Aquella mañana, Taylor regresó a su departamento justo cuando Catalina se preparaba para salir a buscar un empleo, sabia que no podia vivir en aquella casa de gratis, tendría que aprender a valerse por si misma y dejar de esperar que algun príncipe fuera a rescatarla. –¡Veo que ya estás despierta! – le dijo Taylor, admirando lo bien que le quedaba la ropa, a pesar de ser simple, algo a lo que ella no estaba acostumbrada.–Si – ella sonrió y se movió hasta la cocina – he preparado un poco de café, ¿Queires?Taylor asintió y ella le sirvió un poco en un pocillo que el hombre se llevó de inmediato a la boca. En cuanto le dio aquel primer sorbo hizo una mueca disimulada.–Sé que está un poco fuerte, pero ya aprenderé – se disculpó.–El café está maravilloso – eso era mentira, pero el rostro tierno de Catalina le impedía decirle la verdad.Ambos bebieron en silencio hasta que Catalina soltó una pregunta que le estaba rondando por la cabeza, pero que no habia sabido como soltar.–Taylor,
–Con eso concluimos con el esquema de seguridad para mañana, tendremos dos equipos de refuerzo en la mansión, tendré hombres vestidos de civil y todo se hará con el debido cuidado – explicó Taylor a Alise y a Benjamin, que estaba aburrido escuchándolo a hablar de la fiesta que se llevaría a cabo al dia siguiente en la noche.–Este es un evento muy importante, no podemos dejar nada a la deriva – agregó la reina, caminando de un lado a otro de la sala – aun no tenemos información de quienes fueron los responsables del accidente de Benjamin y esa mujer.–Catalina, madre, se llama Catalina – soltó con fastidio.–No podemos permitirnos a que algo como eso vuelva a suceder – dijo la reina, ignorando a su hijo.–Yo fui el primero que insistió con las investigaciones, pero todo apunta a que lo de esa tarde se trató de un simple accidente, los responsables huyeron de la escena, pero pudo haber sido por miedo a enfrentar a la ley.La reina pensó al respecto.–De todas formas, no hay nada por l
Aquella noche fue un completo infierno para Catalina, no podia dejar de pensar en lo que pasaría cuando viera a Benjamin, no sabía como reaccionaria él o lo que haría, si se acercaría a hablarle o si por el contrario la ignoraría como si nada hubiera sucedido entre ellos dos. La mujer no estaba segura de haber tomado la mejor decisión, sabía que debía acompañar a Taylor en agradecimiento por todo lo que él hizo, pero tambien estaba consciente de que pasar una velada cerca al hombre del que estaba enamorada iba a ser horrible.–Tengo que vigilar que se cumplan con los protocolos antes de que de comienzo la ceremonia – le dijo Taylor a la mujer – pero en cuanto se acerque la hora vendré por ti, ¿De acuerdo? –Bien – ella sonrío de forma débil.El hombre se preparó para irse, sin embargo, se detuvo antes de hacerlo – Catalina, creo que tu y yo debemos hablar respecto a lo que pasó anoche.–No creo que sea el momento adecuado – susurró ella, mordiéndose la boca, gesto que enloquecía a Ta
–¡Pero Benjamin! Mira lo que has hecho – le dijo la reina a su hijo, moviéndose hacia un lado para no mancharse con el liquido en la copa de Ben, o peor aún, cortarse con los vidrios del vaso roto.–¿Te encuentras bien? – Vivian se puso delante del príncipe, interceptando su mirada que se dirigía exclusivamente a Catalina y a Taylor juntos.–Si, estoy bien – respondió con rabia, al tiempo en que veia como Taylor paseaba a Catalina alrededor del salón.Cuando Taylor le pidió permiso para asistir como invitado aquella noche, Benjamin jamas supuso que seria para llevar a Catalina, de haberlo sabido, jamas lo habría permitido, en ese momento lo que menos queria era verla a ella sonriéndole y mirándolo con tanta ternura ¡Ella tendría que estar mirándolo a él, no a su guardaespaldas!–Me disculpan, tengo que ir a limpiarme la mano – Benjamin salió del salón, su respiración estaba agitada, la adrenalina le estaba corriendo por sus venas y para mas desgracia, los cortes en su mano le estaban
