~~~Levy.―He sido designado por mi tío, el alfa Casius, para estrechar los lazos entre ambas manadas―señala Calel, pero mi atención no está en él, sino en Ana, quien sigue mirando a las paredes o al bufete.Cualquier lugar, excepto en donde está la visita inesperada.―Entonces, debo entender que a tu tío no le importa mucho entablar ninguna relación con nosotros, ¿no es así? ―le digo molesto.Como si necesitara algo más para complicarme el día.―No, sin embargo, tiene las mejores intenciones―responde el tal Calel―incluso cree que su hermana, la señora Lindsay, es la mejor embajadora que esta manada puede tener allá en Luna Escarlata―asegura, y yo resoplo con fuerza.― ¿Cómo debo tomar esto? ―le espeto molesto― ¿cómo si estuviéramos haciendo una especie de intercambio de rehenes? ―le suelto y él me mira y traga en seco.―No es mi intención ofenderlo, mi alfa―me asegura esta vez con una sonrisa―tampoco creo que el alfa Casius quiera hacer eso―señala y respira profundo.En realidad, no
~~~Ana.Estoy tratando de descifrar la mirada de Calel, pero no se me ocurre nada.Lo conozco muy bien, él ha sido criado por Casius, como si fuera su propio hijo, mimándolo igual que a todos los demás, ya que es miembro de la realeza de Luna Escarlata.No, sé qué esperar de todos ellos, de la estirpe de Casius, quienes son gente cruel, que no les importa nada ni nadie.De la misma forma en que no dudaron ni un solo segundo para acabar con mi familia, gente respetable de nuestra manada, incluyendo a la familia ancestral de mi madre.Debo zafarme de él a como dé lugar.―No puedo decir lo mismo, Calel―le digo, tratando de luchar en vano con su agarre―ahora, ¿por qué no me delataste en cuanto supiste quién era yo? ―le exijo saber.Y él me suelta, tratando de ser más delicado que hace un momento.― ¿Y por qué le haría un favor a mi tío, en especial, entregándote a la persona que acabó con toda tu familia? ―me señala y yo quedo desconcertada.― ¿Qué, Calel, ahora resulta que vas a traicio
~~~Levy.He ido a la habitación de Ana para ver cómo se sentía, pero no la he encontrado, así que iba a preguntarle a su mucama en dónde estaba.Pero algo me llamó la atención, en cuanto he pasado por el frente de esta habitación.Y pude escuchar claramente la voz de Ana, junto con este tal Calel, como si estuvieran conversando muy tranquilos.La rabia me cegó, así que he tirado la puerta abajo, para encontrarlos infraganti.La prueba de que Ana me está engañando con este tipo que no me termina de cuadrar.―Es que me he equivocado de habitación―se excusa Ana, como si yo pudiera creerme una cosa como esa―es que las puertas son exactamente iguales y pues, he entrado como si fuera la mía propia.―No lo entiendo―le indico escéptico―creí que la mucama te había llevado a tu propia habitación―le señalo, a ver si puede sostener su mentira―entonces, no entiendo por qué tuviste que salir en primer lugar ―le reclamo y ella parece nerviosa.―Salí porque olvidé pedirle a Susana que me trajera un
~~~Ana.―Claro que no se acuerda, mi alfa, incluso, se lo reclamé cuando estuvo de vuelta en mi habitación el día siguiente―le respondo al alfa, tratando de parecer molesta al respecto―fue una suerte que no la necesitara, ya que me dormí enseguida que me acosté―le señalo y él me mira de hito en hito, como si estuviera buscando algo que me delate.―Entonces, ¿dices que ella me mintió? ―me indica ofuscado―porque, si es así, la haré azotar―me señala y ahora siento pesar por la chica.Porque será castigada si es que no cuento la verdad.―No creo que sea necesario, mi alfa―le indico y respiro profundo―quizás ella diga la verdad, aunque no puedo decirlo realmente, puesto que aquel día estaba muy impresionada por la manera en la que castigaste a tu propio primo―trato de hacerle entender―entonces, no vale la pena castigar a la chica por un simple té―le solicito y él se acerca a mí más de la cuenta, a tal punto que su nariz casi roza la mía.Y siento que me corta el aliento.Entonces, se sepa
