Capítulo 30— ArrepentimientosNarradorHabiendo pasado un par de horas tras la visita inesperada de Eira, Killian no podía dejar de pensar en ella. Sabía que había hecho lo correcto la noche anterior al ayudarla a bajar la fiebre, pero ¿por qué sentía que ella lo hacía más vulnerable?Colocándose de pie tras horas y horas de trabajo, en las que se sumergió en montones de documentos, recordó la cena que tendría con ella, a la que jamás llegó debido a un malestar de Sofía, que él estaba convencido de que no era más que uno de sus teatros.Pasando las manos por su rostro un par de veces, Killian negó al saber que tenía que compensarla de alguna forma; independientemente de que entre ellos hubiese existido un romance secreto, Eira también era su amiga de la infancia y socia comercial, por lo que tenía que tratar de llevar la fiesta en paz a pesar de morir si no estaba a su lado.Decidiendo que lo mejor sería invitarla a comer, tras mentirle descaradamente, Killian regresó a su escritorio p
Capítulo 31— Capaz de todo. Narrador Conduciendo en completo silencio, sin decir palabra alguna, con cada segundo que pasaba, Eira sentía cómo su corazón se aceleraba. Aún no tenía idea de a donde se dirigían, pero confiando en Killian, en su palabra, es que seguía en ese auto. —¿A dónde se supone que iremos? Rompiendo el silencio al ver que Killian solo conducía, atravesando la ciudad y alejándose de ésta, Eira sentía que tenía que detenerlo, y desviando su mirada del camino, él solo respondió: —Solo espera, es una sorpresa. Apretando sus labios, sabiendo que él no le diría nada más, Eira solo se encogió en su asiento sintiendo la ansiedad invadirla, y rodando un par de minutos más, al tomar el desvío hacia la parte sur adentrándose en las montañas, supo a dónde iban. Hacía mucho tiempo que no visitaba ese lugar, pero no podría olvidarlo por más que lo quisiera. Allí había vivido momentos únicos con su padre y los Alde cuando aún era una jovencita y su vida no era tan complicad
Capítulo 32 — Atascados en la montaña Narrador Descolocada por las palabras de Killian que alegraron su frágil corazón, Eira solo tiró de su mano y, frunciendo el entrecejo de su frente, negó. No porque no quisiera estar al fin con él, porque en realidad ella lo amaba, pero no de esa manera, no haciendo infeliz a Sofía, no habiéndola escogido por no tener otra salida para que se quedara. Eira deseaba ser elegida por amor, porque él estuviera dispuesto a todo por ella, porque en realidad la amara. —Killian... Tú no puedes hacer algo como eso. Elevando su rostro, Eira centró su mirada inquisidora en Alde, quien ni en sus peores pesadillas esperó esa respuesta, y abriendo su boca él pretendió responder, pero ella no se lo permitió. —No puedes abandonar a tu hijo solo por mí. ¿Cómo crees que me sentiría si permito que lo hagas? Estuve a tu lado todo este tiempo con la esperanza de que en algún punto terminarás tu relación con Sofía y me eligieras a mí, pero una vez que decidiste
Capítulo 33— Riesgos Narrador La noche apenas iniciaba, y el frío parecía no dejar de azotar aquella inolvidable cabaña. Eira se estremeció apenas. El fuego del hogar lanzaba reflejos danzantes sobre su piel, pero no era eso lo que la hacía temblar. Killian se acercó en silencio, como si supiera. Como si aún pudiera leerla. Eira ni lo miró cuando le puso la manta sobre los hombros. La aceptó en silencio, sintiendo el roce de sus dedos en la nuca, tan leve como una amenaza. El fuego del hogar lanzaba sombras anaranjadas sobre su piel. Sabía que él la estaba mirando. Como antes, como siempre, como si pudiera verla desnuda sin quitarle la ropa. —Estás temblando, Eira. Murmuró Alde, sin necesidad de acercarse más, pero sin poder dejar de verla. —Ya pasará, no te preocupes. Pero Killian no era de los que se quedaban quietos. Se sentó junto a ella. Tan cerca que pudo olerlo. Ese maldito aroma que le nublaba el juicio, como si su piel aún lo recordara mejor que su memoria. Él no pr
