–¿Cuánto cuesta una noche en este hotel? – preguntó Catalina en la recepción del primer lugar que se encontró en el camino, parecía bastante sencillo, pero decente, justo lo que ella necesitaba para poder pasar la noche.Cuando el hombre detrás del mostrador le dijo el precio de la habitación, Catalina abrió la boca y quedó asombrada. –¿Todo eso? ¡Pero si este sitio se ve muy sencillo! – ella miró a su alrededor, a las paredes pintadas de forma deficiente y a la pobre decoración.–Si no tiene para pagar lo mejor es que se vaya a otro sitio y evite hacerme preguntas estúpidas.–No, no – Catalina no queria enfurecer al hombre, era casi media noche y debía encontrar un lugar rápidamente – tengo con que pagar – ella abrió su billetera y contó los billetes que tenía.Aunque eran algunos no eran suficientes para poder pasar más de cuatro noches ahí, y todavía no sabía cuanto tiempo estaría sin hogar.–¿Esa es la habitación más barata?El hombre la miró con desprecio y asintió con la cabez
Con la poca integridad que todavía le quedaba intacta, Catalina enderezó la espalda y trató de caminar de forma recta. El tacón se partió y le costaba dar pasos firmes, pero ni eso, ni las miradas de lastima que las personas le dirigían le importaban. Algo que aprendió de su madre desde que estaba muy pequeña era que siempre que mantuviera la espalda recta y el mentón arriba, entonces todavía tendría algo por lo que pelear.Por supuesto, eso no hacia que el dolor en su pie o la humillación se sintiera menos peor, asi que en cuanto vio una banca en un parque, se sentó en ella, dispuesta a descansar un poco y tratar de arreglar su zapato, si es que podia hacerlo. –¡Bingo! – exclamó Taylor, que había estado rastreando la ubicación de Catalina. Ella llevaba su celular en su bolso así que no fue tan difícil localizarla – te tengo – sonrió el guardaespaldas, poniéndose la chaqueta para ir a buscarla.A pesar de que tenía información de la mujer y sabía que Benjamin estaba enloquecido porq
–Tengo que ir a hablar con ella – Benjamin se levantó de su asiento, pero Taylor se interpuso en su camino.–No puedes.–Deja de decir estupideces, Taylor, mejor dame la dirección del sitio donde se está quedando, tengo que verla y arreglar este asunto, ella no puede irse así como así – dijo – tiene un compromiso que cumplir, Catalina no puede olvidarse de la cláusula de su contrato.–Tú y yo sabemos que esa clausula no significa nada, si hubieras querido la hubieras roto hace mucho tiempo – le recordó – ella no está dispuesta a someterse a Vivian, y no intentes decime que tu vas a protegerla, porque ambos sabemos que eso no es cierto, no tienes el tiempo y Vivian se las ha arreglado bastante bien para hacerle la vida miserable.–¿Y entonces que quieres que haga? – Benjamin gritó y giró sobre su propio eje –¿Qué la deje ir? ¿Qué no haga nada? – frunció el ceño.–Si.–¡Demonios, Taylor! No es tan fácil. Por lo menos dime donde está, tengo que saber donde puedo encontrarla.–Se quedará
Aquella mañana, Taylor regresó a su departamento justo cuando Catalina se preparaba para salir a buscar un empleo, sabia que no podia vivir en aquella casa de gratis, tendría que aprender a valerse por si misma y dejar de esperar que algun príncipe fuera a rescatarla. –¡Veo que ya estás despierta! – le dijo Taylor, admirando lo bien que le quedaba la ropa, a pesar de ser simple, algo a lo que ella no estaba acostumbrada.–Si – ella sonrió y se movió hasta la cocina – he preparado un poco de café, ¿Queires?Taylor asintió y ella le sirvió un poco en un pocillo que el hombre se llevó de inmediato a la boca. En cuanto le dio aquel primer sorbo hizo una mueca disimulada.–Sé que está un poco fuerte, pero ya aprenderé – se disculpó.–El café está maravilloso – eso era mentira, pero el rostro tierno de Catalina le impedía decirle la verdad.Ambos bebieron en silencio hasta que Catalina soltó una pregunta que le estaba rondando por la cabeza, pero que no habia sabido como soltar.–Taylor,
