GIANNALa ilusión bañó mi vista y asentí con la cabeza antes de tomar un sorbo de café.—Estas son fotos de cuando eras pequeña. Mi hijo era tu papá… él era mi único hijo, así que le di mucho amor. Creo que éramos una familia feliz, pero todo cambió luego de la muer.te de mi esposo; él tenía unos dieciséis años por entonces.Vi en la foto a mi padre, a quien yo conocía como Jack Adelaide, y suspiré.—John empezó a robar por diversión, y luego de que lo atraparon un par de veces, comenzó a estafar a personas, dejó la escuela… y escapó de casa tras cumplir los dieciocho. —Madelaine soltó un respingo cansado—. Traté de hacerlo volver muchas veces, pero no sirvió de nada, él simplemente no quería.Tragué entero y resoplé.—¿Y qué hay de mi madre? —Señalé a una muchacha rubia en la foto, ella se veía muy joven conmigo en brazos.—Tu madre era un caso especial. Según John, Amelia era adoptada. Ella padecía de algunos problemas de corazón, y se refugió en la dro.gas y otras sustancias. Tú na
GIANNADios mío… las facciones, la nariz, el cabello, la forma de los ojos, la posición de las orejas… ¡incluso el nacimiento y la forma de la barba!Sentí que el mundo se me removía por dentro, y un terrible mareo me abrumó. Hasta en la voz se le parecía, en la forma en la que hablaba.No… Esto solo debía ser una loca coincidencia de esas que el mundo soltaba de vez en cuando, ¿verdad? Porque Cameron Kuir II estaba mu.erto y enterrado desde hacía mucho tiempo, y pasó a mejor vida al otro lado del mundo, eso era completamente diferente a trasladarme a mí desde Nebraska a California.Sin embargo, no pude quitarme la opresión del pecho, y cuando sentí una mano sobre mi hombro desde atrás, casi brinqué y chillé.—Nana, vamos a sentarnos para comer, ven…Madelaine tomó mi mano y me llevó con ella, no sin antes excusarse con Carol y su familia.Nos sentamos a la mesa, y no pude evitar preguntar:—¿Él se parece a…?—Se parece mucho a Cameron, ¿verdad? Lo pensé desde la primera vez que lo vi
GIANNAAhora tenía un compañero de viaje… supongo que eso era bueno; después de todo, Tom era genial con los puños y de seguro debía tener un arma. Si algo salía mal, contar con él era lo mejor.Vik era un tonto no tan tonto, y ahora me sentía mal de haberlo increpado por dejar que Thomas se fuera, cuando lo único que hacía, que hacían ambos, era velar por mi bienestar, aunque a mis espaldas. Supongo que con un propósito.Conseguimos un vuelo barato a Seattle, y llegamos entrada la tarde. Alquilé un auto ya que era ciudadana y me resultaba más sencillo, y Tom manejó hasta el edificio en el que solía vivir antes, una imponente estructura con arquitectura renacentista italiana, azulejos y piedra que se veía hermoso. En la planta baja había un restaurante que estaba laborando a esta hora, y otros negocios, como una joyería y una galería de artes.—¿Es esta? —pregunté a Tom, señalando el espacio que tenía las luces apagadas y el cartel de cerrado.—Sí… quizás no abrió hoy. Es temprano tod
GIANNAEn un momento estaba sentado junto a mí, y al siguiente, Thomas le dio un tremendo puñetazo a Xander, que se fue hacia un lado con los ojos bien abiertos.Me levanté de un salto, pero antes de que pudiera decir algo, Tom espetó:—¿Tienes una idea de lo que acabas de decir? —Su voz sonó cruda, dura y fría, y abandonó las formalidades en un santiamén, lo que confirmó mis pensamientos sobre su molestia—, ¿tienes idea de todo lo que ha sufrido Su Majestad, quien se suponía era tu amigo, desde que ocurrió el accidente?Los ojos claros de Xander brillaron con impresión por un momento, justo en el momento en el que Tom se levantó, todavía con los puños apretados, y yo me puse a su lado. El rubio bajó la cabeza con malestar y se encogió en sí mismo.—Me lo merecía… —musitó—. Yo… lo sabía, pero no podía decirlo. Para empezar, cuando me enteré todo fue tan… irreal.Tom frunció el cejo, y pareció presto para darle otro golpe, pero tomé su brazo y lo llevé hacia atrás mientras negaba con l
