Taylor se mantuvo sereno e intentó calmar las ganas repentinas que tenía por consolarla, sabía que dentro del reglamento estaban prohibidas las muestras de afecto entre el personal de la mansión de Bratva, y Catalina no solo era parte del personal sino que además de eso tambien era la chica de la que Benjamín no dejaba de hablar.–Tiene que calmarse, señorita, este fue su primer dia de trabajo y la trajeron directo al ojo del huracán.–Tú tienes razón, yo no debí ser tan tonta, no debí confiar en Vivian, ¡No sé qué me pasó! Después de todo el daño que me han hecho y todavía no aprendo – ella se acurrucó en la esquina del auto, se frotó los brazos sobre el blazer y comenzó a temblar.Taylor la miró a traves del retrovisor.–¿Se encuentra bien? – preguntó repentinamente asustado, la chica se puso pálida como una hoja y eso ya era mucho decir en vista de que era bastante blanca.Catalina intentó contestar, pero estaba tiritando, sentia que todos los vellos de su cuerpo estaban erizados y
–¿Estás segura? – preguntó.–Si – ella tragó saliva y lo miro con sus ojos verdes y profundos – estoy segura – murmuró.Benjamín se quedó sorprendido por la propuesta, definitivamente no estaba pensando rechazarla, ni en un millón de años se atrevería a decirle que no a alguien como Catalina Alcott, mucho menos después de la noche que habia tenido.–No vayas a dejarme sola, por favor – ella arrastró las palabras, y con ellas el corazón de Benjamín, que se sentia sumamente perturbado por la delicadeza con la que hablaba Catalina, ella era como una niña a la que él deseaba meter bajo sus brazos para nunca soltarla.–De acuerdo – respiró profundo tratando de calmar sus instintos más salvajes y entonces fue hasta el lado izquierdo de la cama, allí donde ella le había hecho un espacio, se acomodó de medio lado, de forma que ambos se quedaron mirando frente a frente, el cabello de ella alborotado sobre el colchón la hacia ver como una criatura mágica, ver a Catalina sobre la cama era la ima
Cuando Catalina se despertó se dio cuenta de que estaba completamente sola, la chica miro a su alrededor mientras adaptaba sus ojos a la luz que entraba por la ventana que había dejado abierta la noche anterior y entonces todos los recuerdos le cayeron encima como un balde de agua fria, la fiesta, Vivian, el vestido, Benedictt y por último Benjamín, quien habia salido de la habitación muy temprano esa mañana.Ella soltó un suspiro pesado y entonces volvió a tumbarse de espaldas contra la cama al tiempo en que veia el reloj en la mesa de noche, eran casi las siete de la mañana, ya tendría que estar en la oficina de Ben.Sin mucho ánimo y cansada por el dia anterior, ella se puso en pie, se metió en el baño y se dio una ducha de agua caliente. Mientras estaba allí en el baño vio el vestido rojo que se había puesto la noche anterior y en seguida lo tiro al cesto de la basura.–Vamos a empezar de nuevo – se prometió a sí misma mirándose al espejo.Catalina salió de la habitación ya vestid
–¿Sucede algo que deba saber? – Benjamín se cruzó los brazos sobre el pecho y se acercó a ellos confundido por la situación, no sabía que Taylor y Catalina se habían vuelto tan cercanos, de hecho, ni siquiera recordaba haberlos presentado todavía. Estaba claro que Catalina y Taylor ya no necesitaban presentación alguna. –Benjamín, yo…nosotros – la chica se alejó intempestivamente del hombre frente a ella y entonces miró en la dirección contraria a Benjamín solo para limpiarse las lagrimas rápidamente. Taylor por su parte, tragó saliva, alejó sus manos del cuerpo de Catalina y las unió en su espalda para mostrar respeto a su jefe – nosotros solo estábamos hablando – respondió por ella. –Si, no me siento muy bien y Taylor ha sido de gran ayuda. –¿Desde cuándo? – cuestionó Ben tratando de mantener la compostura. –No es lo que te estás imaginando – interrumpió Taylor – Catalina y la señorita Vivian tuvieron una discusión, llegue hace unos minutos, me encargué de separarlas y ahora