El príncipe se quedó petrificado con la actitud arrogante de Catalina, quien en ese momento se dirigía hacia Taylor, dispuesta a no volver a juntarse con Benjamin más aquella noche, por desgracia, el príncipe tenía otras ideas en mente, no pensaba dejarla marchar sin hablar seriamente. Aquel truco barato que ella usó mientras bailaron solo era una forma de evadir aquella charla que debían tener, y él no lo iba a permitir.–¡Catalina! – dijo con voz firme y fuerte, pero ella no se inmutó y continúo caminando a traves del salón.Benjamin adelantó el paso, la agarró con fuerza del antebrazo y a}la obligó a caminar en dirección contraria a Taylor. El guardaespaldas vio con el ceño fruncido la forma en que Benjamin arrastraba lejos a la chica, pero prefirió no formar una tormenta de un vaso con agua.–¡Te acabo de decir que no me agarres asi! – ella se soltó con violencia, justo cuando entraron en una de las innumerables habitaciones que tenia la mansión.–Y yo te dije que no voy a dejar q
–Benjamin, ¡Tenemos que buscar a Vivian! – gritó Alise, preocupada por su nuera.–Yo me encargaré de ella – dijo Taylor, quien no iba a permitir que el príncipe arriesgara su vida, sin importar si se trataba de su esposa y su futuro hijo.Taylor se comunicó mediante el aparato que cargaba en la oreja y lo mantenía conectado con el resto del equipo de seguridad, preguntó por Vivian y otro de los hombres del equipo dijo que ya tenia asegurada a la chica.–¿Qué demonios vamos a hacer? – le preguntó Benjamin, que estaba tratando de pensar con claridad para actuar de la mejor forma.–Iremos al bunker, por aquí – a medida que caminaban se oían mas ruidos provenientes de afuera.En el salón principal, el candelabro cayó al suelo, rompiendo los miles de cristales en un montón de pedazos pequeños, los parlamentarios continuaban corriendo, mientras los equipos de seguridad de cada uno de ellos intentaban protegerlos, era un caos lo que estaba sucediendo afuera, y el problema era que nadie estab
Afuera en el salón principal el bullicio cesó, las personas salieron de la mansión y se resguardaron, el equipo de seguridad se encargó de controlar las llamas que provocó la explosión y ya se estaba haciendo un análisis de los daños que dejó aquel atentado. –Dense prisa, ¡A la camilla! – ordenó uno de los paramédicos que se encargaría de llevar a la reina al hospital.Después de que hubo un poco de paz, Taylor sacó a todos del bunker y los llevó fuera de la mansión, en donde cada uno de ellos presenciaban como se encargaban de llevarse a Alise, quien todavía no recuperó el sentido.–¿Quién nos acompañará? – preguntó el paramédico, después de haber subido a la mujer a la ambulancia.La primera que saltó para ir con Alise fue Vivian, pero naturalmente Benjamin se lo impidió y él tomo su lugar, no sin antes solicitarle a Taylor que llevara a Vivian hasta el hospital.Catalina vio como se alejaba la ambulancia mientras respiraba hondo y desviaba su atención momentanemanete a la mansión
–¿Está despierta? – preguntó Benjamin al médico, una vez que regresó al hospital. Habia pasado poco menos de veinticuatro horas desde que la reina ingresó al hospital monarca, la tarde anterior, Benjamin no tuvo la fortaleza para volver a aquel lugar que tanto detestaba, asi que se quedó en la mansión, en su oficina, que era uno de los pocos lugares de la casa que no quedaron bajo escombros.–Si, puede entrar a verla – respondió el hombre.Ben respiró profundo y entonces se dirigió hacia la habitación, una vez allí abrió la puerta y su madre lo recibió con una sonrisa pálida y triste.–¿Cómo te sientes, mamá? – le preguntó él.–Estoy mejor – a pesar de su respuesta, la mujer se veia bastante débil, hasta ese momento, Benjamin no fue consciente de lo vieja que se estaba volviendo su madre.–¿Cómo estás tu? – cuestionó ella, estirando su mano para que él la agarrara.–Bien – asintió con la cabeza – ayer mientras tu dormías fui a casa, me di una ducha, me cambié la ropa y tuve tiempo d