-Roy, ya sabes lo que tienes que hacer – le dijo Dominic mientras caminaba en dirección a la casa en cuyo frente estaban los tres.
-Por supuesto, señor.
-¿Qué es lo que tienes que hacer, Roy? – le pregunto Abigail al mastodonte, aun cuando sabía que lo más probable era que no fuera a revelarle ninguna información.
Roy era como una caja negra, si Dominic Salvatore era impenetrable entonces su guardaespaldas no era más que una piedra fría disfrazada de hielo, Roy era extremadamente grande, y extremadamente fuerte, y aunque sus ojos eran dulces, el resto de su expresión no era nada afable.
-El bolso – le pidió Roy con firmeza a la chica que estaba frente a él.
-¿Para que necesitas mi bolso? – ella intento detenerlo.
-Son ordenes – Roy no espero hasta que Abigail le diera el bolso, y tampoco tenía tiempo para chorradas, asi que antes de que ella soltara alguna otra palabra que enfureciera a Dominic, le arrebato el bolso a la chica, causándole dolor en el brazo.
-¿Con ustedes todo es asi? ¿Siempre hacen las cosas a las patadas? – pregunto, moviendo el brazo para calmar el dolor.
-Cuando las personas no cooperan, nos toca hacer las cosas a nuestro modo, asi que el mejor consejo que podrá recibir de mí, estando aquí, es que haga lo que se le diga y que no le lleve la contraria al jefe – musito despacio, con la mandíbula apretada.
Abigail soltó un suspiro pesado, y miro a su alrededor mientras Roy requisaba su bolso, el lugar era bonito, era ostentoso, la arquitectura de la casa era moderna, había luces por todas partes, los ventanales eran asombrosamente grandes, y todo se veía perfectamente limpio, y ordenado, esas parecían ser una de las cualidades que mas le gustaban a Dominic.
Pero más allá de la casa, Abigail tenia una pregunta mucho más importante, ¿Quién demonios era Dominic? ¿Quién era ese hombre que había gastado su dinero en ella como si solo hubiera comprado un chicle? La chica sabía que no iba a obtener esa respuesta por parte de Dominic, asi que decidió preguntarle a su secuaz
-¿Quién es Dominic, Roy? – hablo muy bajito, teniendo en cuenta que Dominic estaba a solo unos pasos de distancia de ellos dos.
Roy la miro a los ojos mientras seguía rebuscando en el bolso de ella, y lo único que hizo, fue fruncir los labios, algo le decía que Abigail iba a dar muchos problemas, y ya sabía él, que al jefe no le gustaban los problemas.
-No vas a contestarme, por supuesto – dijo ella.
-No tiene nada – le dijo Roy a Dominic mientras le devolvía el bolso a la chica - ¿Quiere que la requise?
-Yo me encargare de eso – Dominic soltó una sonrisa que a Abigail le pareció mas una mueca que otra cosa en medio de la oscuridad, y entonces se acercó a ella – abre las piernas – le pidió en cuanto estuvo frente a ella.
-¿Para qué?
-¡Joder que hagas lo que te estoy diciendo! – grito.
Abigail no iba a pelear allí donde estaba completamente indefensa, asi que hizo lo que él le ordeno.
-Pon las manos en la cabeza.
Ella obedeció, y entonces, comenzando desde sus tobillos, Dominic comenzó a requisarla a detalle, pasando sus manos por cada parte del cuerpo de Abi que estaba cubierto por ropa, él paso sus manos por las piernas de ella, después por su entrepierna, donde ella sintió que un cosquilleo la invadió, continuo con el abdomen de la chica, el cual reviso bajo el saco negro, dándose cuenta de inmediato de la piel de ella que estaba por completo erizada, Dominic continuo su recorrido hasta llegar a los pechos de Abigail, y por ultimo recorrió sus clavículas.
Ella lo miro con rabia mientras él la tocaba, sin embargo tenia que admitir que a parte de la rabia, ella sentía algo más, sentía deseo, pero sabía que eso era solo respuesta de su cuerpo ante los estímulos de Dominic, pero ella nunca jamás en su sano juicio habría sentido nada por ese hombre, ni siquiera deseo, porque no le interesaba que tan guapo fuera, para ella, él era el demonio, y eso no lo iba a cambiar nada ni nadie.
-¿Ya te divertiste suficiente? – le pregunto Abigail, en cuanto él se separó de ella y la miro con los ojos encendidos.
Dominic se quedó allí de pie, a escasos centímetros del cuerpo de Abigail, viendo cada una de las pecas casi imperceptibles en su rostro, y detallando en el batir de las pestañas de la chica, y con todo el descaro que lo caracterizaba, asintió.
