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La Venganza Manda
La Venganza Manda
Por: PeltaBelten
Love You to  Death - Type O Negative

Love You to  Death - Type O Negative

“Dejalo que te tome”. mi loba gritaba fuerte y claro desde el fondo de mi mente. Pero yo pensaba diferente. “No Lena, no. Tengo un mal presentimiento”.

Estaba corriendo entre los árboles intentando a toda costa alejarme del macho que me seguía, habían jurado no convertirse y quién ganará la carrera podría pedir un deseo.

Él pidió que nos casáramos hoy mismo y yo pedí tiempo para conocerlo. Mi loba hacía acrobacias en mi mente, disfrutando el hecho de que nos seguía intentando alcanzarnos para reclamarnos como su compañera.

“Somos compañeros destinados, porque esperar.” había gritado a todo pulmón mientras la manada reía de alegría. Ellos celebraban que hubiera encontrado a mi compañero destinado.

Pero había algo, muy dentro de mi que no me permitía aceptarlo.

“Qué importa si no nos conocemos, somos el uno para el otro; ¡COMPAÑEROS!”, estaba ahí mirándome fijamente y yo a ella “¿En serio Lena, no te parece sospechoso?”. 

-No corras Abi. Solo quiero un beso. - se reía alegremente mientras corría a unos pasos de distancia.

Mi gozo era parcial, algo; algo había en el fondo de mi corazón, un miedo del que quería huir. En mi país hay lobos y cambiaformas, pero nosotros teníamos una conexión más profunda con el poder de la luna, la diosa que lo rige y nuestras emociones; somos más fuertes y más grandes, por eso nuestro secreto debía irse con nosotros. No todas las hembras podían concebir cachorros con un lobo o cambiaformas, es por eso que era importante encontrar no solo a la pareja destinada sino a uno como nosotros.

“Corre, corre, corre más rápido. Concentrate”

Y lo hice, perdí el control de la fuerza y corrí tan rápido como mi forma humana me permitió. Llegué antes que el macho; tenía una expresión de orgullo mezclada con confusión.

-Vaya, ¿entonces ni un premio para el perdedor?, ¿un beso quizás?. - parecía orgulloso de su pedido.

“¡Besalo, besalo, besalo!”, mi loba gritaba y aullaba desesperada

Pero solo le di un beso en la mejilla, pero no bastó; me jalo para besarme en los labios, tenía un sabor amargo y fuerte como el café. Pero con un dejo de quemado. “¿Por qué?”, pero el sentimiento de cosquilleo en mis labios me hizo sentir bien, pase los dedos por mis labios; se sintió demasiado bien.

“Miralo, está buscándonos; nosotras lo queremos. Que importa que su aroma sea raro”; mi loba seguía corriendo en círculos de la alegria, “Solo dejame conocerlo un poco mas Lena, solo para saber que clase de hombre es”.

Me gustaba, pero había un profundo sentimiento de incertidumbre;  a mis padres no les molestaba que me casara con él, pero yo tenía mis reservas. Quiso incluso marcarme ahí mismo pero me negué, era demasiado rápido. La manada quería festejar el arribo del Alfa y su beta, también la alianza que formariamos.

Lo observaba detenidamente mientras hablaba con mi padre, parecía agradarle y eso me causaba escalofríos; a mi padre no le agradaba nadie. 

-Es agradable, caballeroso, es el Alfa de una manada y está loco por ti. ¿Qué pretexto tienes para rechazarlo?. - mi madre estaba loca por él, ese Alfa era todo lo que le gustaba. - Miralo. -

-Mamá, mírame. Claro que tengo dudas. -

Mi madre me revisó de pies a cabeza y dijo lo mismo que siempre me dice.

-Yo veo a una futura alfa y guerrera; este cuerpo solo es un contenedor, asegúrate de usarlo. - 

Realmente no tenía una excusa creíble, simplemente no se sentía correcto. Mi loba gritó desde el fondo de mi mente cuando lo vimos entrar en la sala de la casa; “Wow, es el hombre más hermoso que jamás haya visto, marcalo como tuyo Abigail”. 

La forma en la que me trató siempre fue respetuosa,incluso me invitó a viajar con él y conocer su manada, solo 2 semanas y entonces decidiré si me quedaría. Toda la fiesta me preguntaba por mi familia, sus activos y el folclor local.

-Es una manada muy interesante. tan antigua. - me miraba con expectación. Esperaba que yo le contara más pero solo me limite a responder lo necesario. Incluso si fuera mi compañero destinado era un extraño, no era de la manada; “Oye Lena, que tal si no le gusto por mi cuerpo”.

