–¿Cómo te sientes, Catalina? – Benjamin se inclinó hacia ella y acarició su cabello, aprovechando que estaban a solas y que no tenia porque escuchar los reclamos y quejas de Vivian y su madre.–Débil – dijo la chica, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.Catalina no entendía porque la vida era tan cruel con ella, la mujer nunca había sido mala, jamas había hecho daño a nadie y no comprendía el porque de su mala suerte, ¿Acaso estaba pagando algun karma de una vida pasada?–Me siento fatal – fue sincera, dejando que las lagrimas corrieran por sus bonitas y pálidas mejillas.–No te preocupes, que a partir de ahora todo estará bien, solo tienes que decirme quien te hizo esto, Catalina – le pidió él.Ella buscó en su memoria, pero no recordaba mucho, aun asi, le contó los pequeños detalles que permanecían almacenados en su cabeza, como las capuchas que cubrían las caras de sus secuestradores y el olor que tenia el trapo con el que la sedaron.–¿No tienes algun otro detalle? Un tatuaj
El resto del dia Catalina estuvo en su habitación, descansando y recuperándose de lo mal que se sentía, la comida le fue llevada hasta la cama y la chica prácticamente no tuvo que moverse para nada. Benjamin pidió al servicio que la trataran con preferencia, sabía que los últimos días no debieron ser fáciles para ella y de algun modo queria recompensarla y hacerla sentir mejor, aunque sabia que era muy posible que nada le hiciera olvidar el trauma de lo que vivió.Mientras la mujer descasaba, Taylor y Benjamin estuvieron reunidos en su oficina gran parte de la tarde, hablando sobre los extraños acontecimientos que rodeaban el secuestro de Catalina.–¿No te parece muy extraño que ella fuera la única que tenía la llave? – le preguntó Taylor, después de haberle revelado las verdades que encontró de Vivian.No tenia pruebas, pero se sentia en la obligación de que su jefe supiera la verdad, podían estarse enfrentando a un enemigo silencioso y no habia nada mas peligroso que eso.–Vivian es
–¡Maldición! – Benjamin gritó y le dio un golpe a una de las paredes laterales del corredor de habitaciones, se veia tan frustrado y cansado que una de las empleadas que todavía deambulaba por ahí se detuvo a preguntarle como estaba, y aunque él aseguró que todo estaba en orden, la verdad era totalmente lo contrario.Entre mas pasaba el tiempo más se le dificultaba estar apartado de ella, era una tortura tenerla allí y no poder tenerla de la forma en que la deseaba, sobre todo porque, cada vez que Benjamin veia a Catalina, veia la imagen vivía de la mujer a la que mas quiso en el mundo además de su madre, Elena, que dentro de solo un par de días cumpliría siete meses de muerta.–¿Está todo bien? Escuché un grito – Vivian se asomó por la puerta justo cuando él iba entrando en la habitación.–Si, todo está bien – gruño con rabia.Enseguida el hombre se sentó en la cama y comenzó a desvestirse, aquel había sido un dia largo y necesitaba descansar, mas que nada en el mundo.Vivian se dio
Al dia siguiente, Catalina se despertó temprano en la mañana y se arregló con la ropa de trabajo, habia pasado muchos días desaparecida y enferma y sentia que no estaba cumpliendo con las obligaciones laborales. No queria que nadie pensara que ella estaba hí por los motivos equivocados, no se podia permitir a si misma darle más motivos a las personas para que hablaran a sus espaldas.Habia pasado poco mas de dos meses desde que llegó a la casa, ya había recibido su primer pago y parte de ella se sintió mal al ver el cheque entre sus manos, sentia que no se lo merecía, y aunque estaba acostumbrada a tener todo lo que queria, estando ahí las cosas se sentían ligeramente diferentes.–Buenos días – Catalina saludó a las empleadas de la cocina, quienes le sonrieron y se dispusieron a servirle el desayuno.–¡Me alegra mucho que se encuentre bien, señorita Alcott! – dijo la jefe de cocina, poniendo un café humeante frente a ella.–Gracias – la mujer agarró la taza con sus dos manos y se llev
