Benjamín no pudo pegar el ojo en toda la noche, se sentia miserable y hastiado por lo que iba a suceder ese sábado, tenia que levantarse, vestirse y arreglarse para un matrimonio que él en realidad no queria aceptar. Vivian era una buena mujer, sin embargo, él no era capaz de sentir nada por ella, mucho menos después de haber estado comprometido con su hermana.–¡Ya llegó el gran dia! – escuchó a Alise gritar mientras caminaba por los pasillos de la mansión.La reina estaba mas dichosa que nunca, por fin su hijo se casaría con alguien apropiado, asegurarían el linaje del trono y ella podría descansar.–¡Linda, soy yo, debes abrirme! – tocó a la puerta de Vivian, que se levantó muy temprano para comenzar con el ritual – ¡Por Dios! Tu piel está brillante como porcelana – la alagó. Vivian sonrió y dejó que la reina entrara en la habitación. Ambas permanecieron juntas hasta que estuvieron completamente listas para el matrimonio.–Eres la novia más bonita del mundo – Alise miró de los pi
–¿Cómo supiste donde estaba? – Benjamín le habló a la mujer que lo veia desde el cielo.–Ya te dije, no podia dejarte solo – ella sonrío y entonces Ben buscó la trampa en todo eso, él más que nadie sabia que la vida nunca era tan buena como parecia. No tenia tanta suerte.Benjamín parpadeó un par de veces más, para ver si de esa forma dejaba de ver a la mujer, probablemente estaba alucinando por todo el alcohol que bebió, sin embargo al hacerlo, ella no se fue, solo se convirtió en alguien muy distinta a Catalina.–Su majestad, el cementerio está a punto de cerrar – una de las guardianas, se dio cuenta de que el príncipe de Bratva estaba allí tirado y se acercó a ayudarle – usted no se encuentra muy bien – frunció el ceño – llamaré a alguien que pueda llevarlo a casa, señor.–Déjame aquí, yo no quiero regresar allá – balbuceó, francamente decepcionado.Por el contrario, a Catalina, esa mujer era casi una anciana, tenía canas regadas por todo el cabello y lunares en la mejilla. No se c
Vivian frunció los ojos y miró con rabia a su esposo.–Recuerda que la mujer a la que debes defender es a mi – siseó, casi como una amenaza – ¿Y tú por qué no has empezado todavía? Te quiero ver refregando el retrete con las uñas – le gritó a Catalina, que se estaba poniendo en pie.–Ese no es mi trabajo – respondió ella, sin necesidad de alzar la voz.Catalina tenia que aprender a hacerse respetar sin necesidad de ser igual de arribista que Vivian, ella no pensaba seguir haciendo espectáculos, mucho menos frente a Benjamín.–Estoy contratada para asistir a Benjamín en lo que necesite, no para limpiar baños – refunfuñó. –¡Es que no has entendido! – gritó Vivian alterada – ¡Aquí haces lo que yo diga! – Vivian movió la mano rápidamente e intentó golpear a Catalina nuevamente, pero ella la esquivó.–No vas a golpearme Vivian Caruso, no me interesa quien seas, me debes respeto – la enfrentó.–A partir de ahora, soy la señora Mascherano, que te quede bien grabado eso en la memoria – gruñ
–¡No me has tocado ni un pelo desde que llegamos a Bali, Benjamín! – le gritó Vivian a su esposo. Habían pasado casi veinte días desde que aterrizaron a la isla paradisiaca, sin embargo la situación entre Vivian y Benjamín no habia cambiado en lo absoluto, por el contrario, Vivian sentía que entre más pasaba el tiempo más distante se comportaba Benjamín.El hombre, por su parte lo estaba intentando, pero no le nacía tener relaciones con Vivian, no deseaba tocarla o besarla, ella no inspiraba nada en él y era momento de que ambos encararan la verdad. El matrimonio no iba a funcionar, sin importar cuantos esfuerzos se hiciera.–No puedo obligar a mi cuerpo – gritó él con rabia – ¿Qué quieres que haga, Vivian?–¿Es que acaso no eres un hombre de verdad? Miles de hombres al rededor del mundo se morirían por tener la oportunidad de estar con una mujer como yo y aun asi tu te atreves a despreciarme – era la cuarta vez que Vivian intentaba seducirlo y a decir verdad ya se estaba hartando d
