Serguei caminaba a paso seguro hacia la calle cercana a la playa, en donde Stefan lo esperaba en su lujoso Lamborghini Veneno.Estaba tan seguro de lo que haría, que sus labios se mantenían en una línea perfectamente tranquila. Su corazón no le decía nada con el ritmo que adoptaba, pero su cabeza lo empujaba a avanzar mucho más rápido de lo que sus pies le permitían. Sólo quedaban unos cuantos pasos, aquellos pasos que lo separaban de librarse de la estúpida ingenua que le molestaba.El líder estaba sentado en el asiento de copiloto, pues el automóvil sólo poseía los dos primeros asientos, y le hizo una seña con la mano a su hombre para que se bajara y le diera la privacidad que deseaba tener con ese sujeto que quería hablar con él.No dejaba de fascinarle la idea de que un hombre de Andrei estuviera pidiendo hablar con él. Nunca, ni en sus más conciliadores sueños pensó que eso podía llegar a suceder, pero debía ser cauteloso puesto que todo podía ser una trampa. No podía permitirs
A diferencia de Kirill y del mismo Andrei, Arnold siempre había sido el más comprensivo con un alma llena de nobleza; quizá su punto débil.—Sucedió algo, y es importante.—¿Qué cosa? —arqueó una ceja y entonces los ojos de Arnold se lo dijeron, porque se alternaban indecisos y ansiosos en él y en ella, con un deje de tristeza que le molestaba—. Ya veo…—Debes largarte de aquí. Steve y Tom están esperando arriba.Sí, no había dudas. Algo malo estaba pasando y tenía que ver con Elisa, lo único malo que podía pasar con ella era que una amenaza peor que él la atacara, y sólo había una en el mundo o eso él pensaba. El líder mafioso regresó su rostro al de la bailarina y le acarició una mejilla.—Yo no huyo, no soy un cobarde… —seguía con su caricia pausaba sobre el rostro durmiente de la bailarina.Arnold frunció sus labios y luego miró a su camarada ponerse de pie junto a ella.—¿Por qué no me dijiste la verdad? —preguntó, aún con su mirada sobre la pareja.—¿Cuál verdad? —se volteaba c
Elisa perdió sus ojos en la imagen de ese hombre, y sólo sus palabras hacían eco en sus oídos y creaban imágenes en su cabeza.—Harás que me maten —sentenció ella, con un extraño sentimiento parecido a la ansiedad apoderándose de su pecho. Su labio comenzó a temblar. —Por eso, disfruta el paisaje. Stefan vendrá por ti cuando caiga la noche, y espero que la noche anterior hayas visto suficientes estrellas —dijo él como última cosa. No le importaba si Andrei se enteraba de boca de ella que él había sido el culpable, porque él estaba dispuesto a pagar si su líder lo consideraba como traición, pues sabía que se enfurecería con él y lo mataría sin piedad, pero estaba seguro que se lo agradecería después, al igual que Igor.Ella se quedó en su lugar, mirándolo desaparecer con los labios formando una línea. Había deseado tantas veces morir, y había estado en escenarios mucho peores viendo a la muerte cara a cara, que no sabía cómo sentirse. Stefan tenía derecho de hacer lo que quisiera
—Kirill se fue a tu clan sólo porque te consideraba más que a mí, siendo su primo —comenzó a argumentar Stefan—. Y eres incapaz de respetar eso, porque por primera vez en tu insensible vida, estás sintiendo algo que no sea tu grandeza —suspiró, para luego darle paso a su sonrisa típica—. Puedes sacar a la prostituta del país, puedes llevarla a donde quieras, pero la encontraré y la mataré disfrutándolo hasta el último instante.... Mantuvo una sonrisa diabólica al imaginar ese momento y Andrei tensó su mandíbula, porque odiaba que alguien hablara tan deliberadamente de ella. —Y luego —lo miró entretenido—, mataré a todos tus colegas, tu fiel clan de perros falderos y consecuentemente, te quedarás solo.Andrei ladeó una sonrisa tras oír eso último, pues sabía que Stefan ni siquiera naciendo de nuevo, tendría la astucia de hacer tal cosa.—Habladurías —sentenció.Stefan hizo una mueca de desagrado tras escucharlo, odiaba que ahora estuviera haciéndose el fuerte frente a él, y que lo me
