~~~Ana.― ¿Qué se supone que estás haciendo? ―le digo al hombre que me está aprisionando entre sus brazos y yo lucho para salirme de su agarre, mientras siento mis mejillas calientes―no deberías estar con tu otra amante―le reclamo y me parece que esto lo ha tomado por sorpresa―porque supongo que ella querrá darte una gran bienvenida, a la espera de sus caricias, ¿no? ―le recuerdo y él ahora se detiene en su avance por tomar mi cuerpo.¡Ja!El piensa que soy una tonta, a la cual puede confundir con sus caricias.Pero está más que equivocado.― ¿Se puede saber de qué demonios me estás hablando? ―me responde Levy desconcertado, y ahora pareciera que estuviera cabreado.Como si me importara.Pero ahora sabrá lo que significa una mujer verdaderamente cabreada.―Es muy triste, mi alfa, que, siendo una persona tan importante, a su corta edad sufra de enfermedades que le afecten la memoria―le indico con una sonrisa, aunque en realidad estoy molesta y trato de levantarme de la cama, pero él l
~~~Ana.―Puede que aún sea inocente en algunos aspectos, mi señor―le digo, haciendo un esfuerzo inútil por luchar en contra de su agarre, ese que me ata a su pecho, mientras sus labios y su aliento me hacen cosquillas en mi cuello―pero le aseguro que no tengo un pelo de tonta―le aclaro, y él se ríe aún más de mí―y estoy hablando muy en serio, así que espero que deje de burlarse de mí, como si yo fuera su payaso personal―le digo al tiempo que me rindo, porque es por el gusto que intente salir de sus brazos.Aunque no estoy muy segura si alguna vez quisiera escapar de su fuertes y protectores brazos, a pesar de que me siento burlada y usada por él.Y para colmo, él se ríe aun más fuerte de mí, algo que me confirma lo poco que le importo, que no soy nadie para él y que a lo mejor deba olvidar que alguna vez él pueda sentir algo por mí.No, él solo busca su satisfacción personal, ofreciendo contratos, para no estar unido a ninguna pareja.Y ahora me pregunto si también le habrá ofrecido
~~~Ana.Despierto entre unas sábanas de seda, las cuales me acarician la piel que, hasta hace unas horas, era recorrida por los labios de Levy, mi amante, quien se encargó de ejercer su rigor de macho, nuevamente, igual que lo ha hecho desde casi el mismo instante en que lo he conocido.Entonces, me giro para encontrarme con él y que me acune entre sus brazos, con la esperanza de que se vuelvan a despertar sus apetitos por mí.Pero, él está de pie, colocándose su pantalón y dispuesto a irse, sin siquiera despertarme."Él es un alfa y tiene deberes con la manada", me dice Ateba y yo respiro profundo, pero no le contesto.Porque sus palabras me devuelven a la realidad, una en la cual nuestra relación se sella con un contrato, sin amor o despertares de ensueño.No, yo en realidad tengo algo más que hacer, después de todo, eso ha sido el motivo de aceptar su absurdo contrato.Pero, cómo abordarlo.―He escuchado que la manada más cercana a esta es Luna Escarlata―le indico un poco dubitati
~~~Ana.―Por favor, suélteme―le pido de buena manera, sin embargo, él parece no escuchar―no he hecho nada malo, se lo aseguro―le indico, pero parece que le hubiera dicho todo lo contrario, porque él se acerca más a mí.― ¿Y qué pasa si no quiero? ―me dice muy pegado a la cara―si solo lo haré hasta que me des una de las lecciones que le das a mi primo―me señala y puedo escuchar el murmullo de algunas personas, lo cual hace que me sienta peor.― ¿Qué, Lissy? ―dice Leandra tratando de detener a su hermano― ¿Levy no te dejó claro que no debías molestar a Ana? ―le indica y él se ríe de ella―creo que papá no está dispuesto a tener que bajar nuevamente la cabeza por ti, luego de lo que pasó con el concejo ayer―le advierte y este respira profundo.Y ahora veo a su padre reírse por lo bajo, sin siquiera detener a Lissander por todo lo que está haciéndome.―Solo quiero lo que mi primo tiene, también―indica Lissander con mordacidad a su hermana―después de todo, sus clases deben ser de las mejor
