~~~Ana.Me siento una inútil, mientras soy arrastrada como si fuera peor que un reo por Casius, quien está mirando atrás y a todos lados, por si alguien nos está siguiendo.Y yo solo espero que ninguno nos siga, no vaya a ser que Casius termine por cumplir su amenaza o peor aún, que tenga planeado algo en contra de aquellos que ahora tienen a mis hijos.―Siempre me imaginé que eras una pequeña zorra, con todos esos hombres detrás de ti―se burla de mí Casius, mientras me hala del cabello, para llevarme a una habitación especial fuera de la casa de la manada, directo en el harem―incluso, has reunido a todos tus amantes para que vayan en mi contra ―me espeta ahora, lleno de rabia―sabía que Levy estaba detrás de todo esto, pero tengo a sus hombres en el hueco más hondo de mi mazmorra, así que dudo que se atreva a tanto, si es que quiere que sigan con vida―señala."Yo puedo contra él, permíteme salir", me dice Ateba, quien está rabiosa dentro de mí, "le cortaré el cuello con mis garras, l
~~~Ana.Y de los brazos de Levy se escucha un llanto tan desgarrador, que me parte el alma, recordándome mi propia angustia, la misma que debe tener la madre de esta niña y no puedo ser tan cruel, pensando en que me gustaría que alguien tuviera compasión por mis propios bebés, ahora que no puedo protegerlos.― ¡Por favor, Levy! ―le ruego esta vez, tratando de acercarme, pero Casius me hala hacia su cuerpo por el cabello―con una bebé no, eso es demasiado cruel y sé que, en el fondo de tu corazón, debe haber un buen hombre―le hago ver y por un momento me mira como si no me conociera.― ¿Me pides compasión por alguien que proviene de Casius, el hombre que encarceló a nuestro hijo de tres años? ―me reclama ahora, indignado―no, si él no le ha temblado la mano para ser todo un canalla, conocerá a alguien que está dispuesto a detenerlo, porque no puede quedar impune―me responde, y yo trato de superar el nudo en mi garganta.―No te conviertas en él, Levy, por favor, tú eres mucho mejor que e
~~~Ana.― ¡Ya basta! ―les pido a todos, mientras intento levantarme y así tratar de arrebatarle a Lennon de las manos de Calel, antes de que todo el borde del abismo se vaya abajo por causa del estrepitoso ruido.Y detrás de mí, siento unas manos que me atraen hacia arriba. Se trata de Levy, quien parece haber dejado a la nieta de Casius en algún lugar, para venir a rescatarme.― ¡Ella pagará por todo esto! ―escucho decir a Casius, quien va directo en mi contra, lo que hace que Levy se coloque delante de mí para protegerme.―Tu nieta, Casius, ella se perderá en medio de la turba, si no haces nada por salvarla. Podría incluso caer en el abismo, si es que no la rescatas―le aseguro, pero él me mira y se ríe―salva a tu nieta―le pido, pero él parece estar sordo.―Una víctima, es todo lo que necesito―me espeta, al tiempo que Levy lo toma por la chaqueta―si la bestia gigante sacia su hambre con una persona, yo estaré a salvo―me asegura ahora, quien intenta llegar a mí, y Levy le da un golpe
~~~Levy.Estoy desconcertado, al tiempo que me falta el aire, solo de pensar la manera en que he perdido a Ana, quien se acaba de tirar por el abismo, en búsqueda de nuestro pequeño.No, no me permitiré volverla a perder, así que tomo impulso para lanzarme, sin importarme qué sucederá después.― ¡Espere, mi alfa! ―alguien me coloca la mano en el hombro para detenerme―estoy seguro de que la señora Ana no querría que la siguiera―me advierte Amadeo y tiene razón.― ¿En dónde está Levan? ―le pido saber y él respira profundo.―A salvo y necesitando de un padre, ya que acaba de perder a su madre y a su hermano―me responde y me lleno de ira.― ¡No repitas eso! ―lo amenazo y él traga en seco.― ¡Ja! ―escucho decir ahora a Casius―todo ha salido exactamente como lo quería―se burla ahora, mientras mira el abismo con curiosidad―ahora la bestia estará satisfecha, con las dos ofrendas que ha recibido―asegura, lo cual me llena de rabia.― ¡Alto ahí! ―le grito y estoy a punto de arremeter en su cont
