GIANNASin embargo, aunque ya podía caminar por mí misma, como todavía me cansaba un poco, terminé internada otros días en el hospital, en donde siempre me trataron bien y se aseguraron de cuidar de mí y del bebé.—Ha aguantado bastante bien, señorita —murmuró un curioso Thomas mientras empujaba la silla de ruedas en la que me encontraba hacia la entrada del hospital.Nadie sabía que estábamos aquí, ni siquiera Xander, porque no era propicio, pero las palabras de Tom me hicieron pensar… ¡Estuve hospitalizada como tres semanas! Según los doctores, mi cerebro inflamado era muy extraño, y me hicieron algunas preguntas sobre migrañas y más; sin embargo, me vi obligada a mentir en todo eso. No podía decirles la verdad.—Si hubiese sido solo yo… créeme que me habría escapado hace tiempo, pero ya no soy solo yo en este cuerpo —murmuré y resoplé mientras me acariciaba el vientre, ese en el que apenas se veía una sombra de barriga; sin embargo, la verdad era que había ganado casi tres kilos en
GIANNADespués de un rato de procesar aquello, Tom insistió en preparar algo de comer, y merendamos. Él se fue a explorar la casa en busca de cualquier posible peligro o lugar por el que podrían asaltarnos mientras yo lavaba los trastes, y luego me guio hacia un pequeño estudio en la segunda planta, al final casi oculto de todo y todos.—Vaya, es pequeño, que raro —murmuré.Era un cuarto chico con apenas una mesita y varios archiveros, y poseía un olor curioso a humedad, además de una portátil sobre la mesa.—No es prudente que toquemos los archivos de momento.—Queremos pruebas de que mis padres me vendieron a Logan, Melania o Jacob, ¿no?Esas eran las personas mencionadas en mis recuerdos. Tom asintió, y lo primero que hice fue tomar la laptop.—Iré a la habitación. Me pareció ver una caja fuerte en el fondo del vestidor.—Claro —apunté.Él se marchó, y yo me centré en encender la laptop, que ni contraseña tenía. El escritorio era normal, un fondo predeterminado, pero cuando entré a
GIANNAUnos paramédicos y la policía vinieron a buscarnos y nos sacaron del auto. Acto seguido, terminé en una ambulancia para un chequeo, y llegó un policía. Tom estaba a mi lado, pues no tenía ni un rasguño, cumpliendo su papel.—Señorita, algunos testigos dicen que el auto chocado venía siguiéndolos con un arma.—Así es… Nosotros íbamos al aeropuerto, tenemos que tomar un vuelo a California, y de repente apareció este auto y se nos vino encima… él tenía un arma y… —Respiré hondo, pues todavía me sentía un poco mareada—. Tom es buen conductor, de no ser por él, probablemente estaríamos muer.tos, ¡él incluso nos disparó!El detective asintió con la cabeza y resopló.—¿Conocía a alguna de las personas que iban en el auto?—Sí. El que apuntó y disparó es Logan Tanner, él iba a en el asiento trasero, junto a la ventana.—¿De dónde lo conoce?—Lo conocí cuando trabajaba en un restaurante en California. Él era un cliente y… siempre me pedía salir, y hacía insinuaciones asquerosas. —Resopl
GIANNANo pude evitar llorar, y no me importó quien me viera y quien no. Extrañaba tanto a este hombre, lo añoré por tantos días… y ahora estaba aquí, postrado en esta cama con tanto en su espalda y en todas partes; y luego de desahogarme, solo lo miré.—Vik… tienes que despertar pronto, ¿sí? —murmuré tan bajito como pude—. Tengo mucho que decirte. Despierta pronto, por favor…Pero ya llevaba muchos días en ese estado, veinticuatro para ser exactos. Sabía que esto no era una película, que él no reaccionaría solo porque yo estuviera aquí, pero de verdad me gustaría que así fuera… quería decirle tanto, deseaba decirle que ya tenía todos mis recuerdos, que no me rompí, que me encontraba bien, que solo fue como asentar miles de cosas, que ya recordaba toda nuestra historia y su amor.Amaba a este hombre, ahora podía decirlo con todas sus letras. Lo amaba demasiado.Sin embargo, no pude seguir ignorando la presencia de una figura imponente que me miraba con soslayo de a ratos. Ella no pare