Capítulo 1— Una más del montón Narrador Con sus ojos cristalizados y su boca ligeramente abierta, Eira no podía creer lo que veía sus ojos en ese instante. —Cásate conmigo. Desviando la vista a la mujer ante ella, la misma que observaba a Killian con sus ojos repletos de amor, la realidad golpeó a Eira. Por más que ella hubiese deseado que este momento no llegara, lo hizo y de peor forma, cuando ella menos lo esperaba, frente a un montón de personas como testigos. Bajando su mirada al suelo, mientras que por su mejilla rodaba una lágrima, Eira escuchó como Sofía accedió a unir su vida a la de Killian para siempre, y escuchando los gritos a su alrededor que celebraban tal unión, supo que lo perdió para siempre. —Eira, ¿estás bien? Hija te juro que no sabía que esto pasaría. Sintiendo la ligera opresión de la mano de su madre que reposaba sobre su hombro, regresó a la realidad. Ella mejor que nadie sabía que Killian y Sofía en algún momento tendrían que casarse, su unión estaba
Capítulo 2— Mantener distancia NarradorAl llegar a casa tras abandonar la nefasta fiesta de aniversario, Eira cerró la puerta tras de sí y apoyó la cabeza en la fría madera.El simple hecho de ver a Killian arrodillado frente a Sofía pidiéndole matrimonio le dolió, le quemó hasta el punto de sentir que su corazón sangraba. Tener a Alde de esa manera era lo que ella más anhelaba en la vida, y ahora, después de esto, de comprometerse oficialmente sería imposible.Soltando un ligero sollozo, Eira se lo tragó casi de inmediato al ver que él no se lo merecía, y empezando a despojarse de los zapatos, los tomó entre sus manos antes de caminar al armario para deshacerse del vestido que empezaba a molestar.Arrojándose sobre la cama una vez se metió en su vestido para dormir, Eira se mantuvo en silencio observando el techo mientras pensaba ¿Qué podría hacer de ahora en adelante? Lo mejor para los dos era mantener la distancia, destruir cualquier lazo que la atara a él, lo cual era casi impos
Capítulo 3— ¿Qué había sido eso?NarradorEira jadeó contra sus labios, con las manos presionadas entre sus cuerpos, sin saber si salir, si empujarlo o aferrarse a su camisa. El aire se volvió denso, irrespirable, y cada roce de Alde sobre su piel encendía las brasas que tanto había intentado apagar.Él no le dio tregua. Sujetó su cintura con fuerza, pegándola aún más a la pared, haciendo que el frío del concreto contrastara con el calor abrasador que él le provocaba. Bajó una mano hasta su muslo, alzándoselo con brusquedad para acomodarse entre sus piernas, como si le perteneciera, como si ese derecho jamás se hubiera puesto en duda.— Vas a dejar de decir estupideces, Eira. No me alejaré de ti, ni hoy, ni mañana, ni nunca.Murmuró ronco contra su cuello, mordiendo despacio, dejando su marca como si quisiera tatuar su nombre en su piel. Eira cerró los ojos, buscando cordura, esa que estaba a punto de perder, pero él se la arrebataba con cada palabra. Intentó hablar, replicar, aunque
Capítulo 4— Una condición Narrador Al llegar a la empresa el lunes muy temprano, Eirá caminaba por el lobby del lugar rumbo al elevador. Esa mañana, después de lo vivido en la fiesta de aniversario, lo último que deseaba era encontrarse con Killian, quien la tarde del dia anterior había atiborrado su teléfono con llamadas a las que no respondió. ¿Por qué lo hacía? ¿Para restregarle en la cara lo bien que se sentía junto a Sofía? Al ingresar al ascensor, Eirá saludó a un par de empleados que se dirigían a su lugar de trabajo, y viendo cómo las puertas de este se cerraban, se mantuvo en silencio hasta llegar a su destino. Sinceramente, si por ella fuera, no regresaría a ese lugar que cada rincón le recordaba a Killian y al inicio de su relación. Si es que a eso se le podía llamar relación. Pero sabiendo que no tenía otra salida y que esa empresa también era su responsabilidad, fue que se armó de valor esa mañana para regresar. Al llegar al piso superior, apenas salió de este se di