Capítulo 55
María entró apresurada, le preguntó.

—¿Cómo es eso que vas a renunciar?

—¿Quién te dijo?

—El CEO. ¿Pero por qué Sofía?

—Te prometo que algún día te contaré.

—¿Y no puedes ahora?

—No.

— Está bien, pero te voy a extrañar. Me estás abandonando a merced de la bruja de Amelia. ¿Es verdad que se casó con Antonio?

—Así es. No creo que te moleste, según ella tuvo una epifanía y ahora es mejor persona.

—¡Ja! Yo no le creo… me voy a trabajar, nos vemos en el almuerzo.

Cuando le comentó a Marta que algunas personas le habían preguntado por su renuncia.

—Sabías que esto iba a suceder —comentó Marta a finales de esa semana—. La señorita Romero trabajó muchos años para Vicente y renunció solo porque tenía la edad de jubilación, debe resultarles extraño que tú renuncies a los ocho meses de conseguir el empleo.

—Desearía que lo aceptaran sin discusiones —repuso la joven, haciendo a un lado el periódico que hojeaba para buscar otro trabajo—. No sé para qué pierdo el tiempo. Nunca encontraré
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