~~~Levy.―He sido designado por mi tío, el alfa Casius, para estrechar los lazos entre ambas manadas―señala Calel, pero mi atención no está en él, sino en Ana, quien sigue mirando a las paredes o al bufete.Cualquier lugar, excepto en donde está la visita inesperada.―Entonces, debo entender que a tu tío no le importa mucho entablar ninguna relación con nosotros, ¿no es así? ―le digo molesto.Como si necesitara algo más para complicarme el día.―No, sin embargo, tiene las mejores intenciones―responde el tal Calel―incluso cree que su hermana, la señora Lindsay, es la mejor embajadora que esta manada puede tener allá en Luna Escarlata―asegura, y yo resoplo con fuerza.― ¿Cómo debo tomar esto? ―le espeto molesto― ¿cómo si estuviéramos haciendo una especie de intercambio de rehenes? ―le suelto y él me mira y traga en seco.―No es mi intención ofenderlo, mi alfa―me asegura esta vez con una sonrisa―tampoco creo que el alfa Casius quiera hacer eso―señala y respira profundo.En realidad, no
~~~Ana.Estoy tratando de descifrar la mirada de Calel, pero no se me ocurre nada.Lo conozco muy bien, él ha sido criado por Casius, como si fuera su propio hijo, mimándolo igual que a todos los demás, ya que es miembro de la realeza de Luna Escarlata.No, sé qué esperar de todos ellos, de la estirpe de Casius, quienes son gente cruel, que no les importa nada ni nadie.De la misma forma en que no dudaron ni un solo segundo para acabar con mi familia, gente respetable de nuestra manada, incluyendo a la familia ancestral de mi madre.Debo zafarme de él a como dé lugar.―No puedo decir lo mismo, Calel―le digo, tratando de luchar en vano con su agarre―ahora, ¿por qué no me delataste en cuanto supiste quién era yo? ―le exijo saber.Y él me suelta, tratando de ser más delicado que hace un momento.― ¿Y por qué le haría un favor a mi tío, en especial, entregándote a la persona que acabó con toda tu familia? ―me señala y yo quedo desconcertada.― ¿Qué, Calel, ahora resulta que vas a traicio
~~~Levy.He ido a la habitación de Ana para ver cómo se sentía, pero no la he encontrado, así que iba a preguntarle a su mucama en dónde estaba.Pero algo me llamó la atención, en cuanto he pasado por el frente de esta habitación.Y pude escuchar claramente la voz de Ana, junto con este tal Calel, como si estuvieran conversando muy tranquilos.La rabia me cegó, así que he tirado la puerta abajo, para encontrarlos infraganti.La prueba de que Ana me está engañando con este tipo que no me termina de cuadrar.―Es que me he equivocado de habitación―se excusa Ana, como si yo pudiera creerme una cosa como esa―es que las puertas son exactamente iguales y pues, he entrado como si fuera la mía propia.―No lo entiendo―le indico escéptico―creí que la mucama te había llevado a tu propia habitación―le señalo, a ver si puede sostener su mentira―entonces, no entiendo por qué tuviste que salir en primer lugar ―le reclamo y ella parece nerviosa.―Salí porque olvidé pedirle a Susana que me trajera un
~~~Ana.―Claro que no se acuerda, mi alfa, incluso, se lo reclamé cuando estuvo de vuelta en mi habitación el día siguiente―le respondo al alfa, tratando de parecer molesta al respecto―fue una suerte que no la necesitara, ya que me dormí enseguida que me acosté―le señalo y él me mira de hito en hito, como si estuviera buscando algo que me delate.―Entonces, ¿dices que ella me mintió? ―me indica ofuscado―porque, si es así, la haré azotar―me señala y ahora siento pesar por la chica.Porque será castigada si es que no cuento la verdad.―No creo que sea necesario, mi alfa―le indico y respiro profundo―quizás ella diga la verdad, aunque no puedo decirlo realmente, puesto que aquel día estaba muy impresionada por la manera en la que castigaste a tu propio primo―trato de hacerle entender―entonces, no vale la pena castigar a la chica por un simple té―le solicito y él se acerca a mí más de la cuenta, a tal punto que su nariz casi roza la mía.Y siento que me corta el aliento.Entonces, se sepa