La sangre caliente comenzó a correrle por las venas a Benjamín, no podia dejar de mirar a su guardaespaldas durmiendo al lado de la mujer de la que él estaba enamorado. Era cierto que Benjamín consideraba a Taylor como alguien de la familia, pero en ese momento lo único que queria hacer era estrellarlo contra una pared por estarlo traicionando de esa forma.Taylor, que era un hombre con el sueño ligero y que además tenía un oído muy agudo debido a su trabajo, abrió los ojos con pesadez en cuanto se dio cuenta de la sombra que se proyectaba en la puerta de la habitación.–¡Benjamín! – se incorporó rápidamente, su jefe no debía llegar todavía y eso lo confundía.El príncipe notó que Taylor se dio cuenta de su presencia y entonces le dio la espalda y salió del lugar, lo que menos queria era formar un alboroto en medio de la noche, no deseaba darle la oportunidad a su madre de que despertara y entonces comenzara a hacer preguntas a cerca del porque habia regresado tan temprano, o porque l
–¡Suéltame, maldito! – gritó Taylor, mientras intentaba quitarse de encima a un hombre que estaba tratando de hacerle un gancho.Aquellos eran maleantes, sin embargo Taylor tenia entrenamiento militar y era más ágil y fuerte, por desgracia ellos eran aproximadamente veinte y Taylor y Benjamín estaban completamente solos. Ambos salieron sin seguridad y era prácticamente imposibles solicitar refuerzos con toda esa gente encima.–¡Se han metido con los hombres equivocados! – gritó uno de los bandidos, mientras golpeaba a Benjamín en el rostro.El príncipe peleó con todas sus fuerzas durante la mayor parte del tiempo, repartió golpes hasta que se dio cuenta de que no habia sentido de que se defendiera tanto. Durante un mínimo segundo de reflexión el hombre se sintió completamente jodido, pensó en todas las desgracias de su vida y quiso dejarse morir por ellos.Pensó en Elena, su ex prometida, pensó en la forma en que ella murió, sin despedirse, sin decir adiós y dar siquiera alguna señal,
La reina quedó en shock por algunos segundos, miró a la mujer y después desvió sus ojos hacia la barriga de Vivian que seguía siendo tan plana como siempre, sin embargo, le era fácil imaginársela cargando al futuro heredero de Bratva. Vivian sería una madre espectacular, ya sabía Alise que ella era la mujer ideal para su hijo.–¿Estás diciendo la verdad? ¡No juegues con mis sentimientos! – dijo Alise, después de haber salido de la conmoción, aunque la verdad era que aun le costaba digerir la noticia.–Si – ella sorbió por la nariz.La reina soltó un grito de euforia y saltó alrededor de la estancia, estaba emocionada y feliz, por fin uno de sus mas grandes sueños se haría realidad… el de convertirse en abuela.–Pero ¿Por qué lloras, cariño? – preguntó, con una sonrisa, pero preocupada por su nuera.Vivian fue hasta el sillón a un lado de la habitación de Alise y se echó a llorar desconsoladamente, escondió la cara entre sus manos y miró al suelo, fingiendo sentirse avergonzada y sobre
–No puede ser cierto – se repitió entre murmullos una y otra vez Benjamin, mientras iban en el auto que los llevaba a casa.Alise escuchó las lamentaciones de su hijo, sin embargo no pensaba decirle nada para hacerlo sentir mejor, Benjamin se involucró con Vivian y debía asumir las consecuencias, aunque para ella no eran consecuencias negativas, si no un sueño todo lo que estaba pasando.–¿Por qué no vino Taylor con nosotros? – fue lo único que preguntó la mujer.–Lo despedí.La reina hizo un gesto de desagrado con el rostro, a pesar de eso no hizo ningún otro comentario al respecto.–Mañana temprano nos reuniremos con Gregory, debemos dar al mundo la noticia del nuevo integrante de la familia – chilló feliz – el pueblo enloquecerá.Benjamin rodó los ojos con fastidio y se bajó del auto en cuanto estacionó en la mansión, dejó a su madre atrás y se metió en casa, sintiéndose desdichado e infeliz por la realidad a la que debía enfrentarse.El hombre caminó hacia su habitación, donde est