Narra Samantha.
Marsella, Francia; Martes, 29, marzo, 2022.
Camino a paso apresurado, miro mi reloj de pulsera y noto que llego 10 minutos tardes a mi trabajo, entro al edificio de la constructora, al entrar al elevador me miro en el espejo de este y suspiro echando mi corto cabello hacia atrás saliendo del elevador, todos los empleados me saludan, camino hacia la oficina de la vicepresidenta de la compañía y abro la puerta después de leer las letras que decían:
Vicepresidenta Samantha Abreu.
Sí, yo soy la vicepresidenta de la constructora Russo, me siento en mi silla y la puerta se abre mostrando a un semental de ojos avellanas, rubio y bronceado con su traje a la medida.
— Pensé que te darías el día libre, Sam — río un poco cruzándome de brazos.
— No tengo tiempo para tomarme unas vacaciones, Señor Russo — cierra la puerta y se sienta frente a mí.
— Soy Memo para ti, Sam — ruedo los ojos.
— Estamos en la empresa, más profesionalismos, por Dios — prendo el computador buscando las siguientes reuniones porque al ceo de esta empresa le encanta estar de vago — ¿No debería estar escuchando lo que tiene que decir tu secretaria? — pregunto, rueda sus ojos.
La puerta es tocada y doy permiso de que pase, veo a la pelirroja de Lorena pasar con una carpeta y mirar a Guillermo con recelo.
— ¿Qué tienes para mí? — pregunto, me da un documento al igual que al rubio.
— Hotelera Collins, Nueva York, Estados Unidos — pronuncia el rubio viendo el documento, lo miro y me mira sabiendo lo que sucedió hace 10 años en esa ciudad.
— No pienso aceptar nada de esta empresa — digo soltando el documento en la mesa sin echarle un ojo.
— Es una propuesta tentadora, Abreu, no podemos perder esta oportunidad que no da el destino, empaca tu maleta, iremos a esta reunión y ahí vemos si aceptamos o no — niego a su idea. Lorena suspira y sale de la oficina, dejándome a solas con Guillermo.
— No pienso volver a pisar Nueva York — me niego totalmente, veo que se levanta poniendo las manos en mi escritorio.
— Samantha, sé que William te marcó de por vida al casarse con otra mujer cuando a ti te había prometido el cielo y la tierra, que eras la mujer de su vida y que no te faltaría nada, todo eso lo sé pero lo que él no sabe es que te perdió por completo y que eres una mujer diferente que no cree en el amor y que ya no es tan ingenua como antes…
Lo que decía Guillermo no era mentira, todo era verdad, había cambiado de más estos 10 años, me había graduado como unas de los mejores en la universidad de Marsella gracias a Guillermo que hizo todo lo posible para que me trasladaran a Francia por el estado en el que me encontraba, llore por meses pero si no fuera por el rubio, no estuviera sentada en esta oficina siendo la vicepresidenta de una de las mejores empresas constructora de toda Europa, tanto así que otros países nos contratan.
— Bien, hagamos esto — me decido mirando la ventana, escucho que festeja.
— Esa es mi pequeña, iré a notificar esto a los directivos — se va y me levanto, la pelirroja entra a la oficina y me mira.
— ¿Volverás? — pregunta y asiento — ¿Estas segura? — niego.
— Pero ha llegado el momento de dejar el pasado, soy otra ahora, ya no soy la ingenua Sam — me mira y luego me abraza.
Lorena la conocí hace 5 años en una fiesta de la empresa, me agradó tanto, tanto así que la hice mi secretaria aparte de ser mi mejor amiga.
(…)
— ¿Estás bien? — pregunta Memo confundido, niego y salgo corriendo de ahí.
Memo me sigue, salimos del salón en donde se está celebrando la boda, mi respiración es agitada, siento que vomitare en cualquier momento, lo que acabo de ver es solo una ilusión, no puede ser Will, no puede ser mi Will.
— Sam, te veo pálida, ¿Qué sucede? — sigue preguntando, respiro profundo viendo el estacionamiento, no quiero ponerme a llorar en estos momentos pero tampoco sé qué debo hacer primero, si regresar y reclamarle antes todo o dejarlo estar y darme por vencida.
— Maddi Johnson, ¿No? — pregunto, el rubio asiente — Se acaba de casar con William… — me mira sin entender — William es mi prometido, Guillermo y se acaba de casar con otra mujer — niega sin creer lo que me dice.
— Pero si ellos anunciaron su compromiso hace unas semanas, Sam, es imposible — miro mi anillo y luego lo miro — Diablo, Sam, no puedo creerlo, yo sabía que ese tipo no me daba buena espina — camina de un lado a otro.
