~~~Levy.― ¡Despierte, por favor, enfermera! ―le digo a una de las cuidadoras, quien se espabila de inmediato, al igual que la otra― ¡Por favor! ¿Qué les ocurre? ―le solicito saber, desesperado, pero ellas no contestan, porque están revisándolos y viendo los líquidos en los frascos de las venoclisis, a ver si ha pasado algo con la dosificación de los medicamentos.― ¡Llama al médico! ―le dice la una a la otra, aumentando la angustia de Ana, quien intenta acercarse, pero la detengo, dejando que la enfermera haga su trabajo, quien está muy diligente en la atención a los pequeños, al tiempo que la otra ya ha salido de la habitación, volviendo de inmediato.―Deme un informe de lo que está ocurriendo―dice el doctor en cuanto llega, usando su estetoscopio en uno y luego en el otro, mientras la enfermera le explica cómo han comenzado a removerse en sus camas, como si algo estuviera haciendo que se enfermen aún más.Y entonces, los escuchamos quejarse, como si estuvieran en medio de una pesa
~~~Levy.―Traeré al médico enseguida―nos dice una de las enfermeras, al tiempo que la otra verifica las pupilas de Lennon, como si quisiera corroborar que, en efecto, no está viendo.Entonces, entra el doctor, quien hace lo mismo, moviendo su cabeza de lado a lado.―Quizás esta sea una secuela de su tiempo en coma―nos dice el doctor, en cuanto le hace una revisión breve―puede que esto solo sea temporal y que en unas semanas o menos, su vista vuelva, sin ningún problema―comenta, mientras veo cómo la cara de Ana se va transformando con cada palabra.― ¿Y cómo podremos ayudarle? ―le pide saber y el médico mueve la cabeza de lado a lado, mientras respira profundo.―Le mandaré a hacer algunos análisis enseguida, si están de acuerdo, su majestades―señala y por supuesto que le damos la anuencia―también me llevaré al príncipe Levan, si están de acuerdo. Es muy importante verificar que todo esté bien con ambos, además de lo ocurrido con la visión de Lennon―comenta y de inmediato se va al lado
~~~Levy.Me siento muy confundido con este cambio de decisión por parte de Ana, y tengo miedo de que lo tome como una manera de aprovecharme de su momento de debilidad, aunque, si soy honesto, necesito de su compañía hoy más que nunca. Ella es la única persona que conoce mi dolor por la situación en la que se encuentran nuestros hijos y la incertidumbre de no saber su destino a ciencia cierta.Pero, ella está aquí, me ha tomado su mano y me ha acercado a uno de los sillones que se encuentran frente a la chimenea de su dormitorio, en donde ella se coloca en mi regazo y yo estoy moviendo sus cabellos, para consolarla.―Lo siento, Levy, si me estoy aprovechando de ti―me indica Ana, quien tiene la voz entrecortada―pero, no estoy para pasar la noche sola, rompiéndome la cabeza pensando en cómo podría yo ayudar a mis hijos a que se mejoren. Entonces, estás tú, quien eres su padre y que estoy convencida del amor que les profesas, a pesar de que los expusiste a Aradia―comenta y de alguna man
~~~Ana.Estoy despertando entre los brazos de Levy, quien ahora se acurruca a mi espalda, así que hago todo lo posible por no despertarlo, mientras intento levantarme de la cama, para ir a hurtadillas hasta el dormitorio de mis hijos.No estoy muy segura de qué fue lo que me ocurrió anoche, pero sí sé que esto era lo que necesitaba con urgencia.No sé desde cuando lo anhelaba, recordando una sensación que no me embargaba creo que desde la última vez que estuve con él... ¿o fue antes? Sí, creo que es así, desde mucho antes, las primeras veces que tuve entre sus brazos, cuando me sentía protegida, luego de tanto tiempo de padecer en el mundo humano, volviendo a mi propio mundo, de la mano de un alfa poderoso, aquel que dijo que no me faltaría nada, mientras estuviera con él.Aunque, sí que me faltó algo muy importante, y eso fue el amor, uno que no me prodigó en el tiempo que estuve con él, en parte por todas sus inseguridades, pero, más que nada, fueron las mías, quienes hicieron mell