~~~Ana.La mirada de Calel es tan intensa, que incluso me hace temblar, como si él estuviera desesperado porque le diga que sí a su petición.Pero no soy tonta.―No puedo hacer eso, Calel―le digo y él me mira de hito en hito, como si no se pudiera creer lo que le estoy respondiendo.―Pensé que estarías feliz de acabar con el alfa Casius, después de todo lo que hizo con tu familia―me señala y yo trago en seco.Porque sí, eso es muy cierto, pero hay cosas que me atan a esta manada, cosas como el contrato que me une a Levy y el cual estoy segura de que me hará cumplir lo quiera o no.Incluso, estoy segura de que me irá a buscar hasta debajo de las piedras si es necesario, con tal de encontrarme, y no, no es una cosa que me esté inventando, ya que me ha encerrado por tanto tiempo, hasta hoy que es el Festival de la Cosecha, -solamente para que no me encuentre con Calel,Hasta esos extremos llega su obsesión por mí.Pero no es una cosa que le pueda contar a mi pareja de baile, Calel.Y es
~~~Ana.―Quiero saber si entiendes bien que has firmado un contrato conmigo o si se te ha olvidado, Ana―me dice Levy, en cuanto cierra la puerta de mi habitación y me levanta la cara para que su mirada apuñale la mía, con tanta ferocidad y rabia, que, si fuera en otro momento, estuviera temblando de pie a cabeza, imaginándolo tratando de golpearme.Pero en este momento no me importa absolutamente nada.―No entiendo a qué se debe todo esto, mi alfa―le digo entre indignada y molesta, por la manera en que se ha presentado cuando estaba bailando con Calel―usted mismo ha permitido que él y yo bailáramos juntos―le recuerdo, pero tal parece que he encendido más su rabia, si es que eso es posible.―Él no solamente estaba bailando contigo―me acusa ahora―te estaba coqueteando, y hasta lo vi cómo te tocaba, algo indigno para una persona de su rango―asegura con frialdad en la voz―pero ese no es lo peor de todo, sino la manera en que tú también lo estabas mirando, así que te lo vuelvo a preguntar
~~~Ana.La presencia de Calel en mi habitación solamente hace que me recorra un escalofrío por todos mis huesos, solamente de pensar de que su cercanía es la razón por la cual Levy me ha encerrado.Por sus celos enfermizos hacia mí y solo espero que se vaya pronto, porque no puedo soportar un minuto más así.―Le he escrito a mi tío que te he visto―me confiesa y yo quedo anonadada, solo de pensar que Casius venga hasta aquí para matarme―bueno, no que eres tú, en realidad, sino que he conocido a alguien y que me quiero casar―señala y yo quedo más que pasmada.― ¿Qué? ―se me escapa decir, en cuanto me recupero de la sorpresa― ¿cómo le has podido decir una cosa como esa? ―le reclamo, pero él me ignora por completo.Parece que no se ha dado cuenta de que eso es casi como si le hubiera dicho a su tío que me ha encontrado.―Le he pedido dinero, para hacer la boda aquí, en esta manada―me indica, ignorando toda mi protesta― ¿te imaginas, Ana?, piénsalo por un momento, con el dinero que nos en
~~~Ana.Las palabras de Calel me dejan pensando acerca de todo esto.Si me caso con él… si me uno a él ya no sería la única con sed de justicia por todas las atrocidades que ha hecho Casius en contra de su propia gente.Y es que a Calel y a mí nos une el mismo clamor de justicia desde las tumbas de nuestros padres, asesinados por una orden de ese alfa miserable.Sería el perfecto cómplice.Pero ¿casarnos?Esa es una unión para toda la vida, algo que me ataría a él sin ninguna posibilidad de escapar, porque estaría unida no solamente por los votos en el altar, sino también, por la marca.¿Es esto lo que quiero?¿Aceptar un trato con un hombre solamente por mi odio hacia Casius?Y de repente, mi corazón comienza a palpitar fuerte, desbocado, sin ningún tipo de control.Porque hay una imagen en mi mente, alguien por quien de verdad haría lo que fuera, sin importarme absolutamente nada.Levy.Y ahora me río para mis adentros, porque hay que ser muy masoquista como para pensar en un hombr