8

Lilia subió las escaleras con pasos apresurados, con su respiración entrecortada y su mente hecha un caos. Apenas cruzó la puerta de su habitación, la cerró con seguro y apoyó la frente contra la madera. Su corazón latía con fuerza, no por miedo, sino por algo mucho más reprensible.

No podía permitirlo.

No podía sentirse atraída por él. Nikolai Volkov era su captor, el hombre que se había aparecido como su salvador y la había encerrado en una jaula dorada. Por mucho que su cuerpo reaccionara a su cercanía, por mucho que su mirada le hiciera sentir viva de una manera que no había experimentado antes, no podía caer en esa trampa.

Se obligó a respirar hondo, a pensar con claridad. La atracción era solo una respuesta biológica, un efecto de la situación en la que estaba. Nada más. No podía confundir su cuerpo con su razón. Y su razón le decía que debía salir de allí cuanto antes.

Se apartó de la puerta y caminó hacia el espejo de la habitación. Su reflejo la observaba con los ojos dilatad
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP