–¡Catalina! ¡Detente! – Taylor corrió tras ella que parecia una loca intentando huir – ¿A dónde demonios pretendes ir?–A cualquier lado – le gritó estresada – a cualquier parte que esté lejos de este sitio – gesticuló.Taylor rodó los ojos y alcanzó a reírse un poco de la situación, no podia negar que era un tanto graciosa la forma en la que ella corría por los alrededores, tambien era algo exagerado, estaba claro que Catalina no se iba a ir de ahí, porque Benjamín no iba a dejarla y porque ella tampoco tenía otro sitio al cual ir, asi que sus opciones estaban gravemente reducidas.–¿Planeas hacer una zanja en los pasillos de la mansión?–Deja de burlarte de mí, Taylor, ya me siento lo suficientemente patética – ella ralentizó su paso – ¿Cuantas cosas puede soportar una persona en solo un dia? Primero Vivian me ataca, después Benjamín nos encuentra a ti y a mi abrazados.–No estábamos haciendo nada – él la interrumpió. –Yo sé que no estábamos haciendo nada, pero dudo mucho que a Be
Catalina se quedó un rato más allí en ese altillo que le había parecido tan bonito, sin embargo, en cuanto comenzó a hacer frio, la chica se puso en pie dispuesta a volver a la oficina de Benjamín, en realidad no tenía muchas ganas de hacerlo, pero no tenía otra opción, por como ella veia las cosas, estaba atrapada en esa casa.Ella atravesó los pasillos del lugar que era inmensos y entonces volvió a la oficina, antes de entrar tocó a la puerta con sutileza, enseguida, Taylor, quien ya suponía que se trataba de ella, abrió y la dejo pasar.–Entonces, ¿Te disculparas públicamente por lo que paso con ella? – cuestionó Gregory, que aún se sentia fastidiado por la presencia de aquella mujer en la vida de Benjamín.–Si, los haremos callar de cualquier forma – suspiró – tenemos que asegurarnos de que la dejen tranquila.Catalina se sentó en completo silencio en el silloncito a un lado de la oficina, ella se limitó a escuchar las conversaciones de los hombres mientras intentaba fingir que to
–Creo que voy a necesitar otro de estos – Catalina le sonrió al bar tender, quien estaba encantado de darle a Catalina todo lo que ella quisiera, la mujer era preciosa y no en vano habia acaparado la atención de muchos de los hombres en el sitio, no solo por su rostro angelical, sino, además, por que la falda que estaba usando se le habia subido, dejando al descubierto gran parte de su muslo.–Con mucho gusto, preciosa – el hombre quitó el vaso de enfrente de ella y se dispuso a servirle otro, pero el trago que estaba poniendo en la copa no era igual al que Catalina había tomado antes, sino que tenía un componente que iba a hacer que Catalina perdiera la conciencia.Ella se distrajo con la música y bailó moviéndose ligeramente sobre la silla entretanto esperaba su copa. Por los altavoces del bar sonaba una melodía suave, sensual, una que la hacía querer desinhibirse por completo, la chica pasó su mano por su nuca, limpiando el sudor de su cuello.–¡Ay por Dios! – dijo cuando escuchó e
Taylor la vio fijamente a esos bonitos y verdes ojos de ella, tragó saliva y sintió que su corazón se aceleraba repentinamente, se sentia emocionado, como un niño al que le han ofrecido un dulce, pero al mismo tiempo se sentia jodidamente frustrado, porque algo le decía que ese era un dulce que él jamás iba a poder tener, Catalina no le pertenecía a él, si no a Benjamín, o eso era lo que Taylor pensaba.–Estás diciendo incoherencias, Catalina, estás ebria – le recordó, al tiempo en que respiraba profundo para poder calmar su agitado corazón.–Tienes razón en una cosa, estoy ebria, pero no son incoherencias – ella lo abrazó desde el cuello – toda mi vida Taylor, he estado haciendo lo que otras personas me dicen que haga, he vivido bajo las reglas de todos excepto las propias – dijo con la voz lenta – sé que esta tarde me he excedido, sé que ha sido una irresponsabilidad, pero por primera vez, he hecho lo que quiero hacer sin importarme nada…–Ni siquiera si te secuestran – dijo al tiem
