–Ve a hablar con Vivian, hazle saber que lo que pasó hoy no volverá a suceder – Alise acarició la mejilla de su hijo.Benjamín asintió con la cabeza y se dirigió a su oficina, donde ya estaba Vivian mordiéndose las uñas y esperándolo para que le aclarara que Catalina no era nadie importante y que se iría de esa casa antes de convertirse en un problema.–Dime que te deshiciste de esa arpía – dijo Vivian en cuanto Ben entró en el despacho.Benjamín negó resignado y entonces soltó un bufido pesado – tienes que dejes de tratarla como tal, no la conoces, no tienes por qué tratarla como si fuera una cualquiera, eso no le queda nada bien a una mujer de tu categoría.–¿Cuándo vas a aprender, Benjamín? – la chica bajó la voz y se acercó al asiento de Ben – ¿Cómo tengo que hacerte entender que ninguna de esas mujeres te quiere realmente? – preguntó mirándolo con decepción.–Ella no va a ser nadie más que una empleada, para que te quedes tranquila, pero tendrás que aprender a respetarla como a c
Al dia siguiente, ya estando completamente instalada, Catalina se levantó muy temprano, se arregló y salió dispuesta a comenzar el que sería su primer dia de trabajo.–¡Catalina, creo que anoche empezamos con el pie izquierdo! – Vivian salió de una de las habitaciones y abordó a la italiana.Catalina frunció los labios y la vio con desconfianza, a pesar de eso no le dijo absolutamente nada, era consciente de que estaba en una casa extraña y por como ella veia las cosas, tenia todas las de perder. –Creo que lo apropiado es presentarme – sonrío de forma falsa – soy Vivian, la mujer más importante para Benjamín, después de su madre por supuesto – dijo con orgullo – tu y yo debemos hablar, Benjamín me pidió que te diera instrucciones sobre esta noche – mintió.–¿Instrucciones? Él tambien puede dármelas, supongo – soltó confundida.–Benjamín es un hombre muy ocupado, ahora mismo no puede atenderte, por eso me ha pedido a mí que me encargué. Tenemos que conseguirte un atuendo apropiado pa
La mujer podía sentir la tela de encaje de las bragas color negro que se había puesto aquel dia, eran unas brasileras que seguramente ya todos en el salón habían visto a la perfección. Catalina se cubrió como pudo con la palma de la mano y salió corriendo hacia donde le pareció mejor, no se sentia capaz de salir del salón asi porque sabía que afuera debía haber muchas más personas esperando entrar, y no queria que nadie mas tuviera la oportunidad de burlarse de lo que le habia pasado.Mientras todos las miraban, las mujeres con repudio y los hombres con deseo, Catalina se alejó hasta que encontró alguien que le pudo dar indicaciones del baño mas cercano, ella fue hasta ese lugar y se encerró en uno de los muchos cubículos. –No es posible que esto me esté pasando a mi – dijo para si misma una vez que estuvo allí a solas, se sentia ridícula, estúpida e ingenua por haber confiado en las buenas intenciones de Vivian.Debió haberlo sabido, debió haber sido menos tonta, se reclamó a si mi
–¡Benjamín, esto no es lo que crees! – gritó Benedictt, tratando de librarse de la furia de Ben, todos conocían el temperamento del príncipe.Benjamín no era estúpido, sabia perfectamente lo que habia pasado, no era la primera vez que Benedictt intentaba hacerle daño a una mujer, de hecho, tenía un largo prontuario que se extendía desde ama de llaves hasta secretarias a las que había estado acosando durante años, Bratva era una isla pequeña y todo se conocía, por supuesto todo el dinero, poder e influencia que tenía Benedictt los sacaban siempre de los problemas, pero con Catalina era diferente, porque Benjamín estaba dispuesto a protegerla sin importar lo que le costase. –¡Eres un maldito mal nacido! – le escupió al tiempo en que le dio un golpe en la mejilla. Benjamín estaba sobre él lanzándole puñetazos a diestra y siniestra – esto te enseñará a no meterte con ella, o con ninguna otra mujer, ¿Me entendiste? – le gritó.Catalina simplemente se quedó observando la escena frente a
