Abigail guardó algunas pertenencias dentro de su bolso, entre ellas un bálsamo labias, las llaves del auto que iba a usar esa tarde, su billetera llena de dinero y de sus documentos personales y por ultimo el objeto más importante de todos, la chica agarró de su mesita de noche en su antigua habitación el libro que le regaló la madre de Gabriel, ese libro que contaba explícitamente lo que había sido la vida de Abigail en el pasado.
-¿Estás segura de que esto es una buena idea? – cuestionó Heather, que estaba sentada en la cama de la chica limándose las uñas.
-Si, creo que tengo que hacer esto – Abigail no le dio importancia y siguió recogiendo sus cosas.
-No creo que Dominic vaya a estar muy feliz – soltó la chica con un mohín en el rostro.
-Pues no me importa si arma todo un dilema, no me interesa si se le retuercen las tripas
Abigail dejó el auto en el parqueadero y entonces entró en la casa con los nervios a flor de piel, una guerra se avecinaba y ella no estaba muy segura de querer librarla justo en ese momento cuando cada uno de sus sentimientos estaban tan presentes, los nervios, por lo que había pasado con aquel auto negro, y la tristeza y sus recuerdos en su cabeza por haber visitado a Gabriel.Abi entró en la casa, no en la de Dominic, por supuesto, lo que menos queria en ese momento era tener la posibilidad de toparse con él, asi que intentando evitarlo fue a su vieja habitación, aquella que había dejado de utilizar cuando se habia mudado con Dominic.Abi se quitó los zapatos de tacón que estaba usando y caminó con ellos en las manos a través del pasillo de habitaciones, una vez que estuvo ahí echó un vistazo para asegurarse de que Heather no estuviera allí, cuando se creyó libre
-¿Dominic? ¿A dónde nos estás llevando? – cuestionó Abigail mientras el hombre la agarraba de la mano y la llevaba al helicóptero que estaba preparado para despegar.-Vamos a dar un paseo – soltó él con una sonrisa de medio lado que lo hacia ver sumamente inocente.-Yo no planeo subirme en esa cosa – chilló Heather asustada al ver el tamaño del artefacto que estaba frente a ella, normalmente cuando los veia en el cielo no se veían tan intimidantes.-¡Por supuesto que lo harás! – Roy cargó por las piernas a Heather y la llevó hasta estar más cerca del helicóptero.Dominic y Abi soltaron una carcajada al ver la escena frente a ellos, Roy y Heather eran completamente adorables, eran como dos niños pequeños, lo que no dejaba de ser increíble teniendo en cuenta que Roy era un hombre grande, fuerte y
Un año después. -¡Jamás creí que este momento fuera a llegar! – dijo Marcia con las palabras atoradas debido a que estaba poniéndose un poco de labial color fresa.Abi miro como la chica hacia de todo para sostener el labial y el espejo al mismo tiempo y entonces negó con la cabeza, Marcia no iba a cambiar nunca, y en realidad eso no era nada malo. Marcia estaba loca, pero era sin duda alguna una buena persona y amiga.-Si, yo tampoco – Abigail suspiró y se agachó para ajustarse las tiras de las sandalias color negras que estaba usando.La noche anterior había tenido un sueño en donde se caica en el escenario en frente de todos los invitados nada más porque su sandalia se desabrochaba, y ella no iba a dejar que eso pasara por nada del mundo, asi que habia estado chequeando constantemente que todo estuviera en orden con sus zapatos.-Has