— Vámonos, no quiero estar aquí — siento sus brazos en mi cuerpo y comienzo a llorar sin poder aguantarlo más.
— Tranquila, me tienes a mí, moveré todos mis contactos para que deje Nueva York y te vayas conmigo, no mereces que él te vea en este estado — niego — Vamos, Sam, no voy a dejarte aquí, no de esta manera — me toma de la mano y nos metemos en su carro rentado, conduce por las calles.
— Déjame en su edificio — niega — Quiero recoger mis cosas — suspira y se estaciona delante del edificio, me bajo, entro con el corazón destrozado, subo por el elevador y al llegar, abro la puerta con la llave que me dio.
Al entrar miro a todos lados sintiendo su aroma pero no me permito volver a derrumbar, saco mis cosas de manera rápida, tomo mi teléfono y lo llamo pero no responde, lo vuelvo a llamar y me manda a buzón de voz.
— Gracias por hacerme feliz estos dos años, espero que hayas encontrado la felicidad, William — cuelgo, dejo el teléfono en la mesita junto al anillo de compromiso, el collar y me voy, ese teléfono fue un regalo de él, no puedo llevarlo conmigo.
Al bajar miro a Guillermo fuera del carro, al verme se acerca y toma las maletas para subirlas al carro, conduce al aeropuerto y no entiendo porque.
— Te compre un boleto Marsella, allá te recogerá mi compañero de piso, nos vemos el domingo — asiento, me bajo y me da las maletas junto a un boleto, me besa la frente y camino hacia el aeropuerto, sé que mi decisión es de cobarde, pero necesito escapar de todo.
Por suerte nada me tiene atada aquí ya.
(…)
— ¿Lista? — pregunta Lorena abrochándose el cinturón, miro por la ventana del avión y asiento.
— Lista para verle la cara a estos idiotas — de último minuto, Guillermo no pudo venir con nosotras ya que tenía cosas que hacer y me dijo que me adelantara, ya el viernes es la reunión con la empresa hotelera, así que aprovechare de caminar y visitar la ciudad.
— Que emoción es primera vez que pisare Nueva York — río un poco por su emoción.
— Te va a gustar, de eso no hay dudas, Lorena, de eso no hay dudas…
Narra WilliamCiudad de New York, Estados Unidos; 30, marzo, 2022Me había dispuesto a continuar con mi trabajo, estaba muy atareado y ocupado. Recordé en eso, mientras continuaba organizando los papeles de boda, desde que mi padre enfermó; él nunca permitió que me casara con Samantha. Tuve entonces que comprometerme con Maddie y dejar a un lado a Sami, me sentía culpable por aquello. Pero por supuesto, ya no podía hacer nada, todo quedaba ahora en un nuevo comienzo. Uno de tantos, que seguro tanto ella como yo no estábamos dispuestos a aceptar todavía.Revisé los papeles de boda y encontré la firma de mi padre, había estado autorizando todo para que fuera la mejor unión. Si, tiene sentido. Pero, ¿Por qué mi padre no aprobaba mi unión con Sam? Supongo que era por las diferencias de clases que nos hacían sentir s
Narra Sam.Ciudad de New York, Estados Unidos; Jueves, 31, marzo, 2022Miro por la ventana del hotel en donde llegue hace un día la ciudad, escucho a Lorena caminar de un lado a otro mientras hablaba en francés sobre que una maleta suya se perdió, lleva desde ayer así, suspiro, y la miro, maldice en varios idioma y yo solo puedo negar riéndome en silencio, busco que ponerme, por suerte estamos en primavera.Tomo lo que me pondré y me meto a bañar, lleno la bañera, pongo esencia y me meto luego de quitarme la ropa esperando que se llene la bañera, pongo música pero veo que aparece un letrero avisando que la otra semana es mi cumple, 6 días exactos faltan pero no he celebrado mi cumple en los últimos 10 años porque fue el día en que él se casó, el día que lo deje, el día que deje américa.Quit
Narra WilliamCiudad de New York, Estados Unidos; Viernes, 01, abril, 2022Caminé hasta mi habitación cuando escuché a Maddie gritar, no era común que ella hiciera ese tipo de cosas. Hasta podría decir que fue algo alarmante escucharla gritar de esa forma, como si algo o alguien la hubieran asustado a propósito.Maddie corrió hacia mí cuando observé que entre sus manos tenía un objeto extraño, que parecía ser como los que las mujeres siempre llevaban consigo. No lo pude distinguir bien, ya que, al ella estar tan emocionada, no lograba tampoco entender el porqué de su emoción.— ¡Will! —exclamó emocionada. — ¡Cariño, te tengo una gran noticia! —se sentó a mi lado y me extendió el objeto que no había visto bien producto a su emoción.— &i