-Si, ya me divertí lo suficiente … por esta noche – enfatizo.
Ella había querido escupirle, igual a como había hecho con su padre, pero sabía que era muy posible que no saliera bien librada si lo hacía, estaba en medio de la nada con dos hombres que podían hacerla trizas si quisieran, y ella le había prometido a su hermana que se cuidaría, y que seria prudente, e iba a intentarlo tanto como le fuera posible, incluso aunque lo único que único que queria era darle un golpe en la nariz a Dominic, un golpe que pudiera partirle la nariz y joderle ese perfecto rostro que tenía.
Dominic se alejó por fin de ella, y comenzó a caminar en dirección a la casa.
-¿Qué estas esperando? – le dijo a Abigail – explícale Roy.
Roy la tomo del brazo con brusquedad, y la obligo a caminar detrás de Dominic.
-A partir de este momento, no podrás acceder a tu celular, estarás incomunicada del mundo exterior, sin embargo, si muestras un buen comportamiento, podrás hacer una llamada semanal, que será supervisada, por supuesto, no habrá visitas, y tampoco podrás visitar a nadie.
-¿Ni siquiera a mi familia? – le pregunto la chica a Roy.
-No, ni siquiera a tu familia – contesto – en esta casa no hay concesiones con nadie, sin embargo, si demuestras un buen comportamiento, podrás tener algunos beneficios.
-¿Cómo cuáles? ¿No ser asesinada?
-Por ejemplo – grito Dominic desde donde estaba.
Ella trago en seco, aquella había sido una clara amenaza.
-Podrás comer lo que te plazca, por supuesto toda la comida que hay en la casa es de la mejor calidad, la lista de los alimentos nos la proporciona un nutricionista, deberás cuidar a detalle tu salud, tendrás que hacer ejercicio mínimo una hora al día, te mantendrás activa y atlética, y la más importante de todas estas reglas, es que no intentaras hacerte daño – espeto Roy.
-Yo que empezaba a considerar el suicidio – dijo con sarcasmo Abigail.
-Tampoco hay cabida aquí para la ironía, Abigail – interrumpió Dominic.
-¿Ahora tampoco puedo usar la boca?
Dominic se detuvo en seco.
-Claro que puedes usar la boca, pero no precisamente para hablar – susurro, Abigail lo encendía con lo que decía, y lo peor de todo era que parecia algo involuntario.
La chica sintió calor en las mejillas y tuvo que mirar al piso, debía cuidar mas lo que decía en frente a Dominic, tenia que entender que con él todo sería malinterpretado, aunque la vedad era, que Dominic siempre entendía lo que se le daba la gana de entender, sin preocuparse por nada más.
-¿Qué más tengo que saber?
-El resto te lo explicara Alexis – dijo Dominic.
-¿Quién es Alexis?
Ni Dominic ni Roy contestaron a su pregunta, y Abigail no insistió mas en ella porque por fin habían terminado de cruzar el patio delantero y estaban frente a la puerta de la mansión.
Roy abrió la puerta, y las tres personas fueron adentro.
Todo era mucho más lujoso de lo que Abigail había pensado, las paredes eran de un blanco cegador, había mármol por todas partes, los muebles parecían de roble fino, había algunas decoraciones en la entrada, como una lampara moderna y un cuadro abstracto que en realidad era precioso.
La chica estaba impactada por lo que tenia adelante, eso era totalmente diferente a donde ella había vivido siempre, el club tenia las paredes oscuras, y allí todo era claridad, el club estaba lleno de muebles negros, y allí, todo era color caoba, marfil y beige, la casa estaba decorada exquisitamente, muy bien podría hacer sido el escenario de una exposición de arte. Pero ella sabia que eso era solo la fachada, porque tenia muy claro que su vida no iba a ser igual de linda que aquella casa.
-Llama a las chicas – le ordeno Dominic a Roy, quien de inmediato obedeció.
-¿Te refieres a las chicas que has estas comprando todos estos años? – inquirió Abigail.
Dominic se puso las manos en las caderas, y la ignoro por completo, y aunque no llevaba demasiado tiempo allí, Abigail ya se estaba cansado de que la ignoraran y la trataran como si no fuera nada, ¡Ella era una persona, joder! ¿Acaso eso no significaba nada para él?
Roy volvió con un grupo de mujeres, y entonces Abigail abrió los ojos con sorpresa.
