Brandon al escuchar mi respuesta, “si me caso antes de terminar mis estudios”, me levanta y me eleva por encima de sus hombros, aún con tacones muy altos soy más baja que él, me levanta y me da vueltas, Grace no se aguanta y pega un grito llamando la atención de los que están cerca. Brandon me tomó de la mano y me llevó hasta la mesa donde están sentados nuestros padres. —Suegros, papá, mamá, Briana y yo nos casamos. —¿Cómo qué se casan? -Pregunta papá. —Si, ya vamos a comenzar con los preparativos. —Ya va, un momento, ¿de cuánto tiempo estamos hablando? —Dos meses, si podemos hacerlo antes mejor. Mi mamá me ve, está toda nerviosa y a la vez feliz, pregunta con la voz temblorosa. —¿Por qué tan rápido, acaso nos van a ser abuelos? —No mamá, todavía no, pero ya queremos casarnos, ¿están de acuerdo? La opinión de ustedes es muy importante para nosotros. —Claro que sí mi niña, yo estoy de acuerdo. —Yo también, -responde la mamá
BARRIO DE CHICAGO. —Maldita, maldita, maldita seas Brianna, maldigo el día en que naciste, maldigo tu vida y a toda tu generación, esto no se va a quedar así, no creas que te vas a reír de mí, no te vas a casar con mi doctor, ahora sí te voy a declarar la guerra, ahora sí vas a conocerme. —Aló Marck. —Hola preciosa, ¿qué pasó?, ¿quieres que te vaya a buscar? —Ya estoy en mi casa. —Tan temprano, apenas es la medianoche. —Estaba aburrida. —Me lo imaginé, tú no estás acostumbrada a esas fiestas de los riquillos, aunque quieras serlo, tú no perteneces a ellos. —Pero voy a pertenecer, te juro que así sea lo último que haga en esta vida, yo voy a pertenecer a esa clase de riquillos como dices tú. —Sophie, te noto molesta, ¿te pasó algo en esa fiesta?, ¿acaso te trataron mal? —No, a mí nadie me trata mal, bueno sí, uno más que otro, cuando se dieron cuenta que era la recepcionista me querian ver por encima del hombro, pero de ellos me vo
MANSIÓN DE LOS RAYTON. —Buenos días mamita. —Hola hija, ¿estás llegando del viaje? —No, llegamos anoche, pero era muy tarde y Brandon me pidió que me quedara con él en el apartamento, me acaba de dejar, no entró a saludar porque va tarde a su consulta, yo me voy a cambiar de ropa para irme a la universidad. —Espera, antes de subir quiero hacerte una pregunta. —Sí mami, pregunta. —Hija, por supuesto que ya tu eres una mujer, nosotros, me refiero a mí y a tu papá, estamos claros que tú eres algo más que la novia de Brandon, no te quiero juzgar, pero sí me gustaría que me dijeras si te estás cuidando, no me malinterpretes, no pienses que para nosotros sería una deshonra que salieras embarazada antes del matrimonio, no es eso lo que sucede es que estás muy joven todavía, ustedes deberían disfrutar de sus primeros años de casados, sin tener que cambiar pañales, no estoy diciendo que eso es malo, pero me gustaría que disfrutaras tu juventud al lado del ho
APARTAMENTO DE BRANDON. —Cuando escucho las palabras de Brandon “ Estás embarazada”, mi corazón da un vuelco, tengo sentimientos encontrados, no sé si reír o llorar, no sé si alegrarme o asustarme, no sé, sólo sé que mi vida de ahora en adelante va a dar un giro muy rápido. —Amor, ¿escuchaste lo que dije? —Sí te escuché, pero tú me habías dicho que esperara unos días más porque no estabas seguro. —Está bien amor, tranquilízate, vamos a esperar, ya lo hablamos, esperemos. Ahora trata de dormir, yo me voy a dar un baño y luego me pongo a hacer unas cosas. —No, no quiero que me dejes sola, anda a bañarte y luego te acuestas a mi lado. —Como tú quieras, si quieres que me quede contigo lo hago. BARRIO DE CHICAGO. —Otra vez el barrio está a oscuras, tengo que calarme esta caminata hasta mi casa. Ya estoy cansada de todo esto, necesito salir de aquí con urgencia y cada día la cosa se me hace más difícil, no sé qué hacer, no sé me ocur
