manada. Ordena que se transformaran y se cambiaran. Designe una zona para que se cambiaran las hembras, lejos de los macho
Ava. - “Dime Luna, ¿Qué pasa por tu cabeza?”- le dije a Irina, mientras recorríamos las diferentes tiendas del gran centro comercial, donde los gemelos, con cara de sufrimiento, y lloriqueando como críos, nos habían llevado. - “Aun lo estoy pensando.”- me dijo mirando los expositores de ropa q
- “¡Quieta!, ni se te ocurra saltarte ese perchero.”- le dije haciendo que ella me mirara. - “No sé por qué, pero no me gusta nada la sonrisa que tienes, ¿Qué te ha pasado por la cabeza, loca omega?”- me preguntó Irina, mirándome aprehensiva. - “Ya lo sabrás, pero por ahora, llama al gerente y
Elijah. - “Alfa, en breve las hembras estarán en el barco, ya he enviado la orden a los gemelos para que las traigan, desde que regrese del gabinete, ya podemos zarpar.”- le dije mentalmente a Desmond, que ahora ese encontraba reunido con algunos abogados que se encargaban de las propiedades de la
- “Todo el mundo a su camarote, y no salga si no quieren morir.”- el gruñido, en forma de orden, de un furioso Alfa fue transmitido al resto de los lobos macho de la manada que estaba en cubierta, en su cabeza, provocando que estos, casi rompiéndose el cuello para evitar mirar a las hembras, corrier