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Hell and Back - Self Deception

Estaba sentada en  el borde de la cama pensando en todo lo que había pasado hace un momento, no tenía intenciones de dejar pasar la oportunidad de ser feliz pero una parte de mi no me lo permitía. Mire sobre mi hombro hacia la puerta; me había asegurado de que todos los invitados estuvieran lo suficientemente ebrios o apartados para notar lo que pasaría hoy.

“Es el momento Abi, ¡Vamos!”.

Su voz corría por mis venas como si todo fuera un nuevo, sus emociones y las mías se mezclaban creando confusiones y dudas. Si iba a aceptar a Marcus como mi compañero, entonces debía tener algo que aportar a la manada, despertar era mi única aportación valiosa, no podía llevar dote; pero si fuerza

Tomé mi enorme abrigo y salí de la habitación directo al despacho de mi padre, estaba ahí sentado bebiendo un licor bourbon amaderado.

-Estoy lista. - me paré derecha sacando el pecho orgullosa, quería que él supiera que hablaba enserio. Y así lo entendió, bajó el vaso de licor y me miró de arriba a abajo. 

-Quítate todos esos harapos, no me gusta que uses ropa tan grande. Pareces un rouge. - me mire las mangas del vestido, hacía años usaba ropa de varias tallas más grande, para ocultar los músculos que comenzaban a formarse.

No era demasiado musculosa, pero al ser más gorda que las demás comencé a tornarme ancha. Suspire pesadamente y acepte con la cabeza.

-Bien, siéntete orgullosa de quien eres; cuando estés lista te veremos en claro. - mi padre se dio la vuelta y siguió viendo por la ventana hacia el bosque. Mi manada había vivido aquí desde antes de que los conquistadores llegaran, aunque vivíamos aislados y la naturaleza nos había mantenido ocultos; nos habían obligado a desplazarnos, por suerte hace tiempo tuvimos ayuda y nuestro territorio permaneció fuera del alcance del hombre blanco.

No había razón para negar que recibimos ayuda, en especial porque estábamos mejor ahora, nuestra familia había producido licor desde hace generaciones y eso nos benefició. Ahora éramos una empresa poderosa, casi intocable.

Cuando regrese a mi habitación busque en el fondo de mi closet unos pantalones deportivos de mi talla y un top a juego; me quite las zapatillas. Me pasé las manos por mi cabello peinado, pero seguía rebelde dándole ese aire de guerrera que mi mamá decía lucía bien conmigo. Me revisé el tatuaje en mi hombro, los símbolos tribales de mi manada junto con una inscripción que juraba lealtad a la luna y su furia.

Salí de mi habitación directo a la entrada principal, la gente ya estaba ahí esperando por mi. Caminamos en silencio hacia el bosque, muy adentro en las entrañas de lo salvaje encontramos un claro.

Mi padre estaba parado con mi madre, mis hermanos mayores también. 

-Estamos reunidos para presenciar el despertar de Abigail, una hija de la Luna y la Furia.- Mi padre habla fuerte. - Por fin ha escuchado el llamado.- se acercó a mí y me tomó de las manos. - ¿Lista para ir al infierno y volver?.- 

Moví la cabeza segura.

Lena en mi cabeza aullaba con furia y desesperación buscando liberación, yo la podía sentir bajo mi piel buscando salir. Cuando todos a mi alrededor levanté el rostro hacia el cielo y deje salir mi fuerza.

Sentí como cada hueso en mi cuerpo se rompía y acomodaba, la carne en mis piernas se desgarraron para darle paso a mi fuerza, en algún momento me llevé las manos al rostro intentando desesperadamente quitarme la sensación de restricción en mi mandíbula; era mi hocico buscando salir para mostrar mis colmillos.

La ropa solo me hizo sentir incómoda y comencé a rasgarla. Pude ver entre la neblina de mi conversión; a mi familia mirándome con orgullo, mi hermano mayor sonreía atento.

Caí sobre mis patas gruñendo con desesperación.

“¡Lena!, ¿dónde estás?.”

Pude ver a mi loba parada frente a mí, mirándome con curiosidad. Era de un color gris tan intenso y profundo que se mezclaba con sus ojos. Gruñía salvaje hacia mí, lanzando mordidas y amenazas; caminaba de un lado a otro desesperada por atacarme.

-¡No luches!.- gritó mi padre desde lo lejos. -¡ACÉPTALA!.-

Intenté por todos los medios aceptar el cambio sin luchar con él, pero el dolor era tan intenso que casi podía jurar que moriría,  hasta que finalmente Lena saltó sobre mí tomándome del cuello con violencia y comenzó a sacudirme, arrojando mi cuerpo de lado.

“¡TOMAME SI ME QUIERES!”

Los gritos de Lena resonaban en mi cabeza con fuerza mientras luchaba por ponerme en pie mientras ella vagaba de un lado a otro esperando el momento de volver a atacar.

Me puse de pie con trabajos.

-No me vas a derribar. - dije quedamente.

“Ya veremos”

La voz de Lena resonaba entre gruñidos, cuando embistió contra mi estaba lista para enfrentarla, sentí el enorme choque de su cuerpo lupino; empujándome hasta golpearme contra un árbol. Me mordió nuevamente para poder sacudir pero esta vez estuve lista. La tomé con fuerza del hocico y la forcé a soltarme.

