61
La necesidad de Alessandro era voraz, incontrolable. No le dio espacio para pensar cuando su cuerpo se cernió sobre el de ella, cuando sus manos exploraron cada rincón de su piel sin dejar lugar a dudas de su posesión. Y entonces, con una embestida que le cortó el aliento, la hizo suya.

El dolor fue un latigazo agudo que la hizo tensarse bajo él. Anya ahogó un gemido, sus uñas clavándose en su espalda. Alessandro se detuvo en seco. El aire quedó suspendido entre ellos. Su respiración era pesada contra su mejilla, con el cuerpo aún unido al de ella. Entonces lo entendió.

Se apartó ligeramente, lo justo para mirarla a los ojos.

—Anya… —su voz sonó rasposa, casi rota—. Tú… eras virgen.

Ella desvió la mirada, con la piel ardiendo de vergüenza y algo más oscuro, algo que no quería nombrar.

—No importa —susurró, pero el temblor en su voz la delató.

Alessandro la sostuvo por la barbilla, obligándola a mirarlo. Sus ojos estaban encendidos, pero ya no solo de deseo, sino de una furia contenida.
Glenmarts

¡Muchas gracias por leer! Pd: hay doble capítulo, espérenlo en pocas horas.

| 5
Sigue leyendo en Buenovela
Escanea el código para descargar la APP

Capítulos relacionados

Último capítulo

Escanea el código para leer en la APP