GIANNAUn dolor punzante me recorrió el cuerpo y se detuvo a la mitad, luego avanzó hacia mi cabeza, y cuando abrí los ojos me encontré en un sitio que no conocía. Me sentía presa, pesada, y vi un rostro que en principio no reconocí, pero que enseguida mi mente enlazó con «Arnold».En ese mismo segundo, supe que él era doctor, y cientos de imágenes de recuerdos juntos me llegaron. Fue como si una cantidad de información considerable se hubiera descargado a mi cerebro, y supe que sí me había desmayado, y que esta era una clase de raro sueño.Debía ser importante si se filtraba en primera fila.Me encontraba en una cama y quise hablar, pero no pude, y él me hizo señas para que me quedara tranquila. Solo entonces me di cuenta de que tenía los tobillos y las muñecas atados, y de que algo me cubría la boca, así que lo miré con desesperación.El dolor se regó por todo mi cuerpo, en especial el estómago y la cabeza, y lo miré con desesperación porque no entendía nada de lo que pasaba. Me enc
GIANNAEl mundo se envolvió en negro para mí, pero esta vez no vi nada raro, sino que lo siguiente que pasó fue que desperté, y al mirar a mi alrededor me di cuenta de que estaba en un hospital. Tom me había traído al hospital.Maldita sea…—Señorita, ¿se siente bien? —escuché la pregunta del castaño.Él se veía cansado, de seguro porque no durmió en toda la noche cuidando de mí en casa de Xander.Miré alrededor un poco más, y me di cuenta de que tenía una infusión en el brazo por la que me pasaban suero o medicina.—Me duele la cabeza… —murmuré apenas audible. De hecho, me dolía bastante.—Se desmayó en el auto, por eso la traje a urgencias. Hace más o menos dos horas que llegamos. Iré a llamar al doctor.Apenas asentí con la cabeza y cerré los ojos. Además del dolor de cabeza, tenía el estómago revuelto y náuseas.Sí… quizás debí descansar más; tal vez tener todos mis recuerdos de vuelta terminó por sobrecargar mi cuerpo, pero debía intentarlo, ¿no? Necesitaba volver a Hiraeth tan p
GIANNASin embargo, aunque ya podía caminar por mí misma, como todavía me cansaba un poco, terminé internada otros días en el hospital, en donde siempre me trataron bien y se aseguraron de cuidar de mí y del bebé.—Ha aguantado bastante bien, señorita —murmuró un curioso Thomas mientras empujaba la silla de ruedas en la que me encontraba hacia la entrada del hospital.Nadie sabía que estábamos aquí, ni siquiera Xander, porque no era propicio, pero las palabras de Tom me hicieron pensar… ¡Estuve hospitalizada como tres semanas! Según los doctores, mi cerebro inflamado era muy extraño, y me hicieron algunas preguntas sobre migrañas y más; sin embargo, me vi obligada a mentir en todo eso. No podía decirles la verdad.—Si hubiese sido solo yo… créeme que me habría escapado hace tiempo, pero ya no soy solo yo en este cuerpo —murmuré y resoplé mientras me acariciaba el vientre, ese en el que apenas se veía una sombra de barriga; sin embargo, la verdad era que había ganado casi tres kilos en
GIANNADespués de un rato de procesar aquello, Tom insistió en preparar algo de comer, y merendamos. Él se fue a explorar la casa en busca de cualquier posible peligro o lugar por el que podrían asaltarnos mientras yo lavaba los trastes, y luego me guio hacia un pequeño estudio en la segunda planta, al final casi oculto de todo y todos.—Vaya, es pequeño, que raro —murmuré.Era un cuarto chico con apenas una mesita y varios archiveros, y poseía un olor curioso a humedad, además de una portátil sobre la mesa.—No es prudente que toquemos los archivos de momento.—Queremos pruebas de que mis padres me vendieron a Logan, Melania o Jacob, ¿no?Esas eran las personas mencionadas en mis recuerdos. Tom asintió, y lo primero que hice fue tomar la laptop.—Iré a la habitación. Me pareció ver una caja fuerte en el fondo del vestidor.—Claro —apunté.Él se marchó, y yo me centré en encender la laptop, que ni contraseña tenía. El escritorio era normal, un fondo predeterminado, pero cuando entré a