Taylor se mantuvo sereno e intentó calmar las ganas repentinas que tenía por consolarla, sabía que dentro del reglamento estaban prohibidas las muestras de afecto entre el personal de la mansión de Bratva, y Catalina no solo era parte del personal sino que además de eso tambien era la chica de la que Benjamín no dejaba de hablar.–Tiene que calmarse, señorita, este fue su primer dia de trabajo y la trajeron directo al ojo del huracán.–Tú tienes razón, yo no debí ser tan tonta, no debí confiar en Vivian, ¡No sé qué me pasó! Después de todo el daño que me han hecho y todavía no aprendo – ella se acurrucó en la esquina del auto, se frotó los brazos sobre el blazer y comenzó a temblar.Taylor la miró a traves del retrovisor.–¿Se encuentra bien? – preguntó repentinamente asustado, la chica se puso pálida como una hoja y eso ya era mucho decir en vista de que era bastante blanca.Catalina intentó contestar, pero estaba tiritando, sentia que todos los vellos de su cuerpo estaban erizados y
–¿Estás segura? – preguntó.–Si – ella tragó saliva y lo miro con sus ojos verdes y profundos – estoy segura – murmuró.Benjamín se quedó sorprendido por la propuesta, definitivamente no estaba pensando rechazarla, ni en un millón de años se atrevería a decirle que no a alguien como Catalina Alcott, mucho menos después de la noche que habia tenido.–No vayas a dejarme sola, por favor – ella arrastró las palabras, y con ellas el corazón de Benjamín, que se sentia sumamente perturbado por la delicadeza con la que hablaba Catalina, ella era como una niña a la que él deseaba meter bajo sus brazos para nunca soltarla.–De acuerdo – respiró profundo tratando de calmar sus instintos más salvajes y entonces fue hasta el lado izquierdo de la cama, allí donde ella le había hecho un espacio, se acomodó de medio lado, de forma que ambos se quedaron mirando frente a frente, el cabello de ella alborotado sobre el colchón la hacia ver como una criatura mágica, ver a Catalina sobre la cama era la ima
Cuando Catalina se despertó se dio cuenta de que estaba completamente sola, la chica miro a su alrededor mientras adaptaba sus ojos a la luz que entraba por la ventana que había dejado abierta la noche anterior y entonces todos los recuerdos le cayeron encima como un balde de agua fria, la fiesta, Vivian, el vestido, Benedictt y por último Benjamín, quien habia salido de la habitación muy temprano esa mañana.Ella soltó un suspiro pesado y entonces volvió a tumbarse de espaldas contra la cama al tiempo en que veia el reloj en la mesa de noche, eran casi las siete de la mañana, ya tendría que estar en la oficina de Ben.Sin mucho ánimo y cansada por el dia anterior, ella se puso en pie, se metió en el baño y se dio una ducha de agua caliente. Mientras estaba allí en el baño vio el vestido rojo que se había puesto la noche anterior y en seguida lo tiro al cesto de la basura.–Vamos a empezar de nuevo – se prometió a sí misma mirándose al espejo.Catalina salió de la habitación ya vestid
–¿Sucede algo que deba saber? – Benjamín se cruzó los brazos sobre el pecho y se acercó a ellos confundido por la situación, no sabía que Taylor y Catalina se habían vuelto tan cercanos, de hecho, ni siquiera recordaba haberlos presentado todavía. Estaba claro que Catalina y Taylor ya no necesitaban presentación alguna. –Benjamín, yo…nosotros – la chica se alejó intempestivamente del hombre frente a ella y entonces miró en la dirección contraria a Benjamín solo para limpiarse las lagrimas rápidamente. Taylor por su parte, tragó saliva, alejó sus manos del cuerpo de Catalina y las unió en su espalda para mostrar respeto a su jefe – nosotros solo estábamos hablando – respondió por ella. –Si, no me siento muy bien y Taylor ha sido de gran ayuda. –¿Desde cuándo? – cuestionó Ben tratando de mantener la compostura. –No es lo que te estás imaginando – interrumpió Taylor – Catalina y la señorita Vivian tuvieron una discusión, llegue hace unos minutos, me encargué de separarlas y ahora