–Es hora de despertar, señorita Alcott – le dijo el ama de llaves mientras entraba en la habitación de la chica.Catalina abrió los ojos con esfuerzo, sentía todo su cuerpo pesado y completamente adormilado, además de que le estaban hormigueando las extremidades y ni siquiera entendía muy bien por qué.–¿Qué hora es? – preguntó. –Casi las seis de la mañana – anunció la mujer abriendo las cortinas del lugar.A pesar de que se sentia muy mal, queria vomitar y quedarse acostada todo el dia, además de que le dolía la cabeza como los mil demonios, Catalina se puso en pie y fue directo al baño, cuando se vio en el espejo se sintió horrorizada por la imagen que tenía delante, su cabello estaba desastroso, sus ojos tenían un par de ojeras grandes y pronunciadas debajo de ellos, sus labios estaban resecos y sus mejillas sucias de algo que no sabía muy bien que era.–¡Una excelente forma de iniciar el dia! – se dijo a sí misma mientras se desnudaba y se metía en la ducha.Cuando Catalina sali
Catalina levantó el rostro solo para limpiarse el barro que tenía en la cara, mientras lo hizo pudo darse cuenta de la forma en la que todos la estaban mirando, sentían lastima por ella. –¿Creíste que lo que pasó entre nosotras se iba a quedar asi como asi? Estás muy equivocada si crees que voy a dejar que te salgas con la tuya, no eres más que una mujerzuela, Alcott – dijo Vivian mientras se agachaba y fingía que la ayudaba a levantar.Vivian le ofreció su mano a Catalina y en medio de su desesperación por salir corriendo del lugar, ella la aceptó, pero Vivian la dejó caer nuevamente, haciéndola rebotar contra el lodo que salpicó el vestido de la esposa de un parlamentario.Catalina intentó ponerse en pie por si misma, pero los zapatos de tacón le resbalaban y no la dejaban moverse, nadie tampoco la ayudaba, la mayoría estaban mucho más interesados en disfrutar del espectáculo que en ayudar a la chica a salir de aquel embrollo.Los paparazis que estaban atentos a fotografiar cualqu
–¿De qué estás hablando? – preguntó ella con la voz ronca. –No he podido dejar de pensar en ti desde que te vi por primera vez en ese avión, Catalina, es como si me hubieras embrujado con esos ojos verdes tuyos – él continúo acercándose cada vez más, mientras acariciaba la piel aterciopelada de la chica – me estoy volviendo loco por besarte, por tenerte a mi lado, por hacerte mía, pero sobre todo, me estoy volviendo loco por protegerte.Benjamín la veia como si ella fuera la porcelana de cristal más fina que existiera sobre la faz de la tierra y eso era algo que atemorizaba a Catalina, porque él no la conocía en realidad, no sabía a lo que debía enfrentarse. Benjamín era un príncipe y heredero, eso era cierto, pero Antoni hacia parte de una de las familias de la mafia más poderosas del mundo y la mujer tenia miedo de que Antoni pudiera hacer daño a Ben.–No puedes decirme eso, no es cierto – ella negó con la cabeza – no me conoces.–Déjame hacerlo – él la interrumpió – porque te reh
Taylor descendió por el precipicio de la forma en que mejor pudo, corrió hasta donde ellos estaban y lo primero que hizo fue revisar sus signos vitales. Benjamín estaba respirando con aparente normalidad, pero Catalina, por el contrario, estaba inhalando y exhalando de forma entrecortada, al tiempo en que todo su cuerpo temblaba, casi parecia que estaba convulsionando. –¡Llamen a una ambulancia y ayúdenme a sacarlos de aquí! – gritó Taylor con desesperación en cuanto el equipo de seguridad llegó hasta el lugar del accidente.Enseguida, los hombres siguieron las indicaciones que había dado Taylor, la mitad del grupo se quedó custodiando la zona y la otra mitad se dispuso a ayudar a sacar a ambas personas del precipicio.Sabiendo que se trataba del príncipe de Bratva, las autoridades se movieron rápidamente, de modo que la ambulancia estuvo aparcada pocos minutos después de ser solicitada. Por supuesto la monarquía tenia acceso a su propio hospital privado, en donde serian atendidos t