“¡Te voy a devorar!, ¡YO RECLAMARE A NUESTRO COMPAÑERO!”.

Me gritó en el oído mientras forcejeabamos, yo evitaba sus mordidas violentas solo esquivándolas. No sabia que mas hacer.

Cuando logre quitarla de encima, arroje su enorme cuerpo de lado antes de finalmente dejar de estar contra el árbol. Y ahora yo la embestí, derrumbándose contra el suelo.

Rodamos entre mordidas y golpes hasta que finalmente logré someterla para hacerle una llave. La tenia luchando contra el suelo.

-¡LUCHA! .- gritó mi padre a la distancia. Levanté la vista y entre la neblina pude ver a mi familia y amigos. Me veían luchar contra mi transformación, estaba tirada en el suelo a medio convertir entre un lobo y una bestia.

“No lo lograras, tus dudas te restringen. ¡Yo voy a devorarte!, despues ire por nuestro compañero y lo reclamare”.

La risa de Lena resonó en mi cabeza.

Eso me enfureció, en un arranque de ira Lena se puso en pie conmigo a su espalda y comenzó a golpearse contra los árboles para derribarme, logré caer con un terrible dolor en mis costillas. Apenas pude enderezarme, se me estaban acabando las fuerzas. 

“LO VOY A DEVORAR Y HACER MÍO”. la voz furiosa de Lena sonó en mi oído. “¡MIO!”. 

Grité llena de cólera y arremetí contra mi loba, aunque me mordió y desgarró la pierna; no me detuve, seguí golpeándola hasta que vi que retrocedió.

Ahora era yo quien la embestía con toda las fuerzas que tenía. 

Lena seguía gruñendo y mordiendo; logró morderme profundamente en el costado sin soltarme. Aun así yo seguí golpeando y buscando la manera de someterla. 

En mi último esfuerzo por no morir la sostuve del cuello y la aprisione usando la llave que mi hermano me había enseñado. Los gruñidos de furia y su hocico lleno de espuma con sangre fueron lo único en lo que podía enfocarme.

-Únete a mí, ¡AHORA!. - le grité en la oreja.

Los gruñidos se fueron atenuando hasta desaparecer. Solté el cuerpo flácido de Lena, que cayó lleno de sangre en el pelaje. Respiraba agitada y sus ojos se clavaron en los mios.

“¿Estás segura de querer unirte a mi?”

La voz de Lena llegaba como un susurro en el viento. Caí de rodillas; destruida y sangrando levante en brazos el cuerpo de Lena y la pege a mi pecho.

-Al infierno y de vuelta, pero juntas. - le acaricie el pelaje. Y entonces lo sentí.

El calor que recorrió mi cuerpo me consumía, comencé a gritar de sufrimiento cuando las llamas nos rodearon. Ardimos en vida ambas, los aullidos de Lena se elevaron tan fuertes que cuando sentí que nada podría ser peor y la muerte nos daria paz. 

Todo terminó.

Abrí los ojos cansada y jadeando, de entre la neblina vi emerger la presencia de mis padres y hermanos. Gritaban vitoreando orgullosos, los gritos que nuestra familia había mantenido por generaciones desde antes de los grandes cambios. Estaba en el suelo y solo logré moverme lo suficiente para ver mi enorme cuerpo en el suelo convertido en una bestia de pelaje gris con forma humana; mis manos eran enormes garras con afiladas uñas.

Sentí como mis hermanos me giraban en el suelo. Los vei sobre mi, atemorizados.

-¿Cómo te sientes Abi?. - el mayor de mis hermanos estaba ahí viéndome con sus profundos ojos grises.

Quise responder pero solo emitía gruñidos salvajes y profundos. Entonces sonrió y miró hacia otro lado.

-Esta bien. - los vitoreos volvieron a elevarse. Y cerré los ojos cansada y adolorida. -Escuchame Abi, respira con calma y deja salir todo. Regresarás a tu cuerpo sin dolor. -

Suspire en agonía, cansada y sin entender bien porque me sentía así.

“Oye, Lena, ¿Estas ahí?”, pero no hubo respuesta.

Cuando abrí los ojos, me vi a mí misma observando con curiosidad. 

“Te dije que te devoraría”, me sonrió alegre.

“¿Qué significa eso?”

“Bueno, ahora tu y yo ya somos una misma. No hay loba dentro de ti. No más Lena y Abigail, ahora somos la misma”.

“¿Que?, ¡NO!, ya no podré oírte o verte?”

La vi sonreír antes de caminar hacia mis hermanos.

“Ya lo haces tonta, somos la misma”.

“¿Qué significa todo eso?, ¿No te vayas sin mi!”

La vi pararse junto a mis hermanos, quienes la abrazaron con gusto dándole la bienvenida.

“Significa que estamos completas al fin. Ya no eres la mitad de nada. Ahora somos Lycan. De ida al infierno y devuelta, pero juntas, ¿Recuerdas?”. 

Cuando voltee a ver el suelo, solo pude ver pedazos de pelaje gris y a toda la manada vitoreando con júbilo. Estaba parada entre mis hermanos siendo abrazada y besada.

-Bienvenida de tu despertar hija.- La voz de mi madre me llegó con júbilo al oído.

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