No hacía falta buscarla demasiado, porque él ya sabía en dónde estaba. Estar en la pileta del dragón era algo que Elisa acostumbraba hacer desde que conoció dicho lugar, luego de llorar ríos por estar cautiva, herida, hambrienta y sola. Aquel fue su primer logro en esa mafia, luego vino él y Andrei. Igor se quedó por unos segundos mirándola perdida en el agua jugando con una de sus manos, e inmediatamente olvidó el porqué había llegado casi corriendo hasta ese patio. Elisa no parecía sentir nada, sólo parecía que ella existía y no había una razón del porqué. Comenzó a dar los muchos pasos que lo separaban de ella entonces y se sentó a su lado y ella alternaba sus ojos en su mano que jugaba con el agua y en el rostro de Igor formando de a poco una sonrisa en sus labios, que le hizo sonreír también.—Sé que no suelo estar despierta antes del mediodía —una pequeña pizca de vergüenza se apoderó de su sonrisa—, pero hoy es diferente.“No le digas nada”, Igor escuchó de pronto la voz d
Igor bajó sus ojos hacia sus rodillas de nuevo y sonrió.Una esposa y un hijo, claro que había sido un sueño porque una familia no se le había pasado jamás por la cabeza. Él era de otro mundo, no del común y corriente como el resto de la gente. Pero desde que había conocido el otro lado de la vida, deseaba en sus sueños poder tener la libertad de sentir como el resto del mundo.—Aprovecharé que Andrei no está para usar su laptop —habló como una niña queriendo hacer una travesura, entusiasmada y sacando al rubio de sus pensamientos—. ¿Sabías que alguien podía llegar a extrañar Facebook y Youtube? Al fin y al cabo, me levanté temprano y tengo mucho tiempo —rió, poniéndose de pie para acercarse, inclinando su torso para besarle la mejilla como un “hasta luego”—. No has dormido nada, tal vez a ti hoy te sirva despertar después de medio día.Y fue su sonrisa la que quedó en sus ojos, mientras caminaba al interior de la casa.…—¿Qué mierda hiciste?Fue la voz de Igor la que retumbó en sus
Era demasiado impulsivo, y rió negando con su cabeza. Sin embargo, sus sentidos se volvieron a encender en cuanto más allá pudo ver a un sujeto cercano a la tercera edad esconderse. Sabía quién era, era el padre de Kirill y tío de Stefan.—Sorokov —subió el volumen de su voz entonces, para que lo escuchara, y el hombre quedó resguardado tras una muralla, escuchando y temiendo a que fuera a por él. Se había encargado de decirle a su sobrino que olvidara a Andrei, pero él no lo escuchó ya que su infinito goce por provocarlo vio en la información que se le diría una excelente oportunidad.—Dile al idiota que tienes por sobrino que no debió meterse conmigo —sonrió, si no salía era porque estaba desarmado y era un cobarde igual que toda esa familia. Si Kirill se había ido a su lado, era porque deseaba ser un hombre como él y no un sarnoso como los de su familia—. Él cree ser malvado, pero yo soy despiadado. Si quiere verme destruido, será cuestión de un día. En cambio yo, tendré todo lo
La bailarina miraba por la ventana a un lado del ventanal en la silla que le encantaba, aquella que estaba a un lado de la guitarra de Andrei y que jamás era tocada. Desde que se había ido a la habitación de Andrei, Elisa hizo su día ordinario como cualquier otro día fuera de esa casa. Aprovechó de hablar con algunas personas en Facebook y de ver algunos videos que hace tiempo no veía por Youtube. Se reía de ella misma al verse haciendo ese tipo de cosas en un momento como en el que estaba, disfrutaba de la cotidianidad que ya no tenía, aquella que se le había arrebatado y que había aprendido a suplantar. Cuando ya era demasiado tarde, comenzó a preocuparse porque la ansiedad comenzaba a carcomerla desde adentro. Necesitaba saber qué sucedería, así que al verlo por fin parado en la entrada como si estuviera viendo a una aparición celestial, ella rió y él reaccionó, saliendo abruptamente de la pequeña paz que le había nacido. Le sonrió suavemente para acercársele, a ver si así log