El avión donde iban Abi, su familia, Roy y Dominic junto a sus padres, aterrizó en Santorini en la mañana del día siguiente de la graduación de Abigail, la boda iba a ser intima, algo solo para las personas más allegadas, y ¿Qué mejor lugar para una boda que una isla paradisiaca?-No entiendo porque teníamos que salir corriendo, ustedes son los únicos locos que se casan después de una graduación – dijo Vanessa frustrada porque se le habían quedado en casa los zapatos que había encargado desde parís para usar en la ceremonia.-Cariño, deja de refunfuñar – el padre de Dominic le acarició el brazo e intento calmarla, igual a como habia estado haciendo durante todo el vuelo – estamos en Santorini, se seguro aquí encuentras una tienda donde puedas encontrar unos zapatos aun mas bonitos que los que tenías – solt&o
Seis meses después. -¿Qué es esto? – preguntó Abi mientras un mesero se acercaba a ella a darle uno de los muchos canapés que estaban sirviendo en la fiesta de compromiso de Heather y Roy.-Langostinos en salsa teriyaki – explico Heather con obviedad – ¡Están deliciosos! ¿Qué es lo que te pasa? – cuestionó la chica, al ver que su hermana hacia un gesto de desagrado por el aperitivo.Abigail negó con la cabeza y trató de mantenerse en pie, pero su estómago prácticamente la estaba doblegando, tenia nauseas, sentia que iba a vomitar, y estaba a parte de todo, mareada, tal parecía que haber usado unas plataformas de ocho centímetros no habia sido una buena idea.No debió haber sido tan tonta, después de todo, esos mareos no eran solo de ese día, últimamente le daban muy a menudo, y
Cinco años después. -Heather, por amor a Dios, deja esa bandeja ahí – la regaño Roy mientras la chica sostenía la bandeja con el pavo que partirían esa noche.Era cena de navidad y toda la familia Page y Salvatore estaba reunida en la casa que compartían Dominic y Abigail, había luces decorando todo el espacio, habia un gigantesco árbol de navidad y muchos regalos para los mas pequeñitos de la casa, aunque naturalmente Dominic y Roy tambien se habían encargado de comprarle bonitos obsequios a sus respectivas esposas.-Es que es demasiado terca – dijo Abi rodando los ojos mientras agarraba de la mano a su hija mayor, Amy, una pequeña que había heredado los ojos de su padre y el color de cabello de su madre.-¿Por qué le dices terca a la tía, mami? – preguntó la pequeña Amy.-Porque tu madre
-Abigail, tu antifaz – le dijo Heather, entregándole la mascara negra.-Gracias, cariño – ella le sonrió, puso el antifaz sobre sus ojos, y se lo ato detrás de la cabeza.-¡Salgan ya! – exclamo Arnold, empujando a una de las chicas que estaba en la fila.Las chicas caminaron hacia el escenario, y entonces todo comenzó, el lugar estaba sumido en el mas absoluto silencio, lo único que se escuchaba era el repiqueteo de los tacones de las mujeres, todo estaba oscuro, y lo único que Abigail podia sentir era su corazón golpeteando con fuerza contra su pecho, tenía el corazón acelerado, igual a todas las noches en que se presentaba ahí, a pesar de haberlo hecho casi por cinco años ya.De repente, las luces se encendieron y se escuchó un vitoreo fuerte de los hombres que estaban sentados frente a ellas, la música comenzó a sonar, y tant
Dominic se levantó de la silla negra en la que estaba, y entonces se acerco a Arnold que seguía allí custodiándolo como si se tratara de su guardaespaldas.-Tenemos que hablar – dijo el hombre, caminando a su lado, guiándolo hasta una de las muchas salas en el club nocturno.-Por supuesto que si – Arnold lo siguió, seguido del guardaespaldas de Dominic que nunca lo dejaba solo y lo acompañaba a todas partes.-Quiero a la chica del antifaz negro – soltó de golpe.Arnold abrió los ojos con sorpresa, Abigail, la chica del antifaz negro, a parte de ser su hija, también era la mejor chica que tenia en el sitio, era por eso que nunca había que querido que Dominic viera ni a Abigail ni a Heather, ellas dos eran sus minas de oro, las dos chicas eran las superestrellas del sitio, todos los hombres las amaban, a Heather, porque no tenía escrúpulos, Heather e