GIANNAUnos paramédicos y la policía vinieron a buscarnos y nos sacaron del auto. Acto seguido, terminé en una ambulancia para un chequeo, y llegó un policía. Tom estaba a mi lado, pues no tenía ni un rasguño, cumpliendo su papel.—Señorita, algunos testigos dicen que el auto chocado venía siguiéndolos con un arma.—Así es… Nosotros íbamos al aeropuerto, tenemos que tomar un vuelo a California, y de repente apareció este auto y se nos vino encima… él tenía un arma y… —Respiré hondo, pues todavía me sentía un poco mareada—. Tom es buen conductor, de no ser por él, probablemente estaríamos muer.tos, ¡él incluso nos disparó!El detective asintió con la cabeza y resopló.—¿Conocía a alguna de las personas que iban en el auto?—Sí. El que apuntó y disparó es Logan Tanner, él iba a en el asiento trasero, junto a la ventana.—¿De dónde lo conoce?—Lo conocí cuando trabajaba en un restaurante en California. Él era un cliente y… siempre me pedía salir, y hacía insinuaciones asquerosas. —Resopl
GIANNANo pude evitar llorar, y no me importó quien me viera y quien no. Extrañaba tanto a este hombre, lo añoré por tantos días… y ahora estaba aquí, postrado en esta cama con tanto en su espalda y en todas partes; y luego de desahogarme, solo lo miré.—Vik… tienes que despertar pronto, ¿sí? —murmuré tan bajito como pude—. Tengo mucho que decirte. Despierta pronto, por favor…Pero ya llevaba muchos días en ese estado, veinticuatro para ser exactos. Sabía que esto no era una película, que él no reaccionaría solo porque yo estuviera aquí, pero de verdad me gustaría que así fuera… quería decirle tanto, deseaba decirle que ya tenía todos mis recuerdos, que no me rompí, que me encontraba bien, que solo fue como asentar miles de cosas, que ya recordaba toda nuestra historia y su amor.Amaba a este hombre, ahora podía decirlo con todas sus letras. Lo amaba demasiado.Sin embargo, no pude seguir ignorando la presencia de una figura imponente que me miraba con soslayo de a ratos. Ella no pare
CAMERONLuego de que todo fue negro, sobrevino una espiral de dolor inimaginable, una tor.tura que solo podría comparar con el peor de los rencores, y en medio no pude evitar pensar en Laurice, en si ella pasó por lo mismo.Las imágenes se agolparon en mi cabeza y no pude evitar rememorarlo todo.Sentí las manos tocando mi cuerpo, el agua helada contra mi piel, el cu.chillo cortar, cortar y cortar sin contemplaciones mientras yo tenía los ojos tapados y las manos atadas y, de repente, el horror llegó ante mí.—¿Quizás debería saborearlo un poco? Los de su especie suelen ser buenos.Después de quién sabe cuántos días de pasar hambre y sed, de aguantar golpes e insultos, alguien nuevo, además de los dos o tres de siempre, apareció en la escena. Yo estaba muy mareado, casi inconsciente, pero no pude evitar pensar que conocía ese tono.De repente, sentí una mano posarse sin espera en mi entrepierna, y un nuevo terror me invadió.Y lo que vino luego no fue un consuelo.No le bastó hacerlo
GIANNALos días pasaron entre exámenes y más exámenes para Vikram. Aún no le había dicho ni siquiera que ya tenía mis recuerdos, porque el doctor pidió que no lo estresáramos de más.—Estoy cansado de estar recostado… —murmuró el peli.negro. Ahora estaba tumbado con la cara hacia la ventana. Ya no tenía tantos apósitos en la espalda.—No puedes forzar tu cuerpo, Vik… solo aguanta un poco más —murmuré y me adelanté para jugar con sus cabellos.Se había levantado un par de veces, y la fisioterapia comenzó casi enseguida, pero le quedaba un largo camino por recorrer; después de todo, el estado de coma no era cualquier cosa. Vik se quedó metido en sí mismo, tal como venía siendo costumbre, inmerso en sus pensamientos, y no dijo ni media palabra.Entonces, me alejé y lo dejé estar, saqué mi celular y me encontré con una transmisión en vivo de las noticias.—Los doctores acaban de darnos un parte médico. En él lo más resaltante que vemos es que Su Majestad fue sometido a una cirugía de homb