–¿Cuánto cuesta una noche en este hotel? – preguntó Catalina en la recepción del primer lugar que se encontró en el camino, parecía bastante sencillo, pero decente, justo lo que ella necesitaba para poder pasar la noche.Cuando el hombre detrás del mostrador le dijo el precio de la habitación, Catalina abrió la boca y quedó asombrada. –¿Todo eso? ¡Pero si este sitio se ve muy sencillo! – ella miró a su alrededor, a las paredes pintadas de forma deficiente y a la pobre decoración.–Si no tiene para pagar lo mejor es que se vaya a otro sitio y evite hacerme preguntas estúpidas.–No, no – Catalina no queria enfurecer al hombre, era casi media noche y debía encontrar un lugar rápidamente – tengo con que pagar – ella abrió su billetera y contó los billetes que tenía.Aunque eran algunos no eran suficientes para poder pasar más de cuatro noches ahí, y todavía no sabía cuanto tiempo estaría sin hogar.–¿Esa es la habitación más barata?El hombre la miró con desprecio y asintió con la cabez
Con la poca integridad que todavía le quedaba intacta, Catalina enderezó la espalda y trató de caminar de forma recta. El tacón se partió y le costaba dar pasos firmes, pero ni eso, ni las miradas de lastima que las personas le dirigían le importaban. Algo que aprendió de su madre desde que estaba muy pequeña era que siempre que mantuviera la espalda recta y el mentón arriba, entonces todavía tendría algo por lo que pelear.Por supuesto, eso no hacia que el dolor en su pie o la humillación se sintiera menos peor, asi que en cuanto vio una banca en un parque, se sentó en ella, dispuesta a descansar un poco y tratar de arreglar su zapato, si es que podia hacerlo. –¡Bingo! – exclamó Taylor, que había estado rastreando la ubicación de Catalina. Ella llevaba su celular en su bolso así que no fue tan difícil localizarla – te tengo – sonrió el guardaespaldas, poniéndose la chaqueta para ir a buscarla.A pesar de que tenía información de la mujer y sabía que Benjamin estaba enloquecido porq
–Tengo que ir a hablar con ella – Benjamin se levantó de su asiento, pero Taylor se interpuso en su camino.–No puedes.–Deja de decir estupideces, Taylor, mejor dame la dirección del sitio donde se está quedando, tengo que verla y arreglar este asunto, ella no puede irse así como así – dijo – tiene un compromiso que cumplir, Catalina no puede olvidarse de la cláusula de su contrato.–Tú y yo sabemos que esa clausula no significa nada, si hubieras querido la hubieras roto hace mucho tiempo – le recordó – ella no está dispuesta a someterse a Vivian, y no intentes decime que tu vas a protegerla, porque ambos sabemos que eso no es cierto, no tienes el tiempo y Vivian se las ha arreglado bastante bien para hacerle la vida miserable.–¿Y entonces que quieres que haga? – Benjamin gritó y giró sobre su propio eje –¿Qué la deje ir? ¿Qué no haga nada? – frunció el ceño.–Si.–¡Demonios, Taylor! No es tan fácil. Por lo menos dime donde está, tengo que saber donde puedo encontrarla.–Se quedará
Aquella mañana, Taylor regresó a su departamento justo cuando Catalina se preparaba para salir a buscar un empleo, sabia que no podia vivir en aquella casa de gratis, tendría que aprender a valerse por si misma y dejar de esperar que algun príncipe fuera a rescatarla. –¡Veo que ya estás despierta! – le dijo Taylor, admirando lo bien que le quedaba la ropa, a pesar de ser simple, algo a lo que ella no estaba acostumbrada.–Si – ella sonrió y se movió hasta la cocina – he preparado un poco de café, ¿Queires?Taylor asintió y ella le sirvió un poco en un pocillo que el hombre se llevó de inmediato a la boca. En cuanto le dio aquel primer sorbo hizo una mueca disimulada.–Sé que está un poco fuerte, pero ya aprenderé – se disculpó.–El café está maravilloso – eso era mentira, pero el rostro tierno de Catalina le impedía decirle la verdad.Ambos bebieron en silencio hasta que Catalina soltó una pregunta que le estaba rondando por la cabeza, pero que no habia sabido como soltar.–Taylor,