El lunes llego y Linda estaba nerviosa no podía evitarlo, si bien el día anterior todo había estado más que bien con Rene que fue muy bien recibida por Sara la madre de Deivid, ya que gracias a la joven rubia su hijo había regresado a aquella gran casona y ahora no se sentiría tan sola. Para ella y Williams las cosas fueron diferentes, el hombre estaba hambriento de ella, pero Linda le pidió su espacio, si él quería que ella se quedara en aquel piso mirando el mundo bajo sus pies, debía proporcionarle una recamara propia, ella no pensaba compartir su cama con él, o por lo menos no de esa forma.
—No puedes estar hablando en serio, creí que entre nosotros ya estaba todo claro.
— Pues no Will, no entendiste, si me quedo e intentamos algo…
— Como ser pareja. — la interrumpió el rubio.
— Eso, debes darme mi lugar. — a ella inclu
Una semana pasó desde la mudanza de las jóvenes mujeres, a pesar de que Erick y Terry no daban señales de vida, sin embargo Linda se sentía observada, se estaba cansando de que cada paso que daba fuera de la oficina tenía que estar acompañada de Williams, no quería eso, no quería depender de él para todo, quería ser normal, retomar su estilo de vida, pero luego recordaba que ellos noeran normales, ellos eran adictos al sexo pero desde el momento que se mudó al edificio del empresario, no habían tenido relaciones, ella se preparaba para atacarlo, deseaba que él se hundiera en ella, pero Will arruinaba todo con palabras románticas, lo que provocaba que ella cambiara de idea. Mientras el hombre estaba enloqueciendo lentamente, quería tenerla en su cama nuevamente, oírla gemir su nombre mientras la devorabauna y otra vez, pero no quería que ella se sintiera
Linda se despertó con la llamada de Rene, quien estaba demasiado ansiosa como para esperar a la hora del almuerzo para hablar con ella. Por suerte Will continuaba durmiendo ajeno a todo, la noche anterior había sido muy agotadora para ambos.— Te necesito Linda, por favor, necesito hablar contigo a solas. — la voz temblorosa de la rubia la puso en alerta.— Voy de inmediato, dile a Deivid….— No, no estoy en la casa de Sara, estoy en el bar de Rodrigo. — esa información la sorprendió, ¿que pudo pasar para que su amiga recurriera a su refugio?— Rayos Rene, ¿cómo se te ocurre salir sola? — la loca de Rene siempre fue dispuesta a tomar riesgos, pero no con Terry, esto era grave y Linda lo sabía.— Ya no puedo huir, Linda, regresare con Terry. — Linda no espero a que su amiga dijera más nada, se levantó y sal
Linda se encontraba perdida en una bruma de confusión e incredulidad, pero al sentir la caliente y húmeda lengua de Erick invadir su boca reacciono, coloco sus manos en el pecho cincelado de hombre y lo alejo, como si fuese una braza su contacto quemaba y dolía.— ¿Qué haces?¡¿Qué crees que haces?!— Trato de recuperar lo que es mío. — dijo tratando de tocar su rostro.— ¿En verdad piensas que soy tan estúpida? ¡Crees que aun soy la estúpida de un año atrás! — grito con la ira recorriendo su cuerpo, trato de dirigirse a la puerta, pero se encontró enjaulada en los brazos del mayor.— Escúchame Linda, por favor, solo escúchame. — le hablo al oído, dulcemente, como lo haría un domador con una fiera.— De acuerdo, solo… mantén tu
La semana paso con tranquilidad o eso creían todos, para Linda las cosas no eran así, disfrutaba ver como su loca amiga cada vez estaba más enamorada de Deivid y este le correspondía, aunque había escuchado como se lo negaba a Williams, pero lo que más le preocupaba a la castaña era saber que por primera vez su amiga le ocultaba algo, lo descubrió cuando le comento que Deivid había insinuado algo con respecto a su familia, y la rubia cambio rápidamente de tema, ellos sabían algo que la castaña no, a pesar de ser su propia familia parte de ese secreto, pero además de eso tenía dos problemas más, primero , Erick no se daba por vencido con ella, de alguna forma consiguió su número y eran frecuentes sus llamadas, con pretextos de solo querer saludarla, o incluso ofreciendo su amistad, como si eso fuera posible, aun no digería el hecho de que ese hombre que tanto la lastimo y que ella creyó amar se amparara conque todo el daño que le hizo lo hizo por su bien y en nombre del amor, Linda cad