Taylor salió de su habitación una vez que estuvo listo para comenzar con su dia de trabajo, aunque esa mañana en particular se sentia extraño, casi como si el abrazo de Catalina se hubiera quedado pegado en su piel. –¡Taylor, cariño! Necesito hablar un momento contigo – Alise, que había estado con Vivian, abordó a Taylor en cuanto lo vio – acabo de enterarme de lo que sucedió, ¡Dios! Todavía no entiendo porque Benjamín trajo a esa mujer aquí, no es más que una arribista que le está haciendo la vida imposible a mi pobre Vivian – suspiró y contó la versión de la historia que Vivian le había dado.Taylor no podia contradecir a la reina, así que lo único que hizo fue quedarse en silencio mientras ella continuaba hablando de forma exagerada.–Vivian mencionó que tu lograste separar a las chicas, ella incluso insinuó que tú tenías algún tipo de influencia en Catalina. El hombre se aclaró la garganta incomodo por la situación – solo detuve la pelea, Catalina no es más que una empleada para
–¡Catalina! ¡Detente! – Taylor corrió tras ella que parecia una loca intentando huir – ¿A dónde demonios pretendes ir?–A cualquier lado – le gritó estresada – a cualquier parte que esté lejos de este sitio – gesticuló.Taylor rodó los ojos y alcanzó a reírse un poco de la situación, no podia negar que era un tanto graciosa la forma en la que ella corría por los alrededores, tambien era algo exagerado, estaba claro que Catalina no se iba a ir de ahí, porque Benjamín no iba a dejarla y porque ella tampoco tenía otro sitio al cual ir, asi que sus opciones estaban gravemente reducidas.–¿Planeas hacer una zanja en los pasillos de la mansión?–Deja de burlarte de mí, Taylor, ya me siento lo suficientemente patética – ella ralentizó su paso – ¿Cuantas cosas puede soportar una persona en solo un dia? Primero Vivian me ataca, después Benjamín nos encuentra a ti y a mi abrazados.–No estábamos haciendo nada – él la interrumpió. –Yo sé que no estábamos haciendo nada, pero dudo mucho que a Be
Catalina se quedó un rato más allí en ese altillo que le había parecido tan bonito, sin embargo, en cuanto comenzó a hacer frio, la chica se puso en pie dispuesta a volver a la oficina de Benjamín, en realidad no tenía muchas ganas de hacerlo, pero no tenía otra opción, por como ella veia las cosas, estaba atrapada en esa casa.Ella atravesó los pasillos del lugar que era inmensos y entonces volvió a la oficina, antes de entrar tocó a la puerta con sutileza, enseguida, Taylor, quien ya suponía que se trataba de ella, abrió y la dejo pasar.–Entonces, ¿Te disculparas públicamente por lo que paso con ella? – cuestionó Gregory, que aún se sentia fastidiado por la presencia de aquella mujer en la vida de Benjamín.–Si, los haremos callar de cualquier forma – suspiró – tenemos que asegurarnos de que la dejen tranquila.Catalina se sentó en completo silencio en el silloncito a un lado de la oficina, ella se limitó a escuchar las conversaciones de los hombres mientras intentaba fingir que to
–Creo que voy a necesitar otro de estos – Catalina le sonrió al bar tender, quien estaba encantado de darle a Catalina todo lo que ella quisiera, la mujer era preciosa y no en vano habia acaparado la atención de muchos de los hombres en el sitio, no solo por su rostro angelical, sino, además, por que la falda que estaba usando se le habia subido, dejando al descubierto gran parte de su muslo.–Con mucho gusto, preciosa – el hombre quitó el vaso de enfrente de ella y se dispuso a servirle otro, pero el trago que estaba poniendo en la copa no era igual al que Catalina había tomado antes, sino que tenía un componente que iba a hacer que Catalina perdiera la conciencia.Ella se distrajo con la música y bailó moviéndose ligeramente sobre la silla entretanto esperaba su copa. Por los altavoces del bar sonaba una melodía suave, sensual, una que la hacía querer desinhibirse por completo, la chica pasó su mano por su nuca, limpiando el sudor de su cuello.–¡Ay por Dios! – dijo cuando escuchó e