La reina quedó en shock por algunos segundos, miró a la mujer y después desvió sus ojos hacia la barriga de Vivian que seguía siendo tan plana como siempre, sin embargo, le era fácil imaginársela cargando al futuro heredero de Bratva. Vivian sería una madre espectacular, ya sabía Alise que ella era la mujer ideal para su hijo.–¿Estás diciendo la verdad? ¡No juegues con mis sentimientos! – dijo Alise, después de haber salido de la conmoción, aunque la verdad era que aun le costaba digerir la noticia.–Si – ella sorbió por la nariz.La reina soltó un grito de euforia y saltó alrededor de la estancia, estaba emocionada y feliz, por fin uno de sus mas grandes sueños se haría realidad… el de convertirse en abuela.–Pero ¿Por qué lloras, cariño? – preguntó, con una sonrisa, pero preocupada por su nuera.Vivian fue hasta el sillón a un lado de la habitación de Alise y se echó a llorar desconsoladamente, escondió la cara entre sus manos y miró al suelo, fingiendo sentirse avergonzada y sobre
–No puede ser cierto – se repitió entre murmullos una y otra vez Benjamin, mientras iban en el auto que los llevaba a casa.Alise escuchó las lamentaciones de su hijo, sin embargo no pensaba decirle nada para hacerlo sentir mejor, Benjamin se involucró con Vivian y debía asumir las consecuencias, aunque para ella no eran consecuencias negativas, si no un sueño todo lo que estaba pasando.–¿Por qué no vino Taylor con nosotros? – fue lo único que preguntó la mujer.–Lo despedí.La reina hizo un gesto de desagrado con el rostro, a pesar de eso no hizo ningún otro comentario al respecto.–Mañana temprano nos reuniremos con Gregory, debemos dar al mundo la noticia del nuevo integrante de la familia – chilló feliz – el pueblo enloquecerá.Benjamin rodó los ojos con fastidio y se bajó del auto en cuanto estacionó en la mansión, dejó a su madre atrás y se metió en casa, sintiéndose desdichado e infeliz por la realidad a la que debía enfrentarse.El hombre caminó hacia su habitación, donde est
A la mañana siguiente Vivian se despertó mas temprano que Benjamin, con el único propósito de cocinarle ella misma algo que a él le gustase, a partir de ese momento iba a dejar sus caprichos a un lado y se iba a encargar de parecer la esposa perfecta para que Benjamin por fin la amase, después de todo, la noche anterior le sirvió su dulzura y su tranquilidad para sacar a Ben de la habitación de Catalina, ella esperaba que ese truco siguiera funcionándole para hacer que él se enamorara de ella. –¡Hazme la harina para hacer crepas! – le pidió con muy poca amabilidad a una de las cocineras de la mansión.La mujer la miró con recelo, a pesar de eso hizo lo que Vivian le ordenó, todos allí sabían que ella era una arpía a la que no se le podia llevar la contraria.–Quiero que Benjamin tenga un desayuno digno de un príncipe – ella caminó alrededor de la cocina, picando algunas de las frutas que habia por allí.Cuando la cocinera dejó la harina lista y después de haberse dado cuenta de que
–¿Sabes si la señorita Alcott se encuentra en su habitación? – pregunto Ben a la servidumbre, lo que menos queria era volver a entrar en la habitación de ella, eso lo torturaba y lo hacia sentir miserable. Saber que estaba tan cerca de ella pero que aun asi no podia tenerla, lo atormentaba.–Seguramente está durmiendo, los últimos días no se ha sentido bien – respondió la mujer.Benjamin se quedó mirando a la puerta que lo separaba de la habitación de la chica, finalmente y sin otra opción, metió las manos a sus bolsillos, miró al suelo derrotado, suspiró y volvió a su despacho, donde lo estaba esperando Gregory.Su jefe de campaña tenia los dedos en el puente de la nariz tratando de controlarse, estaba harto de tener que limpiar el desastre que siempre hacia el príncipe.–¡Está en todos los periódicos! – gritó Gregory en cuanto Ben entró en la oficina – todos los malditos medios de comunicación de Bratva se han encargado de difundir la noticia de tu pequeña pelea, por si fuera poco l