~~~Levy.No es que Ana me esté poniendo en una situación difícil, pero sí que creo que me está probando, o eso asumo, hasta dónde estoy dispuesto a dar o a conceder, en especial cuando se trata de mi mejor amigo, mi beta Ezra, quien siempre ha sido mi mano derecha. Quizás aún no crea en mí, pero estoy seguro de lo que siento por ella.Todo―Desde luego, si es lo que necesitas para organizarte mejor, él podrá ayudarte sin ningún tipo de problemas. Además, te demostraré que Amadeo es una buena opción―le digo con una sonrisa, al tiempo que le guiño un ojo, algo que la pone nerviosa, así que me abstendré de hacerlo de nuevo.―Te agradezco, mi alfa―me contesta y se retira, casi que, escapando, como si yo fuera una especie de monstruo que estuviera asechándole en cada esquina.Es cuando me pregunto si todo aquello que pasó anoche en realidad solo ha servido para espantarla, y si alguna vez tendremos un nuevo avance en nuestra relación de pareja, pero creo que me quedaré con las ganas de sa
~~~Levy.En cuanto el doctor se va, ordeno en la cocina que nos envíen una gran cena a la habitación de nuestros hijos, y también mando a pedir a Ezra que venga, para que celebre con nosotros.La felicidad no cabe en mi pecho y creo que Ana está igual que yo, quien no para de reír, mientras se la pasa entre una y otra cama, besando y abrazando a nuestros hijos.― ¡Vengan, mis pequeñines! ―les digo con entusiasmo―pronto volverán a jugar en los jardines, si todo continúa de la misma manera―les señalo y ambos no pueden evitar sonreír, aunque siguen teniendo un dejo de tristeza, al igual que Ana, quien de seguro debe tener el mismo temor que me invade, y, sin embargo, hoy no es momento para abarcar en nuestros corazones otra cosa que no sea felicidad y esperanza.― ¿Quién quiere pastel? ―les dice Ana a los niños, luego de la cena, quienes vitorean con un gran "¡Yo!", que solo hace que sigamos henchidos de gozo, al tiempo que miro a Ezra, quien parece feliz, pero lo conozco demasiado bien
~~~Levy.Después que termino de hablar con Ezra, me dirijo a la habitación de los niños, tal y como le había dicho a Ana que haría, quien ahora parece dormida, aunque no creo que esté en medio de un sueño profundo, solo algo ligero, así que procuro no hacer ruido, sin embargo, no está funcionando para nada, puesto a que se está moviendo en el sillón reclinable, intranquila.― ¡Oh, ya estás aquí! ―me dice, al tiempo que la veo restregarse los ojos, espantando el poco sueño que tendría―pensé que todo esto te demoraría mucho más―me comenta y yo trago en seco.Y ahora me pregunto si será buen momento para contarle, pero, luego me digo que es la habitación de nuestros hijos, quienes ya tienen demasiados problemas, como para que yo ahora me ponga a contarle lo ocurrido gracias a Sebastián.―También lo pensé, pero pude terminarlo a tiempo...―comento, mientras trato de acomodarme en el sillón, sin poderle mirar a la cara, sabiendo la gravedad de lo que me acaba de contar Ezra―mañana tendremo
~~~Levy.Quiero matar a la Sabia, pero luego me recuerdo de que es una especie de amiga y confidente, aunque, lo que acaba de hacer es como para que se me olvide todo aquello.¿Es que no pudo esperarse un poco más para hablar conmigo? Sé que no le dije a Ana, aunque estaba pensando en hacerlo. No era el momento, eso es todo. Ahora me pregunto si todo esto solo ha servido para que me odie aún más.―La Sabia me ha pedido informarle que la reunión se ha convocado para dentro de una hora―me indica Amadeo, quien asumo llegó junto con ella desde Luna Escarlata, pero hay algo más que quiero saber.― ¿Cómo tomaron la noticia en Luna Escarlata, luego de que Ezra envío al mensajero? ―le indico y él parece respirar profundo, así que asumo que no deben ser muy buenas noticias que digamos.―Las cosas no han sido muy fáciles por allá. El concejo de esa manada no tomó muy bien la llegada de la Sabia, puesto a que lo vieron como una amenaza. Ella utilizó toda su experiencia en ayudar, lo que ha caíd