Todas cumplían un patrón, todas eran excesivamente hermosas, eran altas, delgadas, con cuerpos tan perfectos que casi parecían esculpidos, todas tenían senos medianos, y culo grande, las piernas de las chicas eran fuertes, el cabello de todas estaba perfectamente arreglado, y sus rostros eran una cosa de otro mundo, la chica que más le sorprendió a Abigail, era la mujer morena que estaba al frente en el grupo, tenía el cabello liso hasta la cintura, y el color de su piel era canela, sin embargo sus ojos eran color miel, y sus labios rosados, todas parecían muñecas. Abigail se fijo un poco mas en el aspecto de las mujeres que tenía al frente, y se dio cuenta de otra de las cosas que compartían, todas estaban usando ropa excesivamente descubierta, casi como si fuera el uniforme de la casa, cada una de ella tenía puesto un mini pantaloncito que a penas les terminaba de cubrir el culo, y un top corto que les llegaba al ombligo.
-Abigail, ellas son tus compañeras a partir de hoy, Alexis te explicara cómo funcionan las cosas en esta casa.
Alexis, la chica morena del centro, soltó una risa falsa y saludo con desagrado a Abigail.
-Ya te las presentare a todas después – dijo Alexis, después de haber saludado con su mano que lucía una manicure perfecta.
-Te enseñare tu habitación – le dijo Dominic.
Pero Abigail sentía que no podia seguir adentrándose en la casa, porque algo le decía que lo que sucedía allí era mucho peor de lo que ella se había imaginado, al ver a todas esas chicas, lo único en lo que podia pensar era que estaba metida en una red de trata de blancas, Dominic la había comprado para prostituirla.
La chica vio a su espalda, al pasillo que la separaba de la puerta, y entonces, aprovecho que Roy había soltado su agarre, y corrió, por su vida, necesitaba huir de ahí, apartarse de esa casa, de esas mujeres, pero, sobre todo, necesitaba apartarse de Dominic Salvatore.
Roy, que vio como la chica corrió, iba a perseguirla, pero Dominic lo detuvo.
-Déjalo, yo iré por ella – aseguro con rabia.
-¡Abigail detente! – le grito Dominic a la chica que estaba corriendo más rápido de lo que había hecho nunca en su vida. Pero, aunque Abigail era rápida, Dominic era mas alto, y sus pasos equivalían a dos de los de Abigail, era mas rápido, mas ágil, y más atlético también, su estilo de vida siempre lo había obligado a ser un hombre con destreza. -¡Joder Abigail! – siguió gritando. Ella escuchó los gruñidos del hombre tras de sí, pero por nada del mundo pensaba detenerse, no hasta sentirse a salvo, no hasta que pudiera escapar de ese infierno en el que Dominic tenía metidas a todas las chicas que había comprado en el pasado. Porque sin duda, eso era mucho mas de lo que ella sentía que podia soportar, una cosa era el baile exótico, y otra muy distinta la prostitución, y ella realmente no planeaba llegar hasta esos extremos. Había mil y un demonios en la cabeza de la chica, sentía su corazón golpeando contra su pecho, y su cuerpo caliente tras cada paso
Abigail abrió los ojos que se sentía todavía demasiado adormilados, y entonces se incorporó levemente en la cama mientras intentaba entender donde era que estaba, la habitación era grande, tenia un closet bastante generoso a la derecha, a la izquierda había un tocador de color blanco repleto de productos para el cuerpo y para la piel, había también un mueble lleno de cajones que ella no había revisado aun, la cama también era grande, y sobre todo, muy cómoda, tenía sabanas gruesas y acogedoras de algodón blanco, y la almohada de plumas era la mas cómoda que ella había usado nunca.La habitación era ciertamente bonita, lo era al igual que toda la casa, pero aun así, la chica no deseaba estar ahí, de hecho, el ultimo lugar en el que desearía haber estado era ahí justo en medio de esas cuatro paredes en donde se sentía asfixiada.
Abigail se levanto de la mesa y se fue a su habitación minutos después de que Alexis la insultara, lo que menos queria era pelear con otra de las personas con la que irremediablemente iba a tener que verse la cara a diario, asi que la chica, por completo aburrida y fastidiada, se fue a la habitación y se metió en la ducha en donde pretendía darse un largo baño de agua caliente.Ella tomo la toalla nueva que estaba en el baño, cerro la puertilla de cristal, y dejo que el agua caliente le cayera de la cabeza a los pies, y aunque el agua caliente golpeaba contra su espalda haciendo que le doliera, eso era mejor que estar abajo con ese montón de mujeres a las que ella no entendía, y por supuesto, era mucho mejor que encontrarse por ahí con Dominic, asi que se tomo su tiempo, se puso jabón líquido con olor a fresa, se lavo el cabello, que estaba sucio de la noche anterior, y se depilo por completo.