CAMERONLuego de que todo fue negro, sobrevino una espiral de dolor inimaginable, una tor.tura que solo podría comparar con el peor de los rencores, y en medio no pude evitar pensar en Laurice, en si ella pasó por lo mismo.Las imágenes se agolparon en mi cabeza y no pude evitar rememorarlo todo.Sentí las manos tocando mi cuerpo, el agua helada contra mi piel, el cu.chillo cortar, cortar y cortar sin contemplaciones mientras yo tenía los ojos tapados y las manos atadas y, de repente, el horror llegó ante mí.—¿Quizás debería saborearlo un poco? Los de su especie suelen ser buenos.Después de quién sabe cuántos días de pasar hambre y sed, de aguantar golpes e insultos, alguien nuevo, además de los dos o tres de siempre, apareció en la escena. Yo estaba muy mareado, casi inconsciente, pero no pude evitar pensar que conocía ese tono.De repente, sentí una mano posarse sin espera en mi entrepierna, y un nuevo terror me invadió.Y lo que vino luego no fue un consuelo.No le bastó hacerlo
GIANNALos días pasaron entre exámenes y más exámenes para Vikram. Aún no le había dicho ni siquiera que ya tenía mis recuerdos, porque el doctor pidió que no lo estresáramos de más.—Estoy cansado de estar recostado… —murmuró el peli.negro. Ahora estaba tumbado con la cara hacia la ventana. Ya no tenía tantos apósitos en la espalda.—No puedes forzar tu cuerpo, Vik… solo aguanta un poco más —murmuré y me adelanté para jugar con sus cabellos.Se había levantado un par de veces, y la fisioterapia comenzó casi enseguida, pero le quedaba un largo camino por recorrer; después de todo, el estado de coma no era cualquier cosa. Vik se quedó metido en sí mismo, tal como venía siendo costumbre, inmerso en sus pensamientos, y no dijo ni media palabra.Entonces, me alejé y lo dejé estar, saqué mi celular y me encontré con una transmisión en vivo de las noticias.—Los doctores acaban de darnos un parte médico. En él lo más resaltante que vemos es que Su Majestad fue sometido a una cirugía de homb
GIANNALa temida pregunta llegó, y me pasmé por unos segundos, sin saber qué hacer.—Vik, te dije que no te diré todo por ahora… no estás en condiciones de…—Lo estoy, ¿sí? Déjame saber lo que sabes, no te preocupes por el estrés. Ya estoy suficientemente estresado ahora con solo estar tirado en esta cama sin poder casi moverme.Fruncí el cejo y resoplé. El doctor, su psiquiatra, había sido bastante específico, pero pude entenderlo. Al final, yo fui la que estuvo presta a tomar un vuelo justo después de recuperar sus recuerdos. Por eso, apreté los labios, me lo pensé por unos segundos y me relajé.—Por aquel entonces tú estabas ocupado con el desastre de la moción que te obligaba a volver, y mayormente estresado, así que no quise decirte nada hasta no estar por completo segura, por lo que fui con Arnold y… se lo conté.Al instante, él frunció el cejo y tragó con dureza, lo que me hizo parar.—Adelante —instó el pelinegro.Resoplé y, como dijo, proseguí.—A él fue a la única persona a
GIANNALa atención de todos se centró en él, que vestía en cerrado negro, lo que le daba un aire más profundo con su expresión solemne.—Sé que muchos se preguntan quién es Abigail Miller, y de dónde salieron los nombres de Ethan y David Kuir, así que decidí hacer esta declaración, no solo para darles respuestas a ustedes, sino a toda la nación, pues considero que es un tema que no merece ser escondido.Lo vi respirar hondo. Él poseía una forma tan serena e hipnotizante de hablar que hacía que te quedaras prendado a su discurso enseguida, y mucho más ahora donde, coloquialmente, el chisme se encontraba a la orden del día.—Hace diez años, contrario a los deseos de muchas personas, me matriculé en la Universidad de Washington para estudiar Astronomía, al tiempo que hacía un MBA a distancia en la Universidad Georgetown, ambas en Estados Unidos de América. Por supuesto, por el bien de mi privacidad jamás se les informó de mi estancia en Seattle, hasta ahora.Una tímida sonrisa pintó sus