~~~Levy.Me he vuelto una bestia y los hombres de Casius lo saben.Mis garras están llenas de sangre, mientras desgarro a uno y otro soldado, al tiempo que algunos salen despavoridos del miedo.― ¡Miserables cobardes! ―les grita su alfa, infundiéndoles temor para que se devuelvan a la batalla, al tiempo que Amadeo y sus hombres tienen una lucha encarnecida con otros de los soldados.Pero solamente me interesa enfrentarme con el más temido de todos.Casius.Y ahora lo tengo en frente de mí, y yo destilo rabia, algo que él sabe muy bien, pues nos estamos viendo la cara, midiéndonos, mientras nos rodeamos el uno al otro.― ¡Esta es mi manada! ―me espeta el muy imbécil― ¡No puedes venir aquí a intentar acabar conmigo, eso es una afrenta directa que cualquiera condenará! ―me suelta, así que debo hacerle una aclaración enorme.Pero, cuando estoy a punto de arremeter en su contra, escucho el tropel de tropas y pronto entiendo de quien se trata.― ¡Leandra! ―digo, feliz de verla como nunca,
~~~Ana.La bestia me puede decir lo que ella quiera, que se quedará con mi pequeño como si fuera su hijo, pero yo no me fio.Porque el día que tenga hambre nada ni nadie estará seguro, incluso, se le olvidará esta promesa que me ha hecho.No, mi bebé debe estar a salvo y lejos de esta temible bestia.Si tan solo Ateba me escuchara para darme la fuerza suficiente, pero sigue agotada, a tal punto, que no la puedo percibir y me temo lo peor.Así que seré yo, tratando de buscar la manera de que Lennon salga de aquí.―Te imploro que lo dejes ir, y si quieres comerte a alguien, aquí estoy para saciar tu hambre―le digo al borde de las lágrimas, mostrándome humilde en una reverencia, dentro del dolor que agita cada ápice de mi cuerpo.― ¡Ja! ―se mofa de mí―y ahora tú vas a decidir a quién comeré o no ―me contesta, algo que me hace temer aún más, al saber que no ha descartado la posibilidad de comerse a mi hijo― ¡después de que decidiste tirar a tu hijo al abismo! ―me grita muy cerca y su ali
~~~Levy.No sabría cómo describir la sensación en mi pecho, al ver cómo se le ilumina la cara de Lennon al ver llegar a Peyton, quien evidentemente lo conoce mucho más que yo, haciendo que las vísceras se me revuelvan de la pura rabia.― ¡Papino, papino! ―le vuelve a decir mi hijo, quien está apresurado a ir corriendo detrás de él, pero la bestia se lo impide.― ¿Es que acaso ese es tu padre? ―le pregunta la bestia exaltada y yo intento avanzar a donde está él, a pesar de la enorme figura de la bestia, pero Ana me da una mirada de advertencia.―No, ese es papino, papá es ese―le dice y me señala, recordando que su mamá me reconoció como tal, finalmente.― ¡Déjalo ir con él, por favor! ―le ruega Ana, en lo que parece que ha hecho desde que llegó a este inmundo hoyo, pero yo no vine a suplicarle a una bestia amenazadora como esta, así que arremeto contra ella.― ¡Ja! ―me dice, al tiempo que me atrapa en el aire, para ponerme contra el suelo con sus garras― ¿crees que puedes contra mí, p
~~~Ana.Rápidamente, Levy se pone enfrente de todos nosotros, incluso de Peyton, quien parece tener una disputa con él, al tiempo que yo intento sacar fuerzas desde donde no tengo, para cubrir a mi Lennon.― ¡Te lo he dicho, vas a entenderte conmigo! ―le dice Levy, que está a punto de arremeter en contra de la bestia, pero ella tiene bien plantada sus patas en el suelo, dispuesta a chocar con él en cualquier momento.Levy no se lo piensa y va directo por ella, pero es golpeado y lanzado en contra de las rocas y se nota aturdido.― ¡Entrégame al niño ahora! ―me grita la bestia, quien viene directo hasta donde mí, empujando a Peyton de paso, quien queda en el suelo herido. Es cuando la bestia se planta frente a mí― ¡el niño, ahora! ―repite, y yo me resisto, aunque sé que no tengo manera de enfrentarla, después de la forma en que ha despachado a dos hombres lobo corpulentos.Y es cuando lo siento dentro de mí.Un poder que me eleva, que surge desde el centro de mi corazón y que me levan