Narra Sam.Sábado, 2, abril, 2022.Siento una mano en mi cintura y suspiro quitándola de mi cuerpo, me levanto y miro a Memo, niego sin creer que me he vuelto a acostar con él estando ebria, tomo me ropa, una vez que me pongo el vestido tomo mis tacones, volteo y miro al rubio sentando en la cama, toma una carpeta de la mesita de noche y la extiende a mí.Me acerco y la tomo, no dice nada ni yo, salgo de su habitación y entro a elevador aun descalza, llego a mi piso ya que Memo también se hospeda en el mismo hotel, entro a mi cuarto y veo a Lorena acostada, me alivio un poco de que no metió a nadie a la habitación.Me siento en la cama y comienzo a revisar el documento, esto ya lo tenía y niego sin creerlo.Me acuesto para seguir durmiendo, no podría soportar más el dolor de cabeza que me estaba dando, siento que alguien se sienta en mi ca
Narra WilliamCiudad de Nueva York, Estados Unidos; Lunes, 4 de abril, 2022.Hoy iba a ser un día ajetreado, tedioso y hasta lleno de mucho movimiento. Honestamente estaba preparado para todo, y sobre todo para la junta que hoy tenía. Así que, tenía que lucir lo más elegante y formal posible con todos.Tuve a Markus todo el fin de semana recordándome que teníamos una reunión importante junto a una cena, no paraba de repetirme lo mismo cada que tenía tiempo. Niego levantándome de la silla para salir de mi oficina e ir a la reunión después del llamado de Andrea, mi secretaria, avisándome que ya estaban casi todos en la sala.Al llegar me detuve en la puerta al ver una mujer que a cualquier lugar que vaya puedo reconocerla, su cabello atado justo a su hermosa figura vestida de traje hizo que me paralizara en el momento, mis ojos
Narra Sam.Miro las calles hasta que el carro se detiene, nos bajamos y entramos en el hotel, apenas estuvimos en el elevador, me quito los tacones, Lorena se mantiene callada, al llegar a nuestro piso, entramos a la habitación en donde tiro los tacones lejos haciendo que el tacón de aguja se rompiera.— ¿Estas…?— Molesta y enojada, o sea como se le ocurren a esos viejos a decir que nos veremos un club de golf para hablar más sobre la propuesta, o sea, en qué demonios piensan y claro, el ceo no dijo casi nada en toda la noche, solo mirándome y eso no es todo, trajo a su “Esposita” a una cena de negocios, o sea, no tengo problema con eso pero no aportaba nada, parecía un adorno más, Lorena, Dios…La pelirroja se sienta en su cama mirándome caminar de un lado a otro, me detengo y la miro.— ¿Viste como la trató? E
Narra William.Llegué a mi casa después de haber quedado a tener una amena plática con Markus en el bar, la situación sobre el contrato con Sam se salió de control. Mi amigo y yo teníamos algo que nos hacía dudar de ella, pero por más que lo negaba, él siempre me decía aquello con una insistencia que me provocaba pensar las cosas de la mejor manera.Al ser el CEO tenía una misión, la cual siempre lograba persuadir, pero era difícil. Me era difícil no sacarme a Samantha de la cabeza.Ella cambió después de todos estos diez años, al ser unos jóvenes tan dedicados a nuestros estudios pero atrevidos en gran parte, de verdad no podía aguantar el hecho de dejarla ir. ¡Me seguía doliendo, malvada sea!Al quitarme el traje, sonreí como un idiota, fingiendo que el dolor que sentía no estaba
Narra Sam.Ciudad de Nueva Yérsey, Estados Unidos; Viernes, 8, abril, 2022.El taxi nos deja en el aeropuerto, al final después de que cerramos el negocio nos fuimos a Nueva Yérsey a buscar la maleta de Lorena que apenas la vio lo primero que hizo fue tirarse a ella y abrazarla por un buen rato.Hable con Memo y nos felicitó que el resto del trabajo se encargaba él, claro porque le obvie lo que pasó con William. Entramos al aeropuerto y suspiro lista para irme a Marsella después de una semana algo agotadora.Me siento ya en el avión y cierro los ojos para descansar el largo vieja que me espera al otro lado del mundo.Ciudad de Marsella, Francia; sábado, 9, abril, 2022.Respiro el aire fresco de la costa de Marsella, amo vivir aquí, me subo al carro luego de que Guillermo subiera las maletas al maletero, lo miro pasarme un