GIANNALa temida pregunta llegó, y me pasmé por unos segundos, sin saber qué hacer.—Vik, te dije que no te diré todo por ahora… no estás en condiciones de…—Lo estoy, ¿sí? Déjame saber lo que sabes, no te preocupes por el estrés. Ya estoy suficientemente estresado ahora con solo estar tirado en esta cama sin poder casi moverme.Fruncí el cejo y resoplé. El doctor, su psiquiatra, había sido bastante específico, pero pude entenderlo. Al final, yo fui la que estuvo presta a tomar un vuelo justo después de recuperar sus recuerdos. Por eso, apreté los labios, me lo pensé por unos segundos y me relajé.—Por aquel entonces tú estabas ocupado con el desastre de la moción que te obligaba a volver, y mayormente estresado, así que no quise decirte nada hasta no estar por completo segura, por lo que fui con Arnold y… se lo conté.Al instante, él frunció el cejo y tragó con dureza, lo que me hizo parar.—Adelante —instó el pelinegro.Resoplé y, como dijo, proseguí.—A él fue a la única persona a
GIANNALa atención de todos se centró en él, que vestía en cerrado negro, lo que le daba un aire más profundo con su expresión solemne.—Sé que muchos se preguntan quién es Abigail Miller, y de dónde salieron los nombres de Ethan y David Kuir, así que decidí hacer esta declaración, no solo para darles respuestas a ustedes, sino a toda la nación, pues considero que es un tema que no merece ser escondido.Lo vi respirar hondo. Él poseía una forma tan serena e hipnotizante de hablar que hacía que te quedaras prendado a su discurso enseguida, y mucho más ahora donde, coloquialmente, el chisme se encontraba a la orden del día.—Hace diez años, contrario a los deseos de muchas personas, me matriculé en la Universidad de Washington para estudiar Astronomía, al tiempo que hacía un MBA a distancia en la Universidad Georgetown, ambas en Estados Unidos de América. Por supuesto, por el bien de mi privacidad jamás se les informó de mi estancia en Seattle, hasta ahora.Una tímida sonrisa pintó sus
GIANNACuando llegamos a la tercera planta, Carl se encontraba ahí, porque la puerta del departamento seguía siendo vigilada las veinticuatro horas del día por seguridad.—Señor, señorita, bienvenidos de regreso —dijo él con emoción en los ojos.Sin darle tiempo a continuar, Vik cortó distancias con él y lo abrazó. Carl y Tyler, además de Matt y Donovan, eran los únicos escoltas sobrevivientes del atentado, que fue calificado como terro.rista por los medios nacionales e internacionales, pero en todo este tiempo era la primera vez que él y Vikram se veían.—Me alegro de que estés vivo —dijo Vik y le dio unas palmaditas en la espalda para luego separarse.Carl se lo quedó viendo con los ojos abiertos como platos, y vi las lágrimas inundar sus ojos, al tiempo que empezaba a tragar como un loquito. Lo entendía. Los ánimos estaban así ahora porque un Rey no debería comportarse de esa manera con sus empleados, pero Vikram era diferente. Para él estas personas eran su familia, la única que t
CAMERONMi madre no había querido decir nada desde que la detuvieron, pero tampoco pudo salir en libertad porque las pruebas en su contra eran, según su mismo abogado, bastante fuertes.Tras unos días de digerir todo de lo que me enteré, y tratar de entenderlo, la policía me autorizó de ir a visitarla, así que Tom, Don, Mark y yo fuimos en un único auto hasta allá. Luego de setenta y dos horas, de los tres detenidos que más distinguía, solo Henry era libre en estos momentos, aunque tendría que rendir declaración y no podía salir del país, todo esto con el permiso del gobierno francés.Bajamos del auto y fui guiado al interior de la estación, a una sala de interrogatorios que fungía como habitación para reunirnos. Cuando llegué, ella ya se encontraba ahí dentro, vestida con un mono naranja que no le lucía para nada y con expresión cansada.Se encontraba recluida en condiciones normales, pero no debía estar acostumbrada a nada de eso.Apenas alzó la cara al verme pasar, y luego la desvi