El Ferrari de Mark se detuvo frente al departamento, ese que Erick compro solo para ellos dos. Linda sin decir nada descendió del automóvil he ingreso al lugar, siguiendo los pasos de Erick, su mente era un torbellino de recuerdo, en su mayoría malos, de su familia humillándola, dejándola en casa para que cuide las plantas y mascotas mientras ellos se iban de vacaciones, pero en todos y cada uno de esos dolorosos recuerdos, siempre aparecía Rene para alegrarle el día y para hacerle ver que no estaba sola.Camino y se sentó en su sofá favorito, mientras se despojaba de sus zapatos y sobaba sus pies, no se sentía incomoda en aquel lugar, por un largo tiempo creyó ser feliz allí, no fue consiente en el momento que Erick se arrodillo y tomo uno de sus pies y comenzó a darle un masaje, ella lo miro con los ojos muy abiertos, el señor frio se estaba derritiendo o eso parecía.— ¿Qué haces? — pregunto levantando una ceja perfecta.— Creo que se llama masajes— dijo mostrándole una sonrisa.—
El silencio prevalecía dentro del automóvil, y Linda cada vez estaba más nerviosa, era la primera vez que veía a Williams así de estresado y en silencio, no le gustaba, aun le costaba confiar en algún hombre que no sea capaz de mostrar cómo se sentía. — Will, ¿acaso no piensas decir nada? — pregunto más preocupada, que por curiosidad. — ¿Qué quieres que diga? — se oía enfadado, y ella se relajó un poco, algo es algo, se dijo. — No lo sé, algo… supongo. — levanto los hombros tratando de quitar importancia a su conversación, la cual ella había comenzado. — ¿Quieres saber si me afecta el hecho que, ante una discusión con tu mejor amiga, corrieras a los brazos de Erick? — la ironía y el reproche se hacían evidente con cada palabra al mismo tiempo que ella se arrepentía de a ver comenzado aquella charla. — No corrí a sus brazos, solo llamo en el momento oportuno, Rene, Deivid y tú me mintieron…— trato de defenderse, aunque sabía que ella había actuado mal, buscaba justificar su error.
Linda y Williams al fin llegaron al edificio que compartían, la castaña estaba nerviosa, sabía que Will no le haría daño alguno, pero temía escuchar lo que él tenía para decir, después de todo dicen que las palabras duelen solo si te importa quien las dice y en este momento ella sentía que Will podía destruirla con solo una palabra.Apenas el rubio abrió la puerta, la tomo en brazos y le dio un beso tan apasionado que le quito la respiración a su asistente.— Wou, creí que estaba enojado. — dijo divertida y aliviada a la vez.—Oh lo estoy te lo puedo asegurar, estoy furioso, tenía tantas ganas de romper la cara de ese vejestorio, más cuando se atrevió a apostar contra mí. — los ojos de Will brillaban de una forma casi siniestra de lo alterado que estaba.— Un momento, ¿apostar? ¿Qué? ¿Qué fue lo que apostaron? — una parte de la castaña no quería oír lo que este hombre le estaba a punto de contestar.—Veras, él dijo que tarde o temprano volverías a su lado, y yo obviamente le dije que
Linda no solo respeto la decisión de Williams, sino que también aprovecho el tiempo en el hospital y se realizó un chequeo de rutina, tuvo que elegir un doctor nuevo de cabecera, ya que la doctora que la había atendido en los últimos años era la amiga de Erick Marck y ella estaba decidida a cortar toda relación con aquel hombre, se dispuso a empezar de cero, dejar de ser la mujer fatal para solo ser Linda Brown, aunque ahora sabía que ese no era su verdadero apellido.— Entonces creo que eso sería todo, a no ser que tenga algo que agregar para la historia clínica. — pregunto el hombre canoso.— No, bueno a decir verdad me decidí a realizar mi chequeo anual un poco antes, ya que no me he sentido muy bien, tengo falta de apetito y eso es algo muy raro en mí, siempre fui de buen comer. — respondió con una sonrisa, a ella no le afectaba nada que tenga que ver con su peso.— Pérdida de apetito, ¿algo más? — preguntó mientras escribía el doctor.— Mareos, varias veces al día. — respondió re