Pasaron 24 horas y todavía no se sabia nada respecto al paradero de Catalina, no habia rastros de la chica por ningun lado, como si la tierra se la hubiera tragado, literalmente. –¿Crees que ella haya regresado a Italia? – le preguntó Ben a Taylor, que volvió a la mansión en cuanto su exjefe le hizo aquella llamada. –No, ella no se atrevería, Catalina no es una mujer tonta, es muy inteligente y no haría semejante estupidez – Taylor chasqueó la lengua y caminó con las manos en la cadera alrededor de la oficina de Benjamin – conozco su historia, su exesposo es un bestia, ella no se atrevería a regresar para enfrentarse a su furia. –No la conocemos, tal vez volver con él no era tan malo como permanecer en esta casa – soltó Ben con tristeza. Taylor prefirió callarse, pero él sabia que aquello no era cierto, Taylor tuvo la posibilidad de conocer mas de la historia de Catalina, él podría jurar que ella estaba en cualquier sitio, menos de regreso en su casa en Italia. –¿Qué hay de sus
–¿Por qué la llave no sirve? – le preguntó Taylor a una de las empleadas del servicio. Después de que se hubiera percatado de aquel pequeño detalle, Taylor corrió de regresó a la mansión e intentó abrir las puertas de entrada a la cárcel de la mansión.–La señora Mascherano mandó a que cambiaran la cerradura de la casa hace una semana más o menos – confesó la empleada.Taylor frunció el ceño, aquello le parecia demasiado extraño – ¿Dijo por qué lo hacía?–Ella no habla nunca con nosotros – levantó los hombros con indiferencia, recordando que siempre que Vivian se dirigía a ellos era para tratarlos como a esclavos. Vivian siempre se sintió superior a la servidumbre y no desaprovechaba oportunidad para hacer uso de su poder, contrario a Benjamin, que siempre fue un príncipe muy adorado por todos sus empleados.–¿Dónde está el nuevo juego de llaves? –No lo sé, ella no nos dio copias a ninguno. Taylor miro la hora en su reloj, se habia hecho tarde y era muy probable que Vivian estuvi
Vivian vio con rabia la forma en que su esposo corría para acercarse a aquella mujer, al mismo tiempo, se prometía a si misma vengarse de Taylor por no haberla obedecido. No sabia como demonios Taylor consiguió la llave de la mazmorra, pero lo averiguaría más tarde que temprano.–¡Por Dios! Esta mujer está en los huesos – Benjamin intentó moverla para que despertara, pero la noticia del embarazo de Vivian, sumado a los días de hambre y sus defensas bajas habían hecho que Catalina perdiera completamente el conocimiento. –Debemos llevarla de inmediato a la clínica.–Tenemos que atenderla aquí – Ben miró tras su espalda, por suerte uno de los invitados a aquel festejo era uno de los médicos más prestigiosos de toda la isla, alguien que siempre fue amigo y cercano a la familia real – ¡Doctor! – le gritó.El hombre, que iba vestido de sastre, se quitó el blazer, lo dejó caer al suelo y lo primero que hizo fue revisar el pulso de Catalina. –Su pulso es estable, pero debemos llevémosla d
–¿Cómo te sientes, Catalina? – Benjamin se inclinó hacia ella y acarició su cabello, aprovechando que estaban a solas y que no tenia porque escuchar los reclamos y quejas de Vivian y su madre.–Débil – dijo la chica, mientras sus ojos se llenaban de lágrimas.Catalina no entendía porque la vida era tan cruel con ella, la mujer nunca había sido mala, jamas había hecho daño a nadie y no comprendía el porque de su mala suerte, ¿Acaso estaba pagando algun karma de una vida pasada?–Me siento fatal – fue sincera, dejando que las lagrimas corrieran por sus bonitas y pálidas mejillas.–No te preocupes, que a partir de ahora todo estará bien, solo tienes que decirme quien te hizo esto, Catalina – le pidió él.Ella buscó en su memoria, pero no recordaba mucho, aun asi, le contó los pequeños detalles que permanecían almacenados en su cabeza, como las capuchas que cubrían las caras de sus secuestradores y el olor que tenia el trapo con el que la sedaron.–¿No tienes algun otro detalle? Un tatuaj