Me atraía de muchas formas, lo sentía en la piel; su mirada siempre era tan intensa que me calentaba sin tocarme. Había escuchado que los compañeros destinados así son, toda la lujuria y fuerza. Quería sentirlo enterrado dentro de mi, muy profundamente y me subió el calor por el pecho. 

-¿Qué pasa preciosa?. - me miraba con intensidad y luego sus dedos me acariciaron la rodilla en círculos. Eso fue casi una invitación si no fuera por las dudas que tenía.

-¿Siempre es así de intenso?. - 

-¿El vínculo?. Se pondrá peor si me sigues rechazando. - su mano fue directo a la mía y la pequeña descarga eléctrica que sentí fue imponente. Así de intenso podría ser el vínculo, quería disfrutarlo.

Lo bese sorpresivamente, en un arrebato de locura y fue la mejor decisión de todas; podía sentir como se excitaba pero no avanzo, solo me apretó la mano respetuosamente.

-Pensé que querías marcarme. - 

-Cuando estés lista preciosa. -  estaba algo cachonda, le daría el beneficio. 

-¿Es por mi físico?, ¿Te averguenza mi cuerpo?. - no quería sonar tranquila, pero solo de pensar en eso me dolía profundamente.

Me tomó de la mano y miró a todos lados, comenzó a jalarme hacia uno de los pasillos, me dio curiosidad. De quien debíamos escondernos, no es que nos fueran a poner atención. Me hizo señas con la cabeza para ir a uno de los pasillos secundarios y lejos de la gente.

“Espero que no nos esconda”, la voz de Lena llegó cargada de pena.

Luego pasó algo increíble, el Alfa me tomó de las nalgas y me levanto contra el muro, presionando su erección contra mi entrepierna. Me pasó la lengua por el cuello y me mordió el lóbulo de la oreja.

-Dime preciosa, ¿Crees que tu padre se enoje si te follo como un animal aquí en el pasillo?. -

“Por la diosa, dile que sí”, los gritos de Lena fueron fuertes en mi cabeza.

-No puedo imaginarme el sabor de esas enormes tetas. Vamos preciosa, dejame probarte un poco. - y comenzó a besarme con furia buscando con desesperación dentro de mi boca las respuestas.

Sus manos exploraron mis curvas y no criticó mi peso; tampoco dijo nada sobre mi corte de pelo o mis tatuajes, ni siquiera mencionó mi altura. Quería aceptar la oportunidad de que por fin soy suficiente para alguien.

-¿Soy suficiente para ti?, ¿mi cuerpo y mi apariencia, te bastan?.- soltaba gemidos contenidos mientras me acariciaba.

-¡Ay M****a!, no puedo esperar a probarte. - cuando volvió a besarme lo hizo más salvaje y apretó mis pechos, gruñendo con violencia contra mis labios. - Vamos preciosa, ¡vamos!, dime que si. -

“Nuestro compañero nos ama, porque seguimos perdiendo el tiempo; deja que te marque. Reclamalo como tuyo”, sus gritos de alegría se mezclaron con mis pensamientos más profundos.

Me gustaba la forma en que me trataba, las miradas coquetas y de vez en cuando lascivas. No sabía si era correcto aceptarlo pero se sentía correcto en mi cuerpo.

Y le devolví el beso y nos manoseamos todo con desesperación por más. Pero lo único que logramos fue llegar a segunda base antes de que alguien nos interrumpiera y lo escuche gruñir de frustración.

-Escucha preciosa, te salvaste. Pero esto no termina aquí. - se acomodo la camisa y el cabello sin despegarme la mirada. - no voy a aceptar un no por respuesta. -

Su mirada estaba cargada de molestia y excitación; cuando creí que ya se iba, simplemente se quedó de pie a mitad del pasillo y luego regresó hacia mí, tomándome de las manos y me forzó a ponerlas sobre una mesa; como sacado de una película me dio una fuerte nalgada y me enderece sorprendida.

Pude oirlo hablándome al oído mientras su aliento me acariciaba la oreja.

-Desde que estábamos corriendo en el bosque tuve ganas de hacerlo, tu culo parece el cielo. Ya quiero que me aceptes para probarte completa. ¡Tienes una maldita suerte de que tus padres estén aquí!. - 

Me quedé ahí de pie dándole la espalda y lo escuché alejarse. “¿Qué m****a fue eso?” pregunte confundida.

“Fue nuestro compañero marcando su dominio y respetando tu petición al mismo tiempo. Que tonta Abi, olvídate de todos tus miedos”.

Estaba por responderle cuando mi cuerpo me traicionó, podía sentir la humedad corriendo por mi centro, temblaba de éxtasis pero también de miedo. No sabía si realmente me merecía ese nivel de devoción.

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