MANSIÓN DE LOS RAYTON. —Buenas tardes nana. —Buenas tardes mi niña, joven Brandon, buenas tardes. —Hola nana. —Nana, ¿está mi mamá? —Sí, está en su habitación. —Por favor, dile que queremos hablar con ella, la esperamos en el jardín. —Claro mi niña, ya le digo, joven, ¿le llevó su café? —Sí por favor. —Nana, para mí un té. Nos sentamos en el jardín, allí hay un sofá amplio con grandes cojines, allí me siento y Brando se sienta a mi lado, me abraza, me mira fijamente y me dice. —Amor, ¿estás bien?, estás muy callada, antes de hablar con tu mamá quiero que hablemos con honestidad, ¿tú no quieres tener este niño? Respóndeme con franqueza por favor. —Amor, te juro que sí, es nuestro bebé, como no amarlo. —Pero te noto triste. —No estoy triste, lo que estoy es preocupada. —Preocupada, ¿por qué? —Por la reacción de mamá. Digo esto y veo que mamá entra al jardín. —Buenas tardes mis hijos, aquí esto
HOSPITAL DE CHICAGO. —Doctor ya el doctor White está aquí. —Gracias Daniela, por favor dile que pase. —Buenos días doctor Collins. —Buenos días doctor, por favor tome asiento. —Doctor está conversación espero que sea estrictamente confidencial, quiero pensar que usted sigue siendo el mismo hombre que yo sugerí para el puesto que hoy usted ocupa. —Por supuesto que lo soy, no sé las razones por las cuales me habla de esa manera, ¿acaso no está conforme con mi trabajo? —Ya las va a conocer, lo estoy viendo sentado frente a mí y vino a mi memoria el joven recién graduado que hizo sus primeros pininos en este hospital, desde ese momento usted demostró ser un hombre cabal, fiel y leal a su profesión. —Le repito aún lo soy, mi profesión está por encima de todo. —Muy bien, entonces explíqueme las razones por las cuales me mintió. —Doctor yo no le he mentido. —Por supuesto que lo ha hecho, tengo pruebas, ya hice mis investigaciones.
BARRIO DE CHICAGO. —Marck, Marck, abreme. —Ya va mujer, espera me vas a romper la puerta. —Vaya por fin, tengo ratos llamando a esta puerta. —Pasa, me estaba bañando, estás muy mojada. —Claro que me mojé no ves que está lloviendo, dentro de poco se va la luz. —¿Vienes del trabajo? —Desgraciadamente sí, pero creo que muy pronto lo voy a dejar, estoy furiosa, voy a dejar el hospital, pero antes de irme me voy a llevar a un montón de gente por el medio, me las van a pagar, de mi nadie se ríe, me voy a vengar por lo que me hicieron, por eso estoy aquí, tú tienes que ayudarme. —Primero tienes que calmarte y decirme lo que pasó, tú sabes que cuentas conmigo y lo que te hacen a tí es como si me lo hicieran a mí, espera primero cámbiate esa ropa, estás muy mojada te puedes enfermar. —No lo creo, dicen por ahí que ““hierba mala nunca muere” —pasa a la habitación, ponte un suéter y quítate eso, voy a la cocina a preparar café. —To
CASA DE DANIELA. —Buenas noches mi amor, vengo muy cansado, la guardia de anoche me mató y hoy tuvimos una reunión importante con el comandante. —Ya te preparo el baño, la cena está lista. —Sí, pero antes siéntate, necesito contarte algo. —Te acuerdas que la otra vez te comenté que la policía anda detrás del famoso matón del barrio donde nosotros vivíamos. —Sí, yo recuerdo, ¿qué pasó, lo encontraron? —Nosotros sabemos dónde está, él no se esconde, tenemos la dirección donde vive, pero sabe muy bien cómo hacer sus fechorías, en su cuenta lleva unos cuantos muertos, pero no hay prueba de ellos, todo lo hace tan bien que no deja huellas Pero en esta ocasión, la cosa se le está complicando, ya tenemos una pista, no le falta mucho para que caiga, sabemos que él fue el autor del intento de asesinato de la empleada del hospital donde trabajas. —¿A quién te refieres, a la recepcionista? ¿A la que le dispararon para asaltarla? —Amor no fue un