–Con eso concluimos con el esquema de seguridad para mañana, tendremos dos equipos de refuerzo en la mansión, tendré hombres vestidos de civil y todo se hará con el debido cuidado – explicó Taylor a Alise y a Benjamin, que estaba aburrido escuchándolo a hablar de la fiesta que se llevaría a cabo al dia siguiente en la noche.–Este es un evento muy importante, no podemos dejar nada a la deriva – agregó la reina, caminando de un lado a otro de la sala – aun no tenemos información de quienes fueron los responsables del accidente de Benjamin y esa mujer.–Catalina, madre, se llama Catalina – soltó con fastidio.–No podemos permitirnos a que algo como eso vuelva a suceder – dijo la reina, ignorando a su hijo.–Yo fui el primero que insistió con las investigaciones, pero todo apunta a que lo de esa tarde se trató de un simple accidente, los responsables huyeron de la escena, pero pudo haber sido por miedo a enfrentar a la ley.La reina pensó al respecto.–De todas formas, no hay nada por l
Aquella noche fue un completo infierno para Catalina, no podia dejar de pensar en lo que pasaría cuando viera a Benjamin, no sabía como reaccionaria él o lo que haría, si se acercaría a hablarle o si por el contrario la ignoraría como si nada hubiera sucedido entre ellos dos. La mujer no estaba segura de haber tomado la mejor decisión, sabía que debía acompañar a Taylor en agradecimiento por todo lo que él hizo, pero tambien estaba consciente de que pasar una velada cerca al hombre del que estaba enamorada iba a ser horrible.–Tengo que vigilar que se cumplan con los protocolos antes de que de comienzo la ceremonia – le dijo Taylor a la mujer – pero en cuanto se acerque la hora vendré por ti, ¿De acuerdo? –Bien – ella sonrío de forma débil.El hombre se preparó para irse, sin embargo, se detuvo antes de hacerlo – Catalina, creo que tu y yo debemos hablar respecto a lo que pasó anoche.–No creo que sea el momento adecuado – susurró ella, mordiéndose la boca, gesto que enloquecía a Ta
–¡Pero Benjamin! Mira lo que has hecho – le dijo la reina a su hijo, moviéndose hacia un lado para no mancharse con el liquido en la copa de Ben, o peor aún, cortarse con los vidrios del vaso roto.–¿Te encuentras bien? – Vivian se puso delante del príncipe, interceptando su mirada que se dirigía exclusivamente a Catalina y a Taylor juntos.–Si, estoy bien – respondió con rabia, al tiempo en que veia como Taylor paseaba a Catalina alrededor del salón.Cuando Taylor le pidió permiso para asistir como invitado aquella noche, Benjamin jamas supuso que seria para llevar a Catalina, de haberlo sabido, jamas lo habría permitido, en ese momento lo que menos queria era verla a ella sonriéndole y mirándolo con tanta ternura ¡Ella tendría que estar mirándolo a él, no a su guardaespaldas!–Me disculpan, tengo que ir a limpiarme la mano – Benjamin salió del salón, su respiración estaba agitada, la adrenalina le estaba corriendo por sus venas y para mas desgracia, los cortes en su mano le estaban
El príncipe se quedó petrificado con la actitud arrogante de Catalina, quien en ese momento se dirigía hacia Taylor, dispuesta a no volver a juntarse con Benjamin más aquella noche, por desgracia, el príncipe tenía otras ideas en mente, no pensaba dejarla marchar sin hablar seriamente. Aquel truco barato que ella usó mientras bailaron solo era una forma de evadir aquella charla que debían tener, y él no lo iba a permitir.–¡Catalina! – dijo con voz firme y fuerte, pero ella no se inmutó y continúo caminando a traves del salón.Benjamin adelantó el paso, la agarró con fuerza del antebrazo y a}la obligó a caminar en dirección contraria a Taylor. El guardaespaldas vio con el ceño fruncido la forma en que Benjamin arrastraba lejos a la chica, pero prefirió no formar una tormenta de un vaso con agua.–¡Te acabo de decir que no me agarres asi! – ella se soltó con violencia, justo cuando entraron en una de las innumerables habitaciones que tenia la mansión.–Y yo te dije que no voy a dejar q