Hasta ese momento, Abigail realmente no había entendido por completo los alcances de Dominic, una parte de ella le decía que él no era tan malo como las chicas del bar decían ni como él mismo se queria mostrar ante las personas, sin embargo, el estar ahí viendo como mataba a una persona la hizo temblar del miedo, no sabía quien era esa persona, lo único que sabia de él, era que no tenia sentimientos, ni alma, al hombre no le interesaba absolutamente nada más allá de su bienestar y el de su familia. Y eso la asustaba, porque no sabia cuales eran los alcances a los que él podia llegar. No sabia que podia pasar si en realidad conseguía escaparse, ¿Él la buscaría? ¿podría encontrarla? Y mas importante que todo eso, ¿La mataría?La chcia sintió que le daban nauseas mientras veía lo que estaba sucediendo en ese salón,
-¡por favor, no vayas a decirle que estoy aquí! Te lo suplico – pidió tal cual al hombre que había estado arrodillado frente a Dominic y Jack.-Si te ve, va a enfurecerse demasiado – Alexis se mordió el labio inferior mientras intentaba adivinar qué hacer.-Por favor Alexis, lo que menos quiero es volver a pelear con él – suplico Abi, con el corazón totalmente acelerado.Aunque Abigail no era santa de la devoción de la otra chica, Alexis no era una mala persona, y sabia como era Dominic cuando estaba molesto, ella más que nadie lo conocía en cada una de sus facetas, asi que ahí, incluso en contra de su voluntad, se propuso a ayudar a Abigail, que a partir de ese momento le debería un favor demasiado grande.-Quédate ahí, no te vayas a mover, ni a hacer ruido.Abigail asintió, y se escondió tras la pared en la que e
Después de almorzar las chicas se dispersaron alrededor de toda la casa, algunas de ellas se fueron a hacer ejercicio, otras a ver televisión, y algunas habían desaparecido antes de que Abigail supiera a donde era que se dirigían, todas esas mujeres le parecían demasiado extrañas, como desaparecían y aparecían como si nada, en realidad a Abi le habría gustado estar en el cuerpo de alguna de ellas, para adivinar por fin como era que soportaban todo eso y sobre todo, como era que hacían para que no les importara absolutamente nada a su alrededor.Abigail suspiro, y se levantó de la mesa sin estar totalmente satisfecha, la carne de tofu era lo peor que había probado en su vida y no pensaba comérselo, para la chica, eso no era mas que el remedo de carne, que por cierto su cuerpo necesitaba, el arroz no estaba tan mal, pero es que las chicas comían todo tan porcionado, que a ella le h
-¡Dios! ¿Qué haces aquí? – le pregunto Abigail a Alexis que estaba en su baño arreglándose para encontrarse con Dominic.-¿Qué me ves haciendo? Me estoy preparando.-Si, eso es bastante obvio, pero ¿Por qué en mi baño?-Porque le están haciendo una mejora a mi baño, no tardaran demasiado, pero no lo puedo usar durante algunas horas, y tú, por el contrario a las otras chicas, me debes un favor – le recordó la morena.-¿Asi que con esto saldo la deuda de esta mañana? ¿prestándote mi baño?-¡Oh no! Cariño, yo te salve el trasero, utilizar tu baño por un par de minutos no saldara nada, me debes mucho todavía.Abigail se sentó en el baño, viendo como su compañera terminaba de ponerse cosméticos.-¿Tu qué crees que hubiera h
La chica comenzó frotándose levemente con un dedo, estaba sensible, húmeda y por completo excitada, y el verse a sí misma, sintiendo tanta necesidad, la obligo a morderse un labio, de inmediato, se dirigió a la cama que esperaba que fuera lo suficientemente cómoda parea conseguir su objetivo, por supuesto sin olvidarse del juguete que Dominic muy gentilmente había dejado para ella en el ultimo cajón del mueble en su habitación.Abigail se acostó en la cama, y llevo sus manos a sus pechos, la chica se masajeo los pezones y se apretó los pechos, de inmediato comenzó a mover sus manos alrededor de todo su cuerpo, el calor que le generaba el estarse tocando a sí misma, era increíble, y eso solo la alentaba para no detenerse, y por el contrario continuar con esa deliciosa tortura.La chica abrió las piernas, y bajo su